Superficialidad.

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Ya han pasado varias semanas de lo ocurrido con los amigos de Itzel y poco a poco nos volvemos más cercanos los tres, a veces Adrián se nos une, pero es solo durante clases y nos hace reír.

Con él las clases se pasan más rápido, de verdad agradezco que este en nuestro salón.

Es una escuela muy grande, de dinero así que vestir bien e ir a las fiestas más sonadas es lo que te reconoce en esta pequeña gran jungla llamada sociedad juvenil, jamás había pensado en ese término pero le queda muy bien, hay niñas muy guapas y jóvenes que se nota que se la pasan el en gimnasio.

Claro las niñas bonitas se la pasan con ellos.

No soy la persona más sociable, pero a pesar de eso tengo varios amigos y amigas que iban en otras escuelas antes de entrar a mi preparatoria y si yo quisiera me acercarían un poco más a estar en esas bolitas, pero sigo pensando que son superficiales, solo espero que eso a mí no me afecte.

De regreso a clases después del cigarro mañanero, las escaleras estaban atascadas y Mayra, Itzel y Yo buscábamos meternos dentro del lio de gente que intentaba subir y bajar para no atrasarnos.

Justo en el tope de la escalera, una niña muy bonita, con ojos azules, cabello corto, castaño claro, vestía una blusa blanca y unos pantalones de mezclilla. Quería bajar, pero mientras yo subía fue inevitable que no tropezáramos, hicimos un torpe baile y al final me detuve para dejarla pasar, ella agradeció y me mostro una hermosa sonrisa, me sonroje, sentía el calor recorrer mis mejillas, pero sabía que no volveríamos a tener un momento así.

Después del lio de las escaleras logramos llegar a tiempo y recordé que en la noche teníamos una fiesta de un compañero del salón llamado André, era bastante bien parecido, no tenía musculo pero tenía ojos mieles y facciones muy finas.

Era su cumpleaños e Itzel no podría ir, pero Mayra si, los dos nos quedamos de ver en un lado y fuimos a la fiesta.

Era cerca de la escuela pero nos otros vivíamos a 15 minutos, nos fuimos en camión y caminamos una cuantas cuadras.

Llegamos a la fiesta y vimos muchas caras nuevas, aunque yo me encontré con varias personas, la presencia de Mayra era muy agradable, la fiesta se estaba poniendo buena, no había tanta gente, había alcohol fino, pero Mayra no quería, así que me pidió que la acompañara a fuera.

La seguí unas cuadras después y no dude en preguntarle que hacíamos ahí, ella me dijo que traía marihuana.

Me ofreció pero no se me antojo, no después de estar día y medio drogado la última vez, había aprendido mi lección.

Al regresar a la casa había personas queriendo entrar, a lo lejos pudimos ver como empezaron a forcejear los de adentro con los de afuera y uno grito de dolor y se agarro los ojos, nos comenzamos a acercar y nos dimos cuenta que le habían roseado gas pimienta.

Mayra y yo decidimos esperar, si iban a pelearse, podrían lastimarnos, nos quedamos observando como los de afuera rompían y lanzaban botellas cuando un patrulla con las luces encendidas se empezaba acercar, ellos también se percataron y salieron corriendo.

Mayra y yo corrimos a la casa y tocamos para que nos dejaran entrar, escuchamos un grito, era Mauricio:

-¿Quién es?

.- Nosotros Mauricio, Mayra y yo — le conteste.

Mauricio no tardo en abrir y nos hicieron pasar muy rápido, me acerque a uno de mis conocidos de ahí y le pregunte qué es lo que había pasado.

Braulio nos explicó que uno de los chavos que estaba afuera, al que le rociaron gas pimienta se había embriagado y le había empezado a reclamar a Mauricio sobre un dinero que le debía pero los amigos de Mauricio se metieron cuando vieron que el chavo le había lanzado el primer golpe, pero Mauricio lo logró esquivar y entre todos lo sacaron y el no tardo en llamar a más personas para hacer el problema más grande, por suerte no fue así, la noche continuo y la fiesta seguía prendida habia tomado lo suficiente para disfrutar, no termine ebrio sólo un poco feliz.

fue una gran noche pero ya era tarde y teníamos que regresar a la casa.

Mayra tomo su celular, una blackberry bold negra y llamo a sus papa. L

legaron en diez minutos y se ofrecieron llevarme a mi casa, acepte, pero no lo pensé bien.

 

Mi mama es madre soltera y junto con mi hermana vivimos en una zona de departamentos, los departamentos no estaban en una zona lujosa, pero no eran económicos, al contrario eran departamentos de clase media, mientras que ella vivía en una zona adinerada, sabia o pensaba que me iba a dejar de hablar por no tener dinero como ella, al parecer sin darme cuenta estaba empezando a ser igual de superficial como la gente que Yo tanto detestaba.

Mi papa vivía en una zona adinerada pero nunca lo veía, no tenía llaves de su casa y a menos que el me abriera no iba a poder entrar a su casa y fingir ser lo que no soy.

Les pedí a los papas de Mayra que me llevaran con mi papa, y mientras íbamos para allá yo rezaba para que estuviera mi papa.

Al llegar toque la puerta con la esperanza de que los papas de Mayra se fueran y yo poderme ir caminando a mi casa, pues a pesar de la diferencia económica entre ambas casas, se encontraban muy cerca.

Para mí desgracia se quedaron, y me toco el claxon el papa de Mayra. Camine hacía el carro y el me pregunto que si no traía llaves, negué y le dije que se me habían olvidado en casa de mi mama y que pensaba que tal vez mi papa estaría ahí, él se ofreció a llevarme a mi casa y no me quedo de otra más que aceptar.

Llegamos a la zona de departamentos y tuve que llamar a mi mama para que me abriera porque no traía llaves, cuando llegamos ella ya estaba ahí, se presentó con los padres y los despidió, tal vez me había comportado demasiado paranoico, tal vez no era tan malo después de todo, ¿Por qué ahora si me importa lo que la gente pensara?, si Mayra me dejaba de hablar al diablo, yo no iba a seguir pretendiendo ser lo que no soy.

 

La vida detras del solitario. (No apta para homofobicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora