Querido diario:

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Estoy atrapada, necesito ayuda. No sé cómo hacerlo, cómo lograrlo. Es mi sueño y cuanto más pienso en ello más atrapada me siento. Me está sofocando, tomando toda mi fuerza vital y haciendo que me debilite. Evita que me mueva y consigue hacerme llorar. Ayer consiguió que no lograra salir de casa. Debía ir a la escuela y me lo repetía todo el rato con la idea de lograr avanzar, pero cada vez que lo hacía lo único que conseguía era que me costase más levantarme de la cama. Estaba mal. Estoy mal. No de la manera que me hace llorar, sino de una manera que hace que no sienta motivación ninguna por nada. Tengo un vacío donde debería estar mi corazón. He contado esto a mis amigos, mas ellos no lo entienden. El día que encuentre a quien me entienda de verdad juro que seré la persona más feliz del mundo. Ayer no salí de mi cuarto más que para lo necesario. Silencié el grupo de clase en el Whatsapp y me olvidé por completo de la escuela. Abrí mi tablet y me quedé mirándola durante un buen rato hasta que sentí qué hacer. Entré a Internet y me puse a ver una serie. Me reí como nunca, me reí a carcajadas. Solté por mi boca toda la presión que me estaba apresando. Decidí que, esta vez en lugar de llorar, me desahogaría riendo. Y vaya si me desahogué. Necesitaba paz y la conseguí, al menos un poco. Una de mis mejores amigas me escribió un mensaje, a ella no le conté por lo que estaba pasando porque ya se lo había contado a otras personas y todos me decían lo mismo. No lo entendían y creían que no era nada, así que preferí no contárselo. En su lugar, le hablé como siempre, como si no pasara nada. Extrañamente me dio paz, hablar casualmente con ella mientras veía la serie.
Trato de ser fuerte, pero hasta el más fuerte de la tierra tiene su punto débil y ayer el mío me pudo. No puedo creer que ya hayan pasado dos años desde que me dijeron que no estaba capacitada para cumplir mi sueño. Dos años en los que no he conseguido hacer nada para perseguirlo. Siento que se me acaba el tiempo y que no puedo avanzar. Este año tampoco ha ayudado mucho, me he sentido más incapacitada que nunca atrapada aquí. Sin poder hacer nada, inútil, débil, deseando que me trague la tierra. Pero al final, queda algo en mí, algo que me dice que no pierda la esperanza y que siga luchando. Debido a eso estoy en un limbo mental que me incapacita físicamente, haciendo que la desmotivación se convierta en unas cadenas invisibles a los ojos que me atan fuertemente y me dañan más de lo que alguien puede aguantar. No quiero dar media vuelta, pero tampoco puedo avanzar. ¿Qué hago?

Cartas al UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora