|Capitulo 24|

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Joel|

–Tendremos que operar a la bebé a corazón abierto, detectamos anomalías, le hemos estado haciendo estudios desde que nos la llevamos de la sala de partos –dijo el doctor– Su mujer ya sabe, ya la hemos informado y le hemos dado para que llene la carta de nacimiento de la niña.

Asentí con la cabeza.

–Gracias –dije.

Estaba muy feliz pero de repente se me fue toda la felicidad, quería y deseaba que mi hija esté bien.

Mis suegros se abrazaron, yo fui hasta donde estaba Luna y entré.

Sus ojos estaban llorosos mientras miraba la carta de nacimiento de la bebé.

–¿Entonces si se llamará Melody? –me preguntó ella con su voz quebrada.

Me senté a su lado y la abracé.

–Sí mi amor –le dije– ¿Te dijo algo más el doctor?

–Dijo que la cirugía tardará unas tres o cinco horas, es mucho tiempo –dijo ella– Yo te dije que algo estaba mal.

–Mirame –hice que me mire– Ella está bien, estará bien, ¿sí? No llores, ella estará a nuestro lado, ¿okey?

Asintió con su cabeza y volvió a anotar los datos de ella.

–¿Puedes decirle a mi mamá que entre? –me miró.

Fui hasta la puerta y les dije que pasen, ellos pasaron.

Ya eran las 1am, mis amigos nos felicitaron y dijeron que mañana vendrían a vernos.

Mis padres llegaron.
Les conté lo de la bebé y mi madre se angustió pero quería hacerse la fuerte.

–Más tarde la verás, estará bien ella –dijo mamá– ¿Y cómo es su nombre?

–Se llama Melody –dije– La ví, era muy pequeñita, no pude tenerla en mis brazos porque se la tuvieron que llevar pero mamá, juro que me sentí tan feliz cuando la ví...

–Ay mi niño –sonrió ella con lágrimas en los ojos– Muchas felicidades, serás un gran padre, mi vida.

Papá asentía con todo lo que decía mamá.

–Vamos a orar por Melody –dijo mi mamá– Pero primero voy a pasar a hablar con Luna.

–Claro, vengan por aquí –dije, entramos a la habitación y Lu estaba llorando.

–Con permiso –dijo mi madre y saludaron a los padres de Luna.

Mi padre saludó a Luna y luego salió para afuera con los padres de Luna.

–Felicidades, Lu, ya son padres, y de una hermosa niña que esperaron con ansias –le dijo mi mamá, se acercó y se sentó a su lado– Créeme que sé como te estás sintiendo en éste momento, tengo cuatro hijos y si le pasa algo a alguno de mis hijos yo me muero, estoy contigo –le dijo mi mamá– Mira, te voy a dar ésto que... es algo importante para mí, es un amuleto que me dió mi madre cuando yo tuve problemas en el embarazo de Gabo.

Le dió un collar.

–También me duele mucho porque es mi nieta, es mi sangre y la esperé con muchas ansias –le dijo mi madre y Luna la abrazó– ¿Cómo te sientes físicamente?

–Muchas gracias señora –dijo Luna– Bien, sólo estoy preocupada por mi niña.

–Ya, quédate tranquila que ella estará bien –le dijo mi mamá– Nosotros iremos a orar por Melody, Dios nos ayudará.

–Que así sea, gracias Patricia, te quiero muchísimo –le dijo Luna.

–Y yo te quiero a ti, ya no llores –le dijo mi madre, dejó un beso en su frente y salió de la habitación.

Me senté al lado de Luna y ella me abrazó.

–Papá me dijo que todo era mi culpa por no cuidarme bien durante el embarazo –dijo Luna.

–Pero no tiene nada que ver que Melody haya nacido con problemas en el corazón con que no te hayas cuidado lo cual es mentira porque te has cuidado y te he cuidado desde que nos enteramos que la niña venía en camino –le dije y acaricié su cabello– No le hagas caso a tu padre, ya sabes como es él, una persona desagradable que con sólo abrir la boca empieza a tirar veneno.

–No digas eso, es mi padre, amor –dijo.

–Pero tengo razón, Luna, no puede venir y decirte ésas cosas que no tienen sentido, tratando de hallar algún culpable por eso, son cosas que suceden, yo no pude evitar nacer con asma y culpa de mi madre no fue, tampoco de mi padre.

–Pues sí, tienes razón –dijo ella– ¿Y si también tiene asma?

–Tranquila mi amor, no pienses en esas cosas –le dije.

[…]

Pasaron las horas, la cirugía fue un éxito, ahora la bebé estaba descansando. Eran las 7am, Luna dormía y yo no podía dormir.

No podíamos recibir visitas, era un protocolo, la bebé acababa de nacer y además de ser operada del corazón, estaba un poco débil.

Sólo quería estar en casa con Luna y Melody, mis amores. La ví a Melody, era un angelito, dormía mucho.

Les dije a los chicos que no vengan, no iban a dejar que pasen, le tomé fotos a la bebé y se las envié.

Luna|

Desperté por el llanto de un bebé, miré a la derecha y ya habían traído a Melody a la habitación. Lloraba un poquito raro, la enfermera llegó de inmediato, dijo que no debíamos dejar que llore mucho así que estaban muy pendientes, más sabiendo que yo era madre primeriza.

–¿Quieres darle de comer? –me preguntó– Si no quieres le daremos pues leche.

–Sí, sí quiero –dije.

Me senté, puso a la bebé en mis brazos, la acomodé un poco y le dí de comer. Me dolían mucho los pezones y más cuando ella succionaba, fue otra tortura más pero se sentía muy lindo tenerla en brazos.

En su pecho se notaba la cicatriz de la operación. Era hermosa, se notaba que tenía pestañas largas como su papá y tenía los ojos oscuros pero creo que luego de unos meses va a tener su color de ojos.

Joel entró a la habitación todo exaltado, la bebé se asustó y pegó un pequeñito saltito.

–Amor, shh –le dije.

Él al verme con la bebé sonrió.

–Que hermosas mis reinas –dijo él.

Se acercó y besó mi frente. Se quedó viendo a la bebé unos segundos.

–Mira que pequeña, mi niña hermosa –dijo él y tomó su pequeña manita, más o menos su manita era del tamaño del pulgar de Joel.

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Fool |Joel Pimentel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora