La vida detras del solitario. (No apta para homofobicos)

Fiesta de alberca

Nada nuevo ha pasado en las últimas semanas, lo de siempre, cursos y tomar con mi vecino. Bueno, tal vez si ha pasado algo nuevo, el viernes; antier, que estábamos tomando Antonio y yo, llegaron unos chavos a la cerrada en un carro eran 3 y comenzaron a tomar ahí, Antonio y yo nos bajamos del carro para ver mejor, reconocí a uno de los chavos, es mi primo, pero hace rato no le veía, él vive cerca y tiene 3 hermanos, tenía una hermanita, pero falleció. No recuerdo muy bien a mis otros dos primos, me acerco para saludarlo, y saludo a los otros dos chavos, no sé quiénes son, al saludar a mi primo le pregunto que si tiene marihuana, él siempre tiene, así que no habría problema en que me regalara un poco, los otros dos chavos se dan cuenta que no los saludo, no es que sea grosero, es que no los conozco, o eso es lo que yo pienso.

Uno de los chavos se voltea, y me reclama porque no lo salude, le pregunto que si lo conozco, realmente si lo conozco no me acuerdo de él; él me contesta que es mi primo, me sorprendo pues no me lo esperaba, es hermano de Diego, del primo que si recuerdo. Me disculpo por mi falta de memoria y empezamos a conversar, Antonio y yo ya estábamos ebrios y Diego me regalo Marihuana. Eso simplemente me tiro, nunca debí mezclar el alcohol con la droga, termine pálido y sin poderme mover del carro.

Falta a lo mucho una hora para que amanezca y mi primo Rene, el hermano de Diego me despierta para despedirse, después le sigue Diego, ambos ven mi cara y mis ojos rojos y cerrados, me preguntan que si me voy a subir a mi casa, yo supongo que sí, les contesto. Diego se acerca y me pide que abra los ojos, me pone unas gotas, no las siento, pero siento que algo se escurre por mi mejilla, me explica que eso bajara los ojos rojos y no se verá tan obvio que estoy drogado. Se despiden de Antonio e intercambiamos rápido nuestros números celulares, para estar en contacto.

No soy muy unido a mis familiares y menos a los de parte de mi mama, todos son muy pretenciosos y competitivos con lo que respecta al dinero. Ellos no, ellos son diferentes, ellos si me caen bien y encajo con ellos a la perfección o eso creo.

Subo a mi casa y para mi buena suerte mi mama se ha ido a acostar, comienzo a creer que las gotas fueron una pérdida de tiempo, tengo mucha hambre y corro a ver que me puedo hacer de comer, hay queso, jamón y tortillas, perfecto para hacer quesadillas. Después de comerme 4 quesadillas me rio, vaya que la marihuana te hace comer demás, no entiendo porque los drogadictos son tan flacos si comen así o más que yo, mi hermana me ha explicado que algunas drogas te inhiben el hambre, supongo que la marihuana no entra en ese campo.

Después de mi corta reflexión del hambre y las drogas decido ir a dormir, estoy agotado y no se ni porque, me tiro a mi cama y en cuestión de segundos quedo en profundo sueño.

Me eh vuelto a encontrar a Mi primo Diego, está en las canchas de mi parque, el me invita a tomar con sus amigos, accedo, pero le explico que tengo que ir a comer y comprar un refresco, me dice que lo alcance en una dirección y me voy de inmediato a comprar el refresco, cuando vuelvo a pasar por las canchas el ya no está, iré a comer rápido y me iré caminando al fin y al cabo es a unas 4 cuadras de mi casa.

Comimos espagueti y bistecs, ya me lave los dientes, ya me voy. No tardó mucho en llegar, es como un salón de fiestas, pero tiene un segundo casa, como un departamento, toco y me abre un chavo, esta pelón y parece ratero, ignoro mis pensamientos, sé qué clase de personas son ellos, pero realmente no me importa, supongo que solo es gente humilde con unos cuantos vicios.
Le pregunto por Diego y el me hace pasar, subimos por unas escalera y pasamos por un corredor, entrando a una parte del salón donde supongo va el DJ pues abajo se ve la pista, todos están reunidos y Diego me presenta, todos me observan, claro, creo que soy se puede decir ''Muy fresa'' para ellos pues todos se ven como rufianes, es extraño.

A pesar de las mirada que a veces me dan, me la estoy pasando bien, unos ya se adaptaron a mi presencia y hasta me regalan alcohol, pasa el tiempo y llegan los papas del que nos invitó, creo que es hora de irse. En la entrada uno de los chavos nos invita a su casa, Diego me dice que vaya, inocentemente acepto la invitación y nos vamos caminando, son solo dos cuadras más.