ii. a sad memory

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"u n   t r i s t e   r e c u e r d o"

C H A H Y U N S O O

Quería morir, no me quedaba nada por lo que vivir, me mudé porque temía seguir recordando a mis padres en esa odiosa casa.

También a mi hermana, absolutamente todo me daba tristeza en ese lugar.

Al mudarme note que de alguna forma me sentía mejor, fue un gran cambio a pesar de que sabía que sería difícil, si bien las primeras semanas estaría cómodo, el dinero que me dejaron no me serviría mucho más allá de dos meses, tendría que trabajar.

El solo pensarlo me ponía peor, realmente deseaba terminar con todo.

De todas maneras nadie esperaba nada de mi, yo les parecía un fracasado.

No recuerdo cuanto tarde en subir a la azotea, abrí la puerta de un empujón y está solo hizo un fastidioso chirrido que molesto mis oídos, me subí a la barda que impedía mi salto.

Una vez arriba me fue inevitable no mirar abajo, sería un duro golpe y es obvio que moriría al instante.

La brisa del mediodía daba un sentimiento de calma a la situación, al igual que un choque de recuerdos a mi cerebro.

Cuando comencé a ser así, cuando deje la escuela y decidí no salir más de mi cuarto. Cuando mis padres no me apoyaron y solo avergonzaba a mi hermana.

Moví mi pierna derecha al frente, solo necesitaba impulsarme hacía enfrente y la gravedad haría el resto. Pero me detuve en el instante en que comenzó a sonar una melodía.

Mis ojos volaron directamente a la autora de aquella canción, se encontraba a unos metros del otro lado de la azotea, giraba y saltaba sin soltar el arco que tenía en su mano derecha, parecía divertirse, se ve feliz.

Está pareció notar mi presencia, debido a que detuvo la melodía y también su especie de baile.

Casi siento que realmente me lance del edificio en el momento que ví sus labios ensancharse, era una sonrisa sincera, no de incomodidad, tampoco de pena.

—¿Estás bien?—Fue la pregunta que artículo segundos después de mirarnos por mucho tiempo, o tal vez yo solo lo sentí así.

—No.—Fue todo lo que decidí comentar, porque a fin de cuentas es una completa desconocida.

La chica solo se sentó justo arriba de la puerta mirándome aún con esa sonrisa.

—¿Fumas?—Pregunto ella mientras mostraba la cajetilla.

—No.

Me miró con una expresión curiosa, supongo que por lo cortas y secas que eran mis respuestas. Yo solo me límite a caminar en dirección a la puerta, justo debajo de ella intentando no entablar conversación alguna.

𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐒𝐖𝐀𝐍⸻sweet home Donde viven las historias. Descúbrelo ahora