Eternidad || SeHo

Capítulo 6 - La pesadilla

Las manos le tiemblan mientras espera a SeHun. El vaivén del bote acompasa su respiración, las olas rompen a lo lejos y la luz de la luna ilumina sus nervios de un plata pálido.

Mira de nuevo al lugar donde está SeHun y aparta la mirada casi de inmediato. Se pregunta qué será y se pregunta porque toma tanto, pero aún más, por qué algo de eso tendría que importarle, no es como si preocuparse pudiera ayudar al demonio de alguna manera o a él.

Los muertos no temen ni deben nada, los miedos y las deudas se pagan en vida, a veces con ella; JunMyeon sabe eso, pero con los labios entumecidos y el corazón con frío es difícil mantener su mente despejada.

Contiene un ingenuo y aliviado suspiro cuando siente el peso extra en el bote y el ligero roce de las rodillas de SeHun contra las suyas, pensando en cambio en la forma que el reducido espacio les obliga a sentarse con las piernas mezcladas y la aparente indiferencia de parte de ambos ante eso.

Levanta la mirada de sus manos, una sonrisa que apenas se forma en sus labios, palabras atrapadas en la punta de la lengua, pero SeHun no lo mira de vuelta, no enseguida al menos, y tampoco pronto; apenas parece notar la insidiosa preocupación en los ojos de JunMyeon, como si fuera poco menos que ruido blanco de fondo para sus propios pensamientos.

Sin embargo, él no cede, aún temblando y al borde de un suspiro mantiene la vista fija en SeHun, como si de parpadear desaparecería, y aunque es un miedo totalmente fundamentado considerando quien es el hombre frente a él, sería mentira si dijera que en realidad puede ver algo a través de la neblina de indecisión que ahoga sus palabras.

No sabe cuánto tiempo pasa cuando se atreve a hablar—. ¿Está todo bien?

—Nada por lo que debas preocuparte.

El silencio se asienta mientras aparta la mirada, se siente ridículo por haber preguntado siquiera y aún más por el ápice de inquietud que florece en su pecho ante la respuesta, no es la primera vez que el demonio evade sus preguntas y tampoco será la última, pero por lo general puede creer lo que dice y ahora, aunque le dice que esté tranquilo, sólo puede preocuparse más.

Se pierde en sus recriminaciones habituales, en estos sentimientos confusos y ni siquiera nota cuando SeHun comienza a mirarlo, ignorante a los ojos lila pálido que relumbran con miedo empañado de nostalgia.

SeHun pregunta entonces, levantando el velo pesado que los cubría desde hace un buen rato, quizás desde antes de que se fuera, y rompe el hechizo de normalidad del que se habían convencido ya—: ¿Qué es lo que quieres de mí, JunMyeon?

Sus miradas finalmente conectan.

🥀🥀🥀

Contrario a lo que hubiera esperado, la respiración de JunMyeon no se corta y sus manos no se buscan entre ellas como suelen hacerlo cuando están nerviosas. Tampoco aparta la mirada y no tartamudea, de hecho solo alcanza a notar la sorpresa por su pregunta por el relampagueo de color en su aura y el par de parpadeos que le dedica, pero no mucho después se ausenta por completo con la aparición de un sonrisa de lado y un asentimiento de cabeza.

—¿Importa? —Una indiferencia desconocida en su respuesta y una melancolía que tenía tiempo desaparecida en sus ojos.

A SeHun no se le escapa el tono burlón, ni el ligero tinte coqueteo bajo todas las paredes que el humano levanta de pronto, pero por eso mismo, resulta inevitable notar el desesperado llamado perpetuo de JunMyeon por compañía; no sabe cómo ayudarlo sin perderse -o perderlo- en el proceso.

—Quizás —dice sin sonreír de vuelta, el rostro impasible y reflexivo. No se percata de que empieza a divagar—. Me recuerdas a alguien.

JunMyeon si lo hace, pregunta de inmediato—. ¿Eso es bueno?