Capítulo 1 - El choque

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Es una mañana gris de febrero. La ciudad, a pesar de la obscuridad, está despierta. Se encienden luces en los altos edificios, mientras centenares de coches comienzan a llenar las calles. Nubes negras cubren el cielo presagiando lluvia y el frío aumenta con cada minuto, hiela la sangre y entumece los cuerpos de quienes apurados se mueven en las aceras. Entre ese mar congelado de gente se mueven JunMyeon y SeHun.

JunMyeon camina apurado abriéndose paso entre la multitud; SeHun no. JunMyeon necesita llegar a su universidad con urgencia; SeHun no. Aunque quizás más importante JunMyeon es humano y SeHun no.

Que sus caminos se crucen en esta mañana es algo accidentalmente afortunado, podrías llamarlo destino incluso.

Kim JunMyeon ve una apertura en el camino y trata de pasar por ahí corriendo, en su prisa y desesperación no ve a la chica que viene del otro lado pensando exactamente lo mismo. Hubieran chocado de no ser por los firmes brazos que lo quitan del camino dejando pasar a la muchacha.

JunMyeon se queda quieto entre los brazos de un alto desconocido. No entiende bien como llegó ahí en primer lugar, pero se dice que como haya sido le debe una al hombre.

—Gracias. —dice sin darle una mirada a su salvador y sigue caminando con más cuidado que antes, con su mochila al hombro, su portafolio en brazos y la mirada al frente.

El extraño, por otro lado, es Oh SeHun y también se queda quieto, pero no por el desconcierto. Él sabe perfectamente como JunMyeon llegó a sus brazos, la belleza del chico fue lo que lo hizo ayudarlo en primer lugar, pero es realmente la tristeza que percibe lo que lo deja pasmado.

Hacía mucho tiempo que no sentía un corazón tan roto como ese y la sensación le trae muchos recuerdos.

Le sorprende que tanto pesar se esconda tras unos bellos ojos avellana, tras unas largas pestañas caramelo, tras una tímida sonrisa en labios delgados y tras una nariz perfecta que hace armoniosa toda la mezcla. Pero le sorprende aún más que el pequeño hombre se vaya sin verlo dos veces.

No está acostumbrado a ser pasado por alto, de hecho, puede contar con los dedos de una de sus manos cuantas personas le han rechazado. Verdaderamente el simple gracias y la huida de sus brazos hieren su ego, así que, movido por su curiosidad y orgullo, da la vuelta y comienza a seguir al pelinegro que a cada paso avanza más deprisa.

SeHun atraviesa calles confiando ciegamente en un desconocido y llega finalmente a la Universidad de Seúl. El muchacho entra y parece desaparecer en el laberinto de pasillos.

Para cualquier otra persona ahí hubiera terminado la persecución, pero SeHun no es una persona común, así que no se detiene y sigue avanzando, tratando de reencontrar al chico de ojos cobre y suéter azul. No es difícil seguir su rastro, lo que sea que atormenta al muchacho es demasiado intenso como para confundirse con la angustia colegial, eso aunado a la brillante aura del chico.

Nadie parece notar al muchacho de chamarra de cuero mientras se abre paso entre la gente y en verdad nadie lo nota. Decidir quién puede y quien no puede verlo es una de sus muchas habilidades, así que no teme correr o entrar al salón de JunMyeon cuando lo encuentra.

El salón no tiene nada de especial, es de un color aburrido y está lleno de gente somnolienta, pero tenía mucho desde la última vez que SeHun había estado en un lugar así de fascinante. No puede apartar sus ojos de JunMyeon y tampoco puede entender como alguien como él es humano.

Físicamente, hermoso y etéreo, son las dos palabras que cruzan la mente de SeHun cuando trata de describirlo. Desde su punto de vista, él podría ser confundido con un ángel incluso, aunque claro que menos aburrido y pretensioso que un ángel real, menos doloroso también.

Eternidad || SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora