La vida detras del solitario. (No apta para homofobicos)

Roberto

Ha pasado tiempo y las cosas se han calmado, comencé los cursos para el examen de la preparatoria abierta en una escuela de la misma, entre con otra amiga de la secundaria, María, es chaparrita, cabello oscuro y muy divertida, con ella los cursos se pasan de volada, no hay manera de no divertirse con ella.

Vamos los sábados de dos de la tarde a siete de la noche y nos enseñan 2 materias diferente  y tenemos un pequeño descanso, intentamos socializar pero son niños los que entran en ese curso, y no entienden muy bien de lo que hablamos así que decidimos mantenernos a raya y aprovechar su compañía pues nos vemos un tanto estúpidos nosotros dos solos riendo a lo menso.

Es difícil salir a fiestas los viernes, embriagarte y tenerte que parar temprano para arreglarte e irte a unos cursos en sábado, pero bueno, estoy dispuesto a pagar el precio, lo vale.
 
Estando en la computadora, hace rato que no hablaba con Roberto así que decido preguntarle como esta, hablamos un rato y por fin está más calmado después de lo que paso con Leslie, me invita a su casa a beber y no dudo en decirle que sí, pues nos conocemos desde primero de secundaria y conozco a sus papas y sé que si termino mal de alguna manera me puedo quedar a dormir en su casa, aunque no me ponga mal de todas maneras no me iba a regresar a mi casa.

Es viernes y mi hígado lo sabe, quede de estar en casa de Roberto a las ocho y ya son cuarto para las ocho, tomo mi dinero y me voy caminando a casa de Roberto, vive un poco más lejos que Leslie, pero aun así me queda cerca, voy observando al rededor, esta pacifica la tarde - noche, sé que me la pasare a gusto, pues aparte de beber con Roberto estará Alex quien vivía en Querétaro, pero siempre ha tenido problemas con su papa y ninguno de su familia lo quiso apoyar, su primo Luck iba con nosotros en la secundaria y así conoció a Roberto pues Luck y Roberto se juntaban mucho, Alex me cae bien aún que esta chistoso.

Por fin llego a casa de Roberto y me abre su hermanita, la saludo y paso directamente al cuarto de Roberto.

- ¡Hey!, ya llegaste — Dijo Roberto en un tono de sorpresa. —
- Si, ya quería empezar a tomar ¿Dónde es Alex? — Volteo a todos lados revisando, buscándolo, pero supongo que no está. —
- Está trabajando en unos veinte minutos llega.

Comenzamos a platicar mientras decidíamos que tomar, al parecer nos haríamos unas aguas locas (Agua de cualquier sabor con tequila), eso embriaga mucho y nos alcanza para bastantes, aparte estoy seguro que tiene marihuana, al rato le diré que la saque, se me antoja un toque.

Vamos a la tienda a comprar lo necesario, compramos dos sobres de agua de Jamaica, tequila, una cajetilla de cigarros Marlboro rojos y unos vasos desechables, estábamos listos ya para comenzar a beber. Regresamos a su casa y empezamos a servirnos, platicamos de cosas equis cuando de repente Roberto me pregunta que si quiero marihuana, ya me lo esperaba y asiento, muero por ese toque, nos vamos a su jardín trasero y saca una pequeña bolsita de su chamarra junto con una pipa y un encendedor, nos damos cada quien tres toques y esperamos a que surta efecto.

Ya estamos drogados y comenzamos a ver las estrellas, ambos estábamos en silencio, había una rara tensión, pero yo observaba detenidamente las estrellas para evitar hablar de aquella tensión que nos rodeaba, él también se dio cuenta y comenzó a hablar.

- ¿Y? — Pregunta Roberto
- ¿Y? ¿Qué? — Pregunto extrañado, ¿A Dónde quiere llegar?—
- Pues no sé, no hablas ¿Qué pasa?
- No sé a qué te refieres. — Realmente no tenía ni idea a que se refería.
- Pues no se no hablas.
- Pues no sé qué decir, estoy drogado.

Ambos nos quedamos callados hasta que me pregunto algo que nunca me imaginé que fuera a preguntar.

- Nos deberíamos besar ¿No?
- ¿Qué? — La sorpresa en mi rostro era notable.
- Si, digo, para romper la tensión.
— Estaba hablando en serio, Roberto no es guapo, pero a pesar de eso tiene algo que lo hace llamativo, realmente no sé qué es. —
- Si, bueno, creo que no deberíamos. Tenemos la boca seca, no me gusta besar así. — Las palabras se salieron de mi boca, fue la respuesta más acertada pues me dio la razón y no presiono. —