No podría decir cuánto duró ese viaje. Sólo tenía idea de que girábamos y girábamos... Hasta que de pronto nos detuvimos. La noche era menos densa y una luz azulada nos rodeaba.
Estábamos a orillas de un lago, cuyas aguas de plomo se tendían en la sombra; pero la luz azul iluminaba aquella orilla y vi una barquilla amarrada a un anillo de aquel malecón. Sin duda, yo sabía que todo aquello existía, y la visión de aquel lago y de aquella barquilla bajo tierra no tenía para mí nada de sobrenatural. Pero tenga usted en cuenta las condiciones en que llegaba a la orilla. Las almas de los muertos no debían sentir mayor inquietud al elevarse a la Estigia. Caronte no era, sin duda, ni más lúgubre ni más mudo que la forma de hombre que me transportó en la barquilla. ¿Había agotado el elixir sus efectos? Pues hice algunos movimientos que denotaron que otra vez volvía a dominarme el terror. Mi siniestro compañero debió notarlo, porque con un ademán rápido me tomó en sus brazos y con un silbido despidió a César, cuyas herraduras oí retumbar en los peldaños de una escalera.
Me depositó en la barquilla, desamarró, se apoderó de los remos y bogó con fuerza. Sus ojos bajo el antifaz, no se apartaban de mí; sentía el peso constante de aquellas pupilas y aunque quizá podría mirar la otra mitad del rostro sin mascara, no me atreví. Nos deslizábamos entre aquel fulgor azulado de que hablé, hasta que la barquilla chocó contra un cuerpo duro. Y otra vez me cargó en sus brazos. Yo había recobrado la fuerza y pude luchar contra su cuerpo desesperado. Y luego de pronto, me calme anonadado por la luz. Sí, una luz deslumbrante en la que había sido depositado. Me puse de pie de un salto. En el centro del salón, que no parecía decorado y amueblado más que con flores, la forma negra del hombre enmascarado estaba de pie..., y me habló:
–Tranquilízate, Sungmin –me dijo –no corres ningún peligro. ¡Era "la voz"! Mi furor superó mi estupefacción. Me precipité sobre la careta para arrancársela y conocer de una buena vez la cara completa de "la voz". La forma de hombre se hizo a un lado esquivándome y dejándome expuesta solo la mitad de cara sin mascara, cuando lo aprecie mejor, parecía una cara con las mismas facciones de un ser humano, eso sin duda, cada una en su lugar, pero tenía un rostro no tan común, era pálido en exceso, con severas ojeras de alguien sin vida, y más con aquella mirada inexorable, aun así, pude calificar su rostro raramente bello. Me dijo aprovechando que había quedado anonadado al observarle:
–No corres ningún peligro, si no tocas el antifaz.
Y, tomándome suavemente de los brazos, me hizo sentar. Luego se puso delante de mí, y no dijo nada más.
La simpleza de aquella actitud me devolvió el valor; la luz, al iluminarlo todo a mí alrededor, me devolvió a la realidad de la vida. Por extraordinaria que pareciera, tenía ahora un marco de cosas mortales que yo podía ver y tocar. Tenía que habérmelas, sin duda, con algún extravagante maniático que había constituido domicilio en los sótanos del teatro, en los desvanes de aquel monstruoso palacio.
Miré al hombre que me miraba. Entonces... "la voz", que había reconocido bajo la máscara, porque ella no fue disfrazada con un antifaz, estaba allí delante de mí... era un hombre.
Ya no pensaba siquiera en la horrible situación en que me encontraba, ya no me preguntaba cuál era el propósito que me había llevado a aquel salón como se encierra a un preso en un calabozo. No, no; yo sólo me decía: ¡"La voz" es un él! Y parece que comprendió, sin duda, porque me dijo:
–¡Es verdad, Sungmin! Yo no soy ángel, genio, ni fantasma ¡Yo soy Kyuhyun! No; es imposible hacer nada contra Kyuhyun... ¡Sólo es posible huirle como todos!
–¿Y cómo, pudiendo huirle, usted vuelve a su lado? Si usted pronto supo la verdad... ¿Por qué no escapó enseguida de esta pesadilla?
-¿Salir de esta pesadilla? ¡Pero, si yo no he caído en esta pesadilla sino desde el día en que supe la verdad de todos los hechos atroces que ha hecho él en el teatro!...
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El Fantasma de Ópera
Mystery / ThrillerEn los sótanos de la Ópera de París vive oculto el misterioso Kyuhyun, el hombre de voz de ángel y rostro desfigurado, que acecha entre pared y pared al hermoso soprano Lee Sungmin, al que desea catapultar hasta la cima de la fama; pero cuando se en...