Nina Simonetti
Tapé mi rostro con la almohada al sentir mi vista siendo molestada por los rayos del sol. Lo último que deseaba en estos momentos era levantarme. Me sentía cansada tanto física como emocionalmente.
—Nina, amor—sentí una voz a lo lejos hablándome con dulzura.—Vamos, levántate, ya preparé la computadora para vos.
Sonreí ante eso, Gastón siempre iba a un paso por delante.
Habían pasado dos años desde que había decidido venir a Oxford a estudiar literatura. La verdad me fue bastante difícil amoldarme al ritmo británico pero la convivencia con Gastón lo hacía todo más sencillo. Teníamos un pequeño departamento cerca de la universidad y ambos nos encárgabamos de la despensa y los gastos, Gastón trabajaba en taller de motos mientras yo trabajaba como vendedora en un local de la ciudad.
Todo había sido bastante lindo a decir verdad, pero las cosas no podían ser perfectas siempre.
El mundo se vio desatado en una pandemia que llegó a Inglaterra. La emergencia sanitaria por el covid-19 llevó a todo el país a una cuarentena obligatoria, donde solo se podría salir para comprar lo indispensable.
La universidad nos daba clases virtuales tanto mañana y tarde debido a que no podíamos pisar el establecimiento. Nunca pensé que extrañaría tanto la presencialidad. Y es que, algunos profesores, abusaban del hecho de que todo sea desde casa, y enviaban trabajos a horarios no correctos para un salón de clases.
No solo eso, sino que con Gastón andábamos justos de dinero, ya que no podíamos salir del hogar para poder trabajar. Yo lograba vender en línea la ropa del local junto con mi compañera, alias jefa, pero Gastón no podía trabajar en el taller. Tuvo que improvisar una venta de comida para ver si con eso lograba aportar algo de dinero. Y es que me encantaría decir que con lo mío era suficiente, pero lamentablemente no podía.
Apenas llevábamos unos tres meses y sentía que no podía más. Las clases exigían demasiado mi tiempo, debía cumplir con el trabajo y además el mantenimiento de la casa, cosa que no era sencilla. Había días en la semana en la que no sentía ánimos ni de ver televisión, solo quería dormir y dormir hasta el cansancio.
Gastón insistía en que andaba en una etapa depresiva por el encierro, así que día tras días buscaba la forma de darme aliento. A veces aparecía en la cama con un desayuno recién hecho, o mientras estaba en clases me llevaba un café a modo de que pudiera darme energías, incluso se levantaba mucho más temprano que yo para hacer la limpieza general y yo no tuviera que preocuparme.
Era un divino pero a ciencia cierta, eso solo me ponía peor.
Se estaba encargando de absolutamente todo de mi que se olvidaba de sus propias responsabilidades. Él también tenía clases que le exigían demasiado, un trabajo al que aún le costaba adaptarse ya que no estaba acostumbrado, el mantenimiento de la casa y ahora yo.
Era demasiado. Aunque si le decías algo él te respondía tranquilo. Envidiaba por mucho la calma que tenía ante cada cosa que hacía, yo me sentía a punto de explotar.
Jamás me había molestado estar en casa, siempre era de las que prefería encerrarse con un buen libro, y lo seguía siendo. Pero si al encerrarme me iban a exigir tanto, prefería volver a salir, volver a mi rutina.
—No quiero—murmuré escondiéndome debajo de la colcha.
—Vamos—se ríe de mis pocas ganas de levantarme y me quita las sábanas de encima.—Es la última clase de la semana.
—Pero tengo un trabajo que entregar el lunes—me quejé quitando la almohada de mi rostro.
—Ya lo haremos mañana o el domingo, pero ya, levántate—advirtió yendo hacia la puerta.—No querrás que lo haga yo.
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Imaginas《Gastina y Aguslina》|✔|
De Todo《Universo alterno》 ▪Imaginaciones mías sobre el shipp gastina de la serie Soy Luna ▪Ficciones sobre Aguslina, una pareja que deseo sea real Cc portada: @kopelioffshine |✔| Terminada