𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐒𝐖𝐀𝐍⸻sweet home

iv. a swan

"u n  c i s n e"

Preocupación. Era todo lo que sentía en ese momento, mi respiración estaba descontrolada debido a que tuvimos que huir de algo gigantesco.

Mire con tristeza a los pequeños que me miraban atemorizados, hace unos momentos apareció la cosa más grande que haya visto jamás, nos doblaba el tamaño y eso sin mencionar la estruendosa voz que tiene. Mi preocupación es debido a que Hyun Soo se quedó atrás, para defendernos a nosotros.

Mi corazón pedía a gritos que él siguiera vivo, pero mi mente me decía que probablemente ese monstruo ya lo haya matado.

Estábamos en el área de las escaleras, dispuestos a dirigirnos al piso 14, los pequeños pararon unos segundos para calmarse así que yo hice lo mismo. Tenían la inocencia en la mirada a pesar de todo lo que ya han visto hasta este momento, y sin duda eran muy valientes.

—Deberíamos volver, no debimos dejarlo.—Dijo el pequeño en un hilo de voz.

—Tranquilo, é-él estará bien.—La menor me miró. Quería darle pensamientos buenos a su hermano, porque quería protegerlo.

—Exacto, él estará bien.—Me agache a la altura del menor.—Él es como un superhéroe.—Levante mi brazo derecho, simulando como si estuviese volando.

A pesar de mis palabras, el pequeño me interrumpió con el sonido de su orina cayendo sobre la escalera, mi expresión cambio a una triste, temía que él sufriera traumas debido a esto.
Sonreí tristemente en dirección a la castaña quien abrazo a su hermano. Seguido de mi, los rodeé a ambos con mis brazos.

—No le diremos a nadie.—Animé, para que no se sintiera avergonzado.

Pasaron unos cuantos segundos para después romper el abrazo, al parecer eso los reconfortó un poco.

Estábamos dispuestos a continuar a nuestro destino, pero unos extraños alaridos sonaron por todo el lugar. Alaridos que reconocería donde fuera, era aquel monstruo que no puede ver, mire a los pequeños quienes estaban nuevamente asustados. Y sin más apareció, en la puerta justo frente a nosotros, tape la boca de ambos menores y yo solo me mantuve neutra, mis ojos estaban bien abiertos, quería evitar cerrarlos a toda costa, quería tenerla puestos en cada movimiento que hiciera. Rasgaba con sus garras la pared a su lado, como advirtiendo a su víctima que va a por ella, por suerte para nosotros, sabemos cuándo estar callados.

Aquel monstruo paso de largo nuestra presencia y continuo su camino por las escaleras que van hacia arriba.

En cuanto desapareció de mi vista relaje un poco mi postura y quité mis manos de la boca de los pequeños, ellos estaban aterrados al haber tenido a otro monstruo tan cerca por segunda ocasión. Pero la paz nunca dura mucho, unas fuerte pisadas comenzaron a alertarme, rápidamente mire las escaleras que conducen hacía abajo y en pocos segundos aquel gigante apareció, me pareció tan perturbador ver la sonrisa en su rostro al vernos.