"Quémalo todo, que todo arda. Libérate de esa jaula y vuela lejos junto conmigo. Olvida la ley de Dios, olvida lo impuesto, que yo pondré, mi Tiempo en Ti..."
~*⚠️ A D V E R T E N C I A S ⚠️*~
Escrito con contenido +18. Escenas sexuales explícitas y...
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No había conocido yo una persona tan temperamental como él. Tan profunda y tan objetiva a la vez, que pintaba mis días de rosa, azul y miel.
Un poco de negro también.
Cada vez que lo veía sentía que movía todo mi ser, mi vello se erizaba y mis ojos jamás abandonaban su seguro andar. Aquellos bonitos y atestados pasillos de la universidad; parecían insignificantes cuando él andaba y se llenaba de miradas sobre él, además de la mía; cosa que me desgastaba. ¿Cuando sería el día en el que él me notará? Y si lo hacía, ¿Cuál sería el precio a pagar?
¿Se fijaría en mí? Todo mundo parecía tener problema conmigo, a veces agradecía pasar desapercibido pero otras veces solo deseaba, terminantemente, ser notado por ese chico de apariencia ruda, de ceño fruncido y al que todos tachaban como la oveja negra de la ciudad, en compañía claro de sus amigos, quienes nunca daban paso sin él.
Se trataba de Jeon JungKook, un chico de mi edad, sino es que mayor, no sabía más que su nombre. Los rumores decían que era alguien tirado al vicio y que de todos los pecados, ninguno había sido menos pisoteato por él, llegándose a burlar incluso de Dios.
Y aquello me intrigaba siendo yo un alma entregada al Creador, proveniente de una familia católica hasta morir. Con un padre pastor y una madre culta.
Por este motivo; yo no podía vestir a la moda, tenía una hora de llegada a mi casa que no rebasaba ni las 9 de la noche. No podía tener amigos que no fueran de nuestro círculo religioso, no podía asistir a fiestas y debía ir cada domingo a misa sin faltar. Estaba metido de lleno en el coro de la iglesia y mis padres me obligaban a ir y leer el Evangelio en cada misa sin faltar o de lo contrario, "Dios se enojaría conmigo".
Mis notas eran las mejores del colegio, yo era el mejor portado "el pan de Dios" y por eso no tenía amigos en la universidad, nadie me invitaba a sus fiestas clandestinas o de cumpleaños y todos me juzgaban; ya sea por mis exageradas creencias religiosas y mi manera de vestir. ¿Que tienen de malo unos pantalones anchos, una camisa de manga larga dos tallas más que yo, y un chaleco a cuadros también dos tallas más que la mía?
El mundo debía estar loco, esa era mi forma de vestir para no dar a desear a nadie, o al menos eso decían mis padres, pues debía permanecer casto hasta el matrimonio.
El mundo estaba lleno de pecadores y yo no debía caer en tentación. El diablo obraba silenciosamente sobre las almas débiles y los hacía cometer pecados.
Entonces si yo, conociendo de cabo a rabo la biblia y los mandamientos eclesiásticos, oraciones por millar; ¿Cómo fui a enamorarme de un pecador que ha fumado, tomado, fornicado, robado, insultado e incluso humillado a su padre y a su madre? ¡No sé si habrá matado alguien y tampoco quiero saberlo!
El punto es que, desde que vi a JungKook, esa curiosidad por "mi opuesto" se convirtió en una atracción evidente hasta para mí mejor amigo, SeokJin. Quién me dijo expresamente "Aparta tus ojos de él, pues es un hombre malo y pecador"
Ni yo ni nadie sabíamos nada de él, ¿Era correcto juzgarlo? Yo no podía, no cuando era uno de los mandamientos principales. Pero aún si yo me detenía, ¿Porque nadie más lo hacía?, ¿Por qué todos juzgaban si conocer?
Tarde me di cuenta que con todo ello comenzarían mis problemas más grandes y poco a poco me estaría alejando del camino de Dios.
Por que... El demonio no es como lo pintan.
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