Capítulo 5 *

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Ninjato: Son más cortos que una espada/katana permitiendo cierta ventaja en un combate en espacios cerrados o pequeños.

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Dos días después del festival, en Konoha se podía apreciar el comienzo de un nuevo y común día para los civiles, todos ellos comenzando sus propias actividades teniendo una actitud positiva. En cambio, por alguna extraña razón, el ambiente se sentía pesado para los ninjas.

El famoso héroe de guerra no fue la excepción, en repetidas ocasiones se le vio con la mirada perdida en el cielo mientras fruncia su ceño.

–¿No sientes algo extraño?

Le pregunto a su amigo azabache que estaba a su lado concentrado en ordenar sus armas.

El chico detuvo sus movimientos y se fijó en el cielo que comenzaba a llenarse de nubes espesas, estaba seguro de que, en unas cuantas horas, esas nubes comenzarían a tornarse grises y traerían una intensa lluvia. Lo sabía por el leve hedor a humedad que había en el aire.

–Probablemente llueva.

Contesto y reanudo lo que estaba haciendo.

El ninja rubio lo miro molesto y exclamo.

–Eso no idiota.

Sasuke, cansado con las tonterías de su amigo, volvió a prestar atención a su alrededor.

Pero una leve vibración a unos metros de donde estaban ellos llamo su atención.

Y antes de que pudiera decirle a su amigo, un ninja apareció frente a ellos, y sin esperar su cuestionamiento, dijo:

–Por órdenes de Hokage, repórtense en el lado Este de la aldea, nos están atacando.

***

Por encima de las murallas de la entrada Este de la aldea, se podían observar unas 20 formas humanoides hechas de barro con intenciones de acercarse lo más que podían a la villa.

Cada uno de ellos tenía la altura aproximada de 150 metros, aunque algunos eran más bajos que los demás.

Esto no impidió que la aldea se pusiera en estado de alerta y evacuaran a toda la población que habitaba en esa área a una zona segura.

–¡No se detengan, inmovilícelos!

Gritos de ninjas ya experimentados ordenaban a los nerviosos novatos.

Sintieron un poco de alivio al ver dos técnicas conocidas impactar contra unos cuantos monstruos de barros, la alegría y virotes de ánimo se oyeron cuando vieron como los monstruos impactados cayeron sin poder evitarlo.

–¡¡Naruto, Sasuke!!

Lee se acercó a ellos.

–¿Qué demonios está pasando?

Preguntó observando a su alrededor, aun cuando ellos habían acabado con unos cuantos fácilmente, podía ver como los demás estaban utilizando sus mejores técnicas para poder derribarlos o inmovilizarlos. A lo lejos, pudo observar el Gatsuuga de Kiba y como gracias a eso derribo a unos cuantos más sin problemas.

Deteniéndose un momento, dirigió su mirada al rubio.

–¿Viste eso, Naruto? Cuida tus espaldas por que podría arrebatarte el puesto de Hokage – fanfarroneo.

–Deja tu maldito juego y concéntrate.

Shino exclamo detrás de ellos.

–No lo sé, pero los sensores se activaron e inmediatamente esas cosas comenzaron a surgir de entre la tierra – explico Lee de manera rápida –. Ya hemos evacuado toda esta área, pero debemos mantener los daños al mínimo.

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