Cartas al Universo

Querido anónimo:

No pensaba escribir nada y tampoco he escrito ninguna carta en mi vida, pero últimamente he estado pensando que tal vez si transformo mis palabras en cartas alguien me atenderá. Yo tan sólo escribo para evadirme de la tediosa y ordinaria vida diaria. Trato de darle aunque sea un poco de color y forma a esta cruda realidad, porque si yo no lo hago, ¿quién lo hará? A través de tus ojos sólo puedes ver tú. Nadie puede ver por ti, nadie puede sentir por ti porque, al fin y al cabo tu vida es tuya y sólo tú tienes el poder para cambiarla. Yo llevo toda mi vida tratando de moldear la mía y convertirla en la obra de arte que quiero que sea. Mas eso es muy difícil, tanto que hay muchas personas que se han ido sin haberlo conseguido.
¿Alguna vez has sentido cómo la envidia y los celos se paseaban por tu cuerpo mientras la culpabilidad les seguía muy de cerca? Yo sí. Y te puedo asegurar que no es nada agradable. Me han contado tantas historias y tantas aventuras que ya no puedo distinguir la verdad de la mentira. La gente cuenta tantas cosas y algunas son tan increíbles que cuesta creerlas. Les escucho con atención y sonrío ante tales anécdotas, pero en mi interior se pasean unos sentimientos y pensamientos que no me gustan nada. Me siento enferma, como si de un virus se tratase. Odio sentirme así, por lo que escribo esto, para encerrar esos malos sentimientos en estas páginas.