Lo primero de lo que Jungkook fue consciente cuando comenzó a abandonar el mundo de los sueños, fue de su boca reseca. La claridad que percibía aun con los ojos cerrados le ocasionó una punzada de molestia en la sien y quiso removerse en busca de una posición más cómoda, pero un extraño peso en su pecho, que en definitiva no debería estar ahí, se lo impidió. Abrió los párpados y se encontró de frente con una maraña de cabellos castaños que le causó un cosquilleo en la nariz.
Su cuerpo estaba siendo apresado por Mi Suk, quien estaba sentada a un costado de la cama con la cabeza hundida en su pecho y los brazos alrededor de su torso. El muchacho tuvo que parpadear varias veces para terminar de comprender lo que estaba pasando, las cortinas de la habitación habían sido abiertas y la molesta intensidad del sol del medio día estaba haciendo estragos en su buen genio de recién levantado.
—¿Mamá? —llamó, sin poder moverse, la mujer levantó la mirada de inmediato y terminó abrazándole más fuerte todavía. Jungkook no entendía nada.
—¡Jungkookie! Siento tanto haberte dejado solo anoche, imagínate todo lo que pudo pasarte, soy una mala madre.
—Umh... Mamá, está bien. Puedo cuidar de mí, ¿recuerdas?
—¿Pero y si te hubiesen robado, o drogado, o secuestrado?
—Nah, la mayoría de las personas que están aquí tienen dinero para esta y varias vidas más, la pasta que deje vender todos mis órganos no ha de ser nada comparado a lo que tienen actualmente en sus billeteras —le dijo, mientras se removía para hacer que le soltara, pero ella no aflojó el agarre—. Si te hace sentir mejor, estuve con Taehyung todo el tiempo, incluso me acompañó hasta nuestro bloque. Venga, ya puedes liberarme.
—No puedo.
—Vamos, mamá, como puedes ver no me pasó nada.
—No, es que en serio no puedo. Llevo como tres horas en esta posición y ya no siento la espalda, ni los brazos, ni las piernas —aclaró, con la voz ahogada por tener el rostro contra su pecho.
Jungkook no sabía si reír o llorar, así que optó por gritar el nombre de su padre para que le quitara de encima a la mujer que se aferraba a su torso con bastante fuerza para alguien que decía no sentir los brazos. Dong Yul cruzó la puerta abierta de conexión con solo un pantalón corto y una toalla blanca alrededor de los hombros, tenía el oscuro cabello húmedo por la ducha que acababa de tomar y los pies descalzos.
—Mujer, te dije que el muchacho estaría bien, ¿no recuerdas que le di clases de karate? —le dijo, mientras la levantaba de encima del castaño con un agarre delicado pero firme en sus hombros. El señor Jeon tenía una actitud fresca junto a una sonrisa ladeada, sosteniendo a su esposa que se dejaba ir hacia atrás dramáticamente, le guiñó un ojo a Jungkook y la levantó en brazos.
—Primero, tú fuiste el que se despertó gritando el nombre del chico y maldiciendo que le habíamos abandonado como aquella vez que olvidamos su existencia en el vestidor de la piscina pública y alcanzamos a llegar a la siguiente autopista sin él —refunfuñó, abrazando el cuello de su marido mientras le miraba con el ceño fruncido, antes de girarse hacia Jungkook y sonreírle—. ¿Lo recuerdas, cariño? Cuando volvimos por ti estabas llorando en el baño completamente desnudo porque además nos habíamos llevado todas las maletas y tu ropa.
—Cómo olvidarlo —masculló, rodando los ojos y sentándose en el colchón para estirar los brazos y mover el cuello de lado a lado. Desgracias de tener padres jóvenes que aprenden a ser padres con su primer hijo que, en este caso, también es el único.
—Segundo, ¿con clases de karate te refieres a esas veces en las que llegué de trabajar y te encontré tirado en la sala suplicando piedad mientras Jungkookie te mordía los brazos, sentando sobre ti?
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Dichosas vacaciones •⊰Taekook⊱•
FanfictionJungkook se ha graduado con honores de bachillerato y sus padres le premian con unas merecidas vacaciones en un hotel de lujo con vistas espectaculares al mar, donde una sonrisa cuadrada perteneciente a un joven de cabellos azules consigue sacarle v...