Capítulo 4 Ellos son..

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-¡Esta cerrada! ¡esta cerrada!- no dejaba de repetir, mientras focejeaba con fuerza y golpeaba la puerta, el miedo comenzaba a inundarle cada vez más, las pisadas ya estaban detrás de ella- ¡Abre estúpida puerta!- se comenzaba a paralizar, pero seguía golpeando con fuerza. Y de repente sintió una mano sobre su hombro, se paralizo ante eso y comenzó a respirar pesadamente, pero de repentinamente ya no sintió la mano y comenzó a escuchar aullidos.

Se giró y pudo notar que un chico de ojos azules, cabello negro, alto y para gustos de Aki muy apuesto, estaba atacando a lo monstruos con una espada larga y gruesa, que ella misma no podría cargar ni con sus dos manos. Ella estaba atónita, desde un punto de vista, cada movimiento del chico era hermoso y elegante, además de que acudió a su ayuda y eso le daba bastante alivio, la espada brillaba con cada cortada que el proporcionaba a sus enemigos, sus ojos de el estaban concentrado en cada movimiento que hacia el mismo enemigo y eso le causo cierta sorpresa a Aki.

-¡Salam, saca a la chica de aquí, rápido!- escucho que el chico exclamaba con fuerza, sin detenerse de lo que estaba haciendo- ¡Alejala de estas cosas!

Entonces de la nada Aki sintió como se abría la puerta cerrada, donde estaba apoyada y caí sobre algo suave, miro a los lados y pudo notar que unos brazos la cubrían, vio como la puerta se cerraba frente a ella, mientras notaba por última vez como el chico de la espada sonreía. No dejaba de mirar la puerta mientras recordaba lo que acababa de pasar apenas hace unos minutos, entonces sintió como alguien la levantaba del suelo con una sábana que la cubría.

-Tranquila, ya todo esta bien, estas a salvó- escucho una melodiosa voz y levanto la vista. Vio a un chico de cabello blanco y brillante, ojos negros los cuales desde su punto de vista hacían un bello contraste con su pálida piel y esa sonrisa que estaba iluminando su cara, Aki noto que era un chico bastante...hermoso. La recostó en un sofá viejo con mucho cuidado y sonrio.

El chico llevaba una espada guardad en su estuche, el cual colgaba de su cinturón con mucha delicadeza, su cabello estaba un poco despeinado, llevaba una camiseta negra, con una chaqueta blanca, jeans oscuros y unas botas que se veían batsnte gruesas. El chico en si tenía cierta elegancia, lo cual le pareció excelente.

-Hola, me llamo Salam Kell- sonrió de un modo tranquilo mientras le entregaba una tasa de un líquido oscuro que parecía chocolate caliente con malvaviscos- Pero puedes llamarme simplemente Sam, ese tipo duro de ahí afuera que te defendió, se llama Toder Nill, pero dile Tod ¿ y tu como te llamas?- se sentó en una silla frente a ella, mientras apoyaba sus manos sobre la silla, dejándolos libremente.

-Y-yo soy...- hablaba con dificultada, puesto que el susto todavía no había pasado y no dejaba de temblar- Me llamo...Akire Anderson, llámame Aki y bueno, estoy aquí, en este lugar raro- miro hacia abajo mientras abrazaba sus rodillas con miedo, no podía entender lo que había sucedido.

-Tranquila Aki, todo ya sucedió, estas a salvó aquí y de todos modos ya estas a salvo- le sonrió de un modo encantador mientras le revolvía el cabello ligeramente.

-¿¡Qué rayos eran esas monstruosidades!?- levanto la voz de un modo tembloroso, y de la nada sintió que algo cálido corría por sus mejillas, entonces pasó su mano con cuidado y noto que eran lágrimas que habían salido sin avisar

- Oye, no llores- la miro con nostalgia y se levanto rápidamente, para así poder sentarse a su lado y pasar su brazo por su hombro de ella, para así animarla- Tranquila, no tengas miedo, ya todo paso - Le da mas chocolate caliente para lograr tranquilizarla un poco mientras caían sus lágrimas- Son Zalghers, son como muertos vivientes que fueron consumidos por la oscuridad

Perdidos en el Mundo de la Oscuridad [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora