Dichosas vacaciones •⊰Taekook⊱•

Capítulo 6: Terroríficas mantarrayas

Jungkook se levantó temprano esa mañana y aun así no alcanzó a sus padres en la habitación, solo algunos mensajes de su madre diciéndole que estaban esperándole en el restaurante donde había dejado olvidado su móvil antes de hablar por primera vez con Taehyung. Bien, ella desde luego no había utilizado esas palabras, pero a él le resultaba más sencillo ubicarse de esa manera.

Se preparó para bajar y buscarles en el lugar que le habían dicho, tenía entendido que sus padres estaban gestionando para hacer un paseo en lancha ese día, donde iban a enseñarles sobre diferentes especies de mar y donde harían paradas esporádicas para que pudieran verlas ellos mismos. El castaño no iba a admitirlo en voz alta, pero una sensación incómoda se instalaba en su abdomen cada que se imaginaba a sí mismo en medio de la profundidad del mar con cientos de cosas desconocidas bajo sus pies y a demasiada distancia de poder pisar algo sólido y ver más allá que agua oscura a su alrededor.

No le asustaba el mar, pero sí lo incierto, profundo e inmenso que era. ¿Y si de pronto una piraña le mordía las piernas? ¿O si algo de repente se deslizaba demasiado cerca de sus pies? ¿Y si tiraban de él y lo arrastraban al fondo?

Se topó de bruces con la realidad nada más entrar al restaurante y visualizar a sus padres ya acomodados con sus platos en la mesa, y es que Mi Suk y Dong Yul no estaban solos. Sentados junto a ellos había cuatro personas más con quienes incluso estaban compartiendo una agradable plática.

Observó con los ojos bien abiertos a Taehyung y su familia compartiendo tranquilamente con la suya; para colmo de todo, había varias mesas libres, ellos parecían haberse hecho juntos muy a propósito y, de hecho, estaba seguro de que había sido iniciativa de sus padres. Jungkook casi estaba sufriendo un tic en el párpado derecho.

Sus ojos se toparon con los marrones del muchacho cuando él le encontró ahí, quieto en la entrada, mirándoles como si fueran arañas gigantes. Sintió su rostro arder de inmediato y tuvo que obligar a su cuerpo a reaccionar para acercarse, todo bajo la atenta mirada del mayor. Él tenía una camiseta gris y sus cabellos azules estaban revueltos, dándole un aspecto casual y desinteresado, además de tremendamente guapo, claro. 

Entonces, le invadieron los recuerdos de hace un par de noches y terminó caminando con la mirada fija en sus zapatos ante lo sonrojadas que de seguro estaban sus mejillas. Se acercó a la mesa por el lado que estaban sus padres, pasando primero detrás de ellos para ocupar el asiento libre al lado de Mi Suk, quien parecía entretenida contando una divertida anécdota.

—Así que Jungkookie se lanzó a los brazos del salvavidas gritando que las mantarrayas querían comérselo.

El castaño se congeló en su lugar tras escuchar lo que su madre estaba diciendo, ella le miró al percatarse de su presencia y le dedicó una inmensa sonrisa mientras sus acompañantes estaban soltando divertidas risitas.

—Ah, tú realmente no has dicho eso —masculló, mirándola desde arriba, con las manos en el espaldar de la silla puesto que todavía no se había sentado.

—Oh, sí, cariño, sí lo hice —desafió ella, entrecerrando los ojos también. Jungkook suspiró resignado y se sentó, evitando a toda costa cualquier tipo de contacto visual, los demás todavía no podían detener las risas.

—¿Entonces te dan miedo las mantarrayas? —Levantó la mirada para encontrarse con los ojos burlones de Taehyung, y su sonrojo debió empeorar considerablemente.

—¡Tenía nueve años! —se defendió, encogiéndose en su asiento.

—Entonces, cielo —llamó su madre, luego de unos segundos más de risitas poco disimuladas—, estábamos hablando con Yon y Choi para hacer el paseo en lancha todos juntos. —Señaló a sus acompañantes mientras le decía sus nombres, primero a la mujer y luego al hombre. El menor la miró con una expresión de pánico total.