SAKURA

Capítulo 10

En tan solo 100 metros de distancia podría verse fácilmente el alboroto que hay dentro de aquel viejo y destartalado barco. Cada uno de ellos estaba cubriendo las posibles salidas que podrían usar.

Solo se necesitaba bloquear el gran barco y capturar a todas aquellas personas que opusieran resistencia o intentaran escapar; en ese instante entraría Konoha a arrestarlos y ellos se encargarían de Jiro.

Todos observaron minuciosamente aquel lugar.

Sakura sentía una gran sensación de inquietud, dos chakras muy conocidos comenzaron a acercarse más rápido de lo previsto. Una parte de ella quiso golpear a esos dos idiotas por no ocultar su presencia.

Su mano agarro instintivamente el mango del ninjato y aplico suficiente fuerza como para que el cuero en sus manos la incomodara.

Por el rabillo de su ojo, pudo ver una luz producto de un reflejo de algún metal. Esa era la señal.

Un temblor en toda la tierra comenzó a mover de manera brusca el barco y las olas del mar. En ese instante, una gran marea de raíces comenzó a brotar del suelo, rodeando y atravesando el barco logrando que la gran estructura fuera alzándose y despegándose del suelo cada vez más. El plan, era dejarlos a una altura considerable con la ayuda de Keiko y lograr enfrentar directamente a Jiro.

Sakura bajo del árbol en el que estaba posicionada y comenzó a dirigirse hacia la gran estructura. Aplico chakra a sus pies y comenzó a subir por el gran tallo entretejido que estaba empujando al barco hacia el cielo. Podía ver a gente lanzándose del barco, pero antes de que pudieran tocar el suelo, las raíces o ramas los atrapaban y los enrollaban dejándolos completamente inmóviles.

Cuando por fin pudo llegar a la proa, pudo observar un ambiente en completo caos. Los pocos sujetos que se dieron cuenta de su presencia fueron directamente a atacarla. Las espadas que usaban los simples ladrones eran completamente inútiles, no supo cuántos brazos cortó o cuantos cuellos degolló.

A lo lejos, pudo ver cuerpos con marcas de quemaduras de rayo y otros tantos completamente calcinados. Todo apuntaba a que Kaito había llegado antes que ella.

Estaba decidida a dirigirse a la cabina y buscar cuarto por cuarto a Jiro. Pero alguien la detuvo.

-Jiro me dijo que tarde o temprano me encontraría con una pequeña fierecilla de color rosa.

La voz de un hombre a sus espaldas la puso alerta y rápidamente giro a su encuentro. El hombre, de aspecto robusto y que fácilmente media más de dos metros, la miro de manera desagradable de arriba hacia abajo. Justo detrás de él estaban tres hombres más. Todos con la misma mirada nauseabunda recorriendo su cuerpo.

-Me advirtió que tuviera cuidado contigo y nunca te subestimara. Siendo sincero, ahora mismo pienso que Jiro es solo un puto cobarde incapaz de someter a una simple niña.

El sujeto comenzó a desenrollar un gran lazo de cuero que tenía enrollada a la altura de su cadera. Sakura instintivamente sujeto con más firmeza su ninjato.

-Viendo la manera en que reaccionas, haces que te compare con una pequeña bestia que quiere ser domada - el lazo que sujetaba comenzó a brillar de un rojo intenso -. Y no sabes lo emocionado que estoy por verte suplicar de rodillas ante mí.

El sujeto no dudo en dirigir un gran golpe con su lazo, a pesar de que se mueve anormalmente más lento que un lazo normal, la fuerza con la que dio el impacto fue lo suficientemente fuerte como para cortar un pedazo de pared totalmente de hierro.

El hombre la miraba cada vez más entusiasmado.

-No se metan, quiero divertirme con esta pequeña mujer por mi cuenta.