¿Gustas acompañarnos?

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Hace más de 6 meses que me salí de la secundaria, los profesores me tenían harto, ellos sentían que no hacía nada y yo sentía que ellos no enseñaban lo suficiente, así que decidí salirme y terminar la secundaria en una nueva escuela, una escuela abierta para poder terminarla más rápido y así fue; termine la secundaría 3 meses después de haberme salido, a mitad de año escolar y para mi suerte termine 3 meses antes que todos mis compañeros, la única cosa que lamentaba al haberme salido era que yo no había tenido una fiesta de graduación, pero fui bienvenido a la fiesta de mi anterior escuela a la cual había ido desde kinder. En esa escuela conocí a grandes personas y aun salgo con ellos, pero mañana es un nuevo día y por fin voy a entrar a la preparatoria a la que desde segundo año de secundaría le he pedido a mi mama que me inscriba. Salí con buen promedio, 8.5, para ser exacto y gracias a mi promedio conseguimos una beca, mañana estaré en la escuela de mis sueños, ya es tarde y no quiero llegar tarde a clases sera mejor que duerma.

Me levanto temprano, las clases empiezan a las 7:00 am, se me hace tarde pero voy con toda la actitud; me baño, selecciono la mejor ropa que tengo, un poco de perfume por aquí y otro tanto por acá, intentento ponerme lo más guapo que puedo. Me tuve que quitar las piezas de mis perforaciones del labio, ceja, expansión en la oreja y de la lengua porque si no en la escuela algún perfecto podría verme y quitármelas, eso es lo último que me gustaría en mi primer día aparte que no tengo piezas de repuesto.

Apenas si pude observarme en el espejo, llevo un pantalón de mezclilla oscuro, una playera azul, y un tipo tenis botines grises, soy alto para tener casi 16 años o eso es lo que me han dicho, mido 1.79, no soy completamente flaco, ni estoy gordo, tengo ojos avellana, pelo castaño claro y piel blanca, creo que con la pasada rápida en el espejo esta mañana estoy de acuerdo con que me veo bien, se me hace tarde y escucho el sonido del claxon.

Estando en el carro empieza a sonar una canción, no logro distinguir quien la canta o el nombre de la canción, tal vez sea una nueva canción, mi mama habla sobre tal vez como será mi primer día, pero yo prefiero ignorarla y seguir escuchando la canción, realmente es muy pegajosa.

Después de escuchar 5 canciones y la ultima que me pareció increíblemente un asco porque simplemente la letra no tenia sentido miro el reloj y repentinamente miro hacia la ventana y  me percato de que increíblemente llegamos a tiempo a la escuela, solo que mi mama me tuvo que dejar del otro lado de la avenida por el tráfico que había.

me baje corriendo y me despedí al cerrar la puerta, decidí subir el puente peatonal ya que no conocía otro camino para llegar sin morir ya que es una avenida muy concurrida y bastante amplia.

Arriba del puente iba caminando sin prisa, pues yo sentía que tenía bastante tiempo hasta que alguien me tomo de la mano y empezó a hacerme correr, no sabía exactamente lo que estaba ocurriendo, era una joven alta, parecía que hacia ejerció o algo así por la manera en como corría, y me gritaba: ¡Vamos a llegar tarde!...

Cuando paro de correr por fin pude reconocer quien es, es Andrea, una vieja amiga de la secundaria, solo estuvo el primer año y ocasionalmente la veia, no me sorprendía pues varios de nosotros habíamos tomado aquella escuela como opción.

Andrea era alta, morena, bonita sonrisa, pelo castaño oscuro, tenía la misma edad que Yo 15 años y era tochera (jugadora de futball americano), mientras corríamos ella me platicaba en que clases le tocaba y a qué hora podríamos vernos para ir a desayunar o a fumar a fuera de la escuela.

se me hizo tarde para ir a clases así que deje a Andrea en su salón que era 4 salones antes que el mío y me dirigí a mi nuevo salón de clases, es enorme el salón con 50 bancas o más en realidad no me pongo a contarlas, todos me ven con cara de asombro, tal vez porque era el primer día y por supuesto, llegue tarde.

Me siento hasta adelante para no interrumpir más y escucho como se presentaba la maestra:

-Hola buenas tardes mí nombre es Carmen y voy a ser su profesora de geografía...

Bien, la primer clase sería algo que no me cuesta trabajo, volteé a un lado y me di cuenta que uno chavo me  esta observando, se dio cuenta que lo observo de regreso y empezó a hacer muecas chistosas, evito a toda costa reírme mientras pienso ¿Por qué está actuando tan raro? ¿Qué le pasa? Esas dudas no tardaron mucho en solucionarse, unas clases después se sienta en la banca que estaba a lado de mí y se presenta.

-Hey, mi nombre es Adrián ¿Cómo te llamas?

.-Hey, soy Jacob

-Mucho gusto Jacob y que haces aquí tan solito

.-Intento poner atención — evito reírme mientras respondo sus preguntas, hasta cierto punto eran bobas y el me causaba gracia.—

-Bueno entonces te dejo poner atención — se despide, me despido y regresa a su asiento de atrás.—

Ya es hora de salir al recreo y no sabía con quién pasar el tiempo, no socialice ni un poco estando adentro y ni tampoco había forma para hacerlo ¿Como socializas estando en la parte delantera justo enfrente de la pizarra? Para ser verdad el primer día es un caos. Entonces la vi, pelo rojo, perforaciones, llenita, se veía que ella era muy agradable, recordé que va en mi salón y decidí comenzar a hablarle, por primera vez agradezco que los profesores nos hagan presentarnos a todos, así logro recordar su nombre. 

-¿Mayra?

.-¿Si?

- oh, oh, hola. Oye me gusta mucho tu expansión del oído. — Yo también tenía uno y sabía que ese era un buen lado por dónde empezar, un poco adulador, para mi gusto. —

.-¡Ay!, gracias, ¿Cómo te llamas?

-Me llamo Jacob

.-Bien Jacob me iré a fumar un cigarro ¿Gustas acompañarnos?

—Acepte a la oferta, por lo menos ahora no estaré solo al fumar. Mientras caminábamos para la salida ella observo mi oreja y se dio cuenta que yo también tenía una expansión y varios aretes más que me había tenido que quitar antes de entrar a la escuela porque lo prohíbe el reglamento y no iba a dejar que el perfecto me los quitara.—

.- ¡WOW! Tú también tienes una expansión.

-Si.—La mire un poco sonrojado, se había dado cuenta de mi técnica, estaba seguro.—

.- Bueno ya tenemos 2 cosas en común, nos gusta fumar y tenemos piercings.  

-Estoy totalmente de acuerdo.

Bajamos y caminamos hasta la entrada donde unos cuantos metros después se encontraba el área para fumar pues ya no era parte de la escuela. El tiempo transcurría mientras dábamos bocanadas de aire e intercambiábamos pensamientos sobre música, personas que conocíamos, fiestas a las que habíamos ido etc, también me encontré a unos viejos amigos, todo estaba marchando a la perfección.

La vida detras del solitario. (No apta para homofobicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora