Capítulo 7 - La consecuencia

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Cuando JunMyeon despierta por primera vez no logra recordar cuando se quedó dormido, sólo consciente del peso en su cuerpo y la luz que entra a su cuarto a través del espacio entre las cortinas. Ve por la ventana las nubes pintadas de rosados y anaranjados, ahogadas por los grises y azules del cielo; brillan aún algunos edificios lejanos, no debe tener tanto dormido.

Se endereza con dificultad sobre su codo para cerrar bien las cortinas, una mano se anticipa a la suya y otra lo obliga a acostarse.

SeHun le sonríe—. Yo lo hago.

—Está bien —dice con la voz ronca por el sueño, mientras SeHun se estira para alcanzar la cortina—. No necesitas quedarte a mi lado toda la noche.

Él niega con la cabeza y se cruza de brazos—. Ya ni siquiera es de noche, JunMyeon.

—Sabes, —bosteza tapando su boca—. A lo que me refiero.

Asiente—. Tú duérmete, será un día pesado.

JunMyeon trata de evitarlo, trata de preguntar a qué se refiere, pero sus ojos se cierran y no encuentra fuerzas para abrirlos de nuevo. Alcanza por último a escuchar el bufido divertido de SeHun y sentir cómo se mueven las sábanas a su alrededor para cubrirlo antes de caer dormido.

🥀🥀🥀

Cuando JunMyeon despierta por segunda vez, SeHun lo está abrazando, bueno, algo así, en realidad está sentado en el suelo, la cabeza en el borde de la cama y ligeramente recargada contra la cadera de JunMyeon, sus brazos lo cubren de forma protectora.

JunMyeon se talla los ojos, se le escapa un bostezo que termina en sonrisa. Esto era precisamente a lo que se refería que no era necesario; cuando le pidió que se quedara a su lado fue para que no volvieran las pesadillas, para ver si podían averiguar qué sucedió, no para que lo viera sin descanso o para que se torciera el cuello.

—Hey, SeHun, —Toma su mano mientras habla, moviéndola suavemente—. Hey, despierta... Vas a lastimarte si duermes así.

SeHun frunce el ceño, levantando el rostro—. ¿Mhm?

JunMyeon suelta una risita y deja que su mirada vague por SeHun, por las marcas rojas en su mejilla por las sábanas, su cabello despeinado y la forma despreocupada en la que bosteza, por sus brazos descubiertos y las cicatrices que se asoman bajo los tirantes anchos de su delgada camiseta gris, ¿cuándo se había cambiado?

Después su mirada se pierde en algo diferente, algo que SeHun rara vez muestra: un par de frágiles alas negras que se estiran con el demonio mientras se endereza.

No se da cuenta de que SeHun está hablando hasta que sacude su hombro—. ¿Todo bien, JunMyeon?

—Sí, todo bien... —lo dice más como una pregunta que como una afirmación, avergonzado. Su voz suena chistosa a sus oídos, pero no necesariamente por el sueño—. Era para decirte que te acomodaras bien, te veías algo incómodo.

—Estoy bien, —sonríe adormilado y señala su espalda—. Y así puedo estirar las alas.

Como para probarlo, estira los brazos y después cada ala con sumo cuidado, sin tirar ni una sola cosa en la habitación, incluso si estas ocupan fácilmente la mayor parte del espacio disponible. JunMyeon se esfuerza por no distraerse de nuevo y no pensar en los omóplatos de SeHun acercándose entre ellos con sus movimientos.

—¿No sería mejor que te recostaras boca abajo? —dice sin pensar moviendo las manos para ilustrarlo—. Es que así tu cuello, podría-

Lo interrumpe divertido—. ¿Sugieres que me acueste en el piso?

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2022 ⏰

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