|Capítulo 15|

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[Cuatro meses después]

Luna|

Estaba feliz de volver a Miami, éstos meses allí en España fueron muy duros, me tenían de empleada allí, además se me dificultó todo con mis estudios.

Llegué a mi casa y me vestí, justo hoy era 31 de diciembre.
De vez en cuando me escribía con Joel, él me decía muchas cosas lindas.

Ya me preparé para la fiesta, es que luego de ir a casa de la señora Patricia iría con los chicos de fiesta.

Llegué a casa de Patricia y saludé a todos. No estaba Joel, me dijeron que estaba trabajando, yo tenía ganas de verlo.

Joel|

Estaba en el trabajo, aburrido, no había nadie literalmente, sólo estaba yo y algunos compañeros de trabajo.

Miré la hora, eran las 10pm, me tenía que quedar hasta el otro día a las 8am.

Pasaron y pasaron las horas, hasta que recibieron un llamado de una pelea en una discoteca. Ya eran más de las 12am.

Tuve que ir con un compañero. Era un grupo de chicas contra un grupo de otras chicas, por lo que me dijeron.

Bajé de la patrulla, me acerqué y ví a Luna, también estaba su amiga Dana.

–¿Qué pasó aquí? –pregunté.

–Ellas pasaron y empezaron a decirnos cosas –dijo Luna, me miró y se peinó– Igual si quieres llévame presa.

–Eso no es cierto, quisiste besar a mi novio, maldita zorra –dijo la otra chica y se tiró encima de Luna.

–¡Hey! –mi compañero tomó a la otra chica y la separó– A la comisaría.

Le puso las esposas, levanté a Luna, la pegué en la patrulla dándome la espalda y le puse las esposas. Sentí como se resistió un poco pero en fin, la tomé con un poco más de fuerza.

–Hey, pero ella no ha hecho nada –dijo Dana– Que imbécil eres, dios.

Había gente al rededor viendo todo.

Subí a Luna a la patrulla, ella me tomó del cuello y me acercó a ella, olía mucho a alcohol.

Me alejé, cerré la puerta de la patrulla y me subí adelante.

Mi compañero subió a la otra chica y nos fuimos a la comisaría.

Al llegar la metimos en diferentes celdas.
Fui donde estaba Luna.

–Vas a tener que quedarte aquí hasta mañana, Lu –le dije, se acercó a las rejas y soltó un suspiro. Tenía un poquito de sangre en su labio.

–¿Es en serio? ¿No puedes sacarme? –me preguntó– Feliz año nuevo.

–Veré que puedo hacer, ¿okey? –le dije– Feliz año nuevo, hermosa, te envié un mensaje largo deseándote feliz año.

–Ah, mi celular... –se tocó los bolsillos.

–Te revisé y no tenías nada –le dije.

–Entonces lo tiene Dana –dijo ella.

–Bueno, espero que lo tenga ella –dije.

–Oye Joel te ves muy sexy con ése traje de policía –dijo ella.

–Ya me lo has dicho –me reí.

–Sí, lo sé, quería que lo recuerdes –dijo ella.

–Ah, bueno –dije– Te quedas aquí, debo ir a trabajar.

–No, no me dejes sola –dijo ella haciendo puchero.

–No puedo quedarme aquí, Luni.

–Porfavor, Jo, porfaaaa.

–Un rato –puse un banco ahí y me senté.

Ella empezó a tararear una canción, se sentó en el suelo y luego la escuché llorar.
La miré.

–¿Qué pasa? –le pregunté.

–Comencé mal el año, Joel sácame de aquí –dijo ella.

–Pero tú querías que yo me quede aquí.

–Bueno pero ve a hacer algo por favor –dijo ella.

En verdad ya estaba muy borracha.
Me levanté y me fuí a hacer algo por ella.

[…]

Fui hasta la celda donde estaba Luna y la ví durmiendo sentada.

–Lu, vamos a tu casa –le dije.

Eran las 8am.

Ella se puso de pie, le abrí la celda y salimos de ahí.
No la dejé registrada, no podía hacer eso yo pero lo hice.

–Gracias Joel –dijo ella.

–Por nada bonita, ahora ve y descansa –le dije.

–No, iré a casa de Yoyo, seguro están de fiesta aún.

–¿En serio, Luna? –la miré.

–Sí, en serio –dijo ella.

Conducí a mi casa.

–Yo voy contigo –le dije– Pero acompáñame a mi casa, me voy a vestir y vamos, ¿sí?

–Okey –dijo ella.

Luna|

Entramos a la casa de Joel, él fue directo a su habitación, yo me quedé observando su casa, era un desastre, me daban ganas de ordenarla.

Cuando Joel salió de la habitación fuimos a casa de Yoyo y efectivamente, estaban tomando.

–¡Luna! –gritó Dana y empezó a reírse sóla.

También estaba Zabdiel, Ángeles, Erick, Lidian, Richard, Karla, Johann, Christopher, Valeria, Samantha, Yoandri, Federico, Nicole y no sé quiénes más estaban.

Sólo me senté y empezaron a darme mucho alcohol.
Enseguida me emborraché.

Todos estaban borrachos, hablando o besándose, haciendo otras cosas también.
Johann dijo de jugar a un juego de retos y no sé qué.

Era girar la botella, primero le tocó a Sam y a Angie, se dieron un beso, luego me tocó a mí con Joel, bendita casualidad.

–Ustedes vayan 10 minutos al baño –dijo Dana, nos tomó de la mano a mí y a Joel, nos llevó al baño.

Cuando cerró la puerta me quedé mirándolo.

–¿Quieres? –dijo él y negué– ¿No quieres un beso mío? –se acercó a mi boca hasta sentir su respiración y negué.

Dí unos pasos para atrás hasta que toqué la pared, él se me acercó más acorralandome contra ésta, estaba nerviosa.

–¿Segura que no quieres? –dijo rozando sus labios con los míos, no aguanté más y lo besé con desesperación.

Dios.
Me tomó de la cintura, me apretó contra él suavemente mientras me besaba y mordía mi labio.

–Quiero ser tuya, Joel –le dije, estaba un poco agitada por el beso que me dejó sin respiración.

–¿Quieres? –preguntó él, comenzó a besar mi cuello, bajó sus manos a mi trasero y lo apretaba.

–Sí, quiero –le dije con la voz un poco chillona.

Tocaron la puerta y empujé a Joel tan fuerte que cayó en la bañera, se golpeó la cabeza pero se levantó rápido.

–¿Estás bien? –le pregunté preocupada.

–Sí, no te preocupes –dijo, limpió los bordes de mis labios y abrió la puerta.

Mi respiración estaba un poco agitada y juro que estaba súper mojada, hace meses no tenía sexo, hace meses nadie me tocaba.

Joel salió del baño caminando un poco raro, miré allí abajo y tenía una erección. Me reí, volvimos al juego y nada.

••••••

No me odien















Fool |Joel Pimentel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora