|Capitulo 45|

317 30 33
                                    

Luna|

Miré a Joel y tenía un chupón en el cuello que yo le hice.

-Amor, ven aquí -le dije.

Él se acercó y me miró, me puse frente a él y miré bien el chupetón.

-¿Qué haces? -levanté un poco mi vista y lo miré.

-Te voy a tapar ésto porque que pena que te vean éso -le dije señalando el chupón, él se rió y besó mi nariz.

-Ya mi amor, hazlo pues.

Intenté taparle el chupón pero mi base era un poco más clara al tono de piel de Joel, entonces le quedaba una parte clara un poco rara.

Él se miró y se rió.

-Es muy claro para mí tono de piel amor, mejor que se vea el chupón -dijo.

-No, dejalo así.

-Pero se ve re feo amor -dijo él.

Le dí un beso

-¿Vamos? -él me dió una nalgada y fuí por Atenea- Vamos amor mío -la cargué en mis brazos, estaba preciosa con ése vestido bordo que le regaló su abuelita Paty.

-Ven Lu, vamos a tomarnos una foto -dijo mí hombre y me acerqué a él.

Sacó su celular y nos tomamos algunas selfies, en todas Atenea salió mirando a un costado.

Salimos de casa y fuimos a la de Vale. Al llegar saludamos a todos y fuimos al patio.

-Hola preciosa de la tía -le dijo Valeria a Atenea- Ven con la tía, mi amor.

Ate la miró sonriendo y estiró sus brazos a ella. No sé que tenía Valeria con los niños, en serio los hacía entrar en confianza con ella súper rápido. Mi niña le tiene miedo a Zabdiel y a Juan Pablo.

Vale cargó a Ate y se la llevó por ahí, con los niños.
Estaba considerando que Vale sea la madrina de Ate pero ya era madrina de Ethan, entonces no sabia que hacer.

Lidian estaba hablando con Angie y Dana. Me senté a su lado y acomodé mi blusa.

Ellas se quedaron calladas apenas me senté y cambiaron de tema.
No les hice caso.

-¡Papá! -gritaron desde adentro de la casa, volteé y Vale venía con Ate en sus brazos.

Joel|

Abrí una cerveza y le dí un sorbo.

Valeria se acercó a mí con Atenea en sus brazos llorando, cargué a mi niña y ella me abrazó.
Sentí muy lindo.

-Ay que pena Joel, la llevé con los niños y Ethan le tiró un juguete sin querer, la golpeó -dijo Vale- La golpeó en el bracito, te la traje a tí porque dijo "papá".

-Ah, no pasa nada, pobrecita mi niña -hice puchero mirando a Ate, ella me miraba haciendo puchero también, era muy tierna- ¿Te duele el bracito, hija?

Dejé la cerveza en la mesa, le sobe el bracito y le dí un besito en el brazo.

-Ahorita se te pasa, hija, no llores -limpié sus lágrimas, la cargué bien y volví a agarrar la cerveza.

-Oye pero deja un rato la cerveza -dijo Zabdiel y reí.

-Callate tú.

Le dí otro sorbo, Atenea miraba la botellita de cerveza.

-¿Quieres? -la miré, ella acercó su boca y lamió un poco- Mira, salió a mamá y papá.

-Mini Joel salió -dijo Chris riendo- Es igual a tí y ya toma, noo, que niña.

Me reí y le alejé la botella.

-No puedes tomar ésto, hijita.

Ella gritó porque se lo alejé y estiró su brazo para volver a agarrarlo. Se lo acerqué, agarró la botella con las dos manos y volvió a lamer el pico.

-¡Mini Joel! -le gritó Richard y ella volteó a él.

Empecé a reír a carcajadas.

-Ya mi amor, en serio, no puedes tomar, si te ve mamá me va a regañar a mí -dejé la botella en la mesa y besé su mejilla- Te amo.

Me senté en una silla y hablamos con los chicos un rato hasta la hora de la cena. Cuando terminamos de cenar Erick se fue, es que estaba Lidian y bueno.

[...]

Luna se acercó a mí y me dió un beso en mis labios.

-¿Vamos? -me preguntó- La niña está dormida.

Asentí, me puse de pie y me despedí de todos. Vinimos caminando y teníamos que ir caminando porque se nos descompuso el auto.

Tomé mi celular y traté de pedir un Uber pero no estaban disponibles.

Cargué a Atenea, la tapé con mi chaqueta y salimos de la casa de Vale.

-¿No tienes frío? -preguntó Luna.

-Sí pero no importa, ya casi llegamos.

Llegamos a casa, entramos y me dirigí a la habitación de Atenea. Le puse su pijama y la acosté en su cuna.
Fuí a mi habitación y Luna estaba cambiándose.

Me acosté, me quité los zapatos y me quedé mirándola.
Ella volteó a verme, me sonrió y le sonreí.

Ella era realmente hermosa, sus ojos, su sonrisa, su cabello, era hermosa, me traía loco.

Se acostó a mi lado después de apagar la luz y me abrazó.

-Te amo muchísimo -me miró.

-Yo te amo a tí, mi vida.

Cerré los ojos y ella me movió.

-¿No te vas a cambiar? -me preguntó, abrí los ojos y la miré, tenía los ojos llorosos- Perdón, es que eres muy hermoso y te amo mucho.

-¿Estás embarazada otra vez? -le pregunté, ella era así en el embarazo, lloraba por todo literalmente.

-¿Qué? No, ¿no puedo llorar? -me miró, se tapó y ví que bajó su brazo muy abajo, pensé que iba a tocarme por ahí pero me estiró los pelos de la pierna.

-¡Ay...! -grité- Me duele, no hagas eso.

-No grites que vas a despertar a la niña.

-Entonces no me hagas ésas cosas -le dije, pasé mi lengua por su boca y ella se rió.

-Cochino -me lamió la boca.

-Cochina, duérmete ya.

-No quiero -dijo.

La abracé y besé su frente.

-¿No quieres tener otro hijo? -me preguntó.

-No, no aguanto mucho sin sexo, no sé como hice para aguantar dos veces -le dije y ella se rió.

-Ay eres un caluriento Joel, ¿crees que a mí me gustó estar sin sexo?

-No, tú eres más calurienta que yo, la mayoría de las veces lo hacemos porque tú me tocas, me excitas, me bailas, me dices para hacerlo...

-Sí, porque tú eres un pendejo, ni hablas.

-¿Y qué quieres que te diga?

-Pues no sé, que quieres comerme.

-A veces lo digo.

-Sí pero me lo dices cuando está la niña despierta y no, no se puede.

-Bueno, yaaaa -reí- Deja de atacarme.

-Sabes que te amo.

Se acomodó, yo cerré los ojos y me dormí.

•••••••••••••




Holis

Fool |Joel Pimentel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora