Capítulo 7: La biblioteca

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Bajé por las escaleras y me paré en el centro del hall, a ambos lados, izquierda y derecha se abrían pasillos idénticos, ¿hacia dónde debería ir? ¿Qué me encontraré en este lugar? ¿Y si no quisiera averiguarlo? ¿Y si los rumores del pueblo fueran ciertos? No hay lugar en la tierra más apto para que el mal se desarrolle si no es en este desolado y aterrador lugar. No, eso no puede ser, yo lo conozco, conozco su dura mirada, la mirada de esa puerta. Iré a buscarlo hacia el corredor de la derecha y cuando lo encuentre hablaremos de todo lo que nos pasó durante estos 15 años y nos reiremos.

El pasillo era un poco extraño, no era angosto así que ese no era el motivo de mi rara sensación, era cálido con alfombras rojas y paredes tapizadas de madera, tenía abundantes ventanas de madera oscura que daban hacia el jardín interno, estas estaban cubiertas con un juego de cortinas blancas casi transparentes, muy finas, tanto que dejaban ver todo a través de ellas. Algunas estaban abiertas y otras cerradas, pero la luz de los relámpagos igualmente entraba por todas ellas e iluminaban el pasillo.

Caminé unos metros, a mi izquierda una puerta, la abrí y entré, era una biblioteca. Sus estantes no rebosaban de libros, incluso muchos estaban vacíos y justo en el centro una chimenea de ladrillos vistos, barnizada y brillante, curiosamente encendida. ¿Por qué habría de estar encendida si no había nadie allí? Aproveché el tímido fuego para tomar un candelabro y encender unas velas, para así tener algo de luz con la que aplacar la oscuridad que me rodeaba. Me paré en el centro y elevé mi mirada para buscar si lo encontraba a él viéndome desde el entrepiso de arriba, pero no había nadie. Recorrí un poco los estantes, muchos de los libros estaban amarillos y marchitos, como si un poder oscuro hubiera logrado penetrar en las hojas y quemarlas. Tomé uno de los libros y lo abrí, estaba escrito a mano, la letra era suya, ¿podría la oscuridad haber invadido su mente y marchitado este registro de tu alma? La idea hizo que el libro se resbalara de mis manos y cayera al suelo, donde se desarmó, algunas hojas se deshicieron parcialmente como en cenizas, sólo la cubierta permaneció íntegra.

 Hacia la derecha vi una escalera que trepaba al segundo nivel, subí por ella buscando vestigios de quien hace instantes había estado disfrutando del único lugar cálido de esta casa fría y oscura.

Al subir noté un escritorio que daba a una ventana hacia los jardines y sobre él muchos papeles, todos escritos a mano, era su letra, parecía ser el lugar donde se sentaba a tomar notas. A un lado encontré una bandeja llena de cartas abiertas, eran las mias, estaban todas allí y en el centro, una carta sin sellar, la abrí y encontré dentro una nota, era una nueva que estaba preparando para enviarme.

"Querido amigo, hoy temprano me he despertado sólo en mi casa, los trabajadores se han ido temprano, seguramente habrá un festival en el pueblo, pensé en ir, pero el cielo se puso negro tan deprisa que probablemente habrá una buena tormenta, así que me quedaré para no resfriarme.

Me alegro de que tu esposa y tu estén bien, tengo muchas ganas de verla y conocer a tus hijos.

Ya que tantas vueltas me das para venir, un día podrías invitarme a que vaya yo a tu casa, ¿no? Insisto en que aquí estaríamos más cómodos y que tu familia la pasaría increíble, pero nunca fuiste de esas personas a las que les guste viajar. Espero con ansias tu respuesta, tus cartas iluminan mi día.

Te quiere, tu amigo".

Entonces estuvo aquí, escribiendo esta carta hace no mucho, quizás por eso el fuego en la chimenea, tengo que seguir adelante, tengo que encontrarlo.

Iluminé con el candelabro el resto de la biblioteca buscando algo más y vi dos puertas, una a la izquierda y otra a la derecha. Claro, estoy en el nivel de arriba, pude subir, quizás desde aquí pueda acceder a detrás de ese portón iluminado del hall. Me dirigí hacia la puerta de la izquierda y traté de abrirla, pero también estaba cerrada. ¿Por qué? ¿Qué oculta detrás de esas puertas cerradas? ¿Por qué no me permite entrar? ¿O será la casa quien me juzga apto para ver a su amo? La oscuridad y el vacío de la enormidad de este lugar está haciendo mella en mi, debo encontrarlo.

Crucé por el piso de madera hasta el otro lado de la biblioteca y miré por las ventanas, estas si que daban hacia el patio exterior, el único que no estaba cerrado por esos altos muros perimetrales. Claro, en este nivel si que había ventanas hacia fuera, quizás si me quedo encerrado pueda saltar, pero podría hacerme daño, estoy demasiado alto y si me lastimo no podré pasar por las rejas del frente. Dejaré esta alternativa para mañana, cuando venga el posadero.

Basta de pensar en cosas absurdas, estoy seguro que él está aquí, si lo encuentro iremos a un cuarto cálido e iluminado, lejos de la oscuridad. Caminé hacia la puerta de la derecha e hice girar el picaporte, al entrar vi una sala equipada para hacer ejercicio.


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