|Capitulo 30|

339 33 12
                                    

Luna|

Los chicos salían muy seguido últimamente, iban a jugar a una cancha a fútbol los viernes/sábado y volvían muy tarde.
Ya estábamos en casa.

Eran las 12am, sábado, Joel estaba con sus amigos.
La niña dormía y yo aquí, organizando mis cosas porque al otro día debía trabajar, empezaba al fin a trabajar en el hospital.

En cuanto terminé fui a la habitación, me acosté y me quedé pensando. No podía dormir, sólo pensaba en Melody, mi mente estaba enfocada en ella. Solté un suspiro, me acosté boca abajo y después de un rato me dormí.

[…]

Abrí los ojos, eran las 6am, siempre me despertaba a ésa hora porque Melody siempre lloraba pero no la escuché para nada.

Me levanté, fui a su habitación y ella estaba con los ojos cerrados, era una muñequita hermosa.

Presté atención unos segundos a su respiración, parecía que no respiraba.
De inmediato la saqué de la cuna y comencé a hacerle RCP.

Empecé a sentir una desesperación inmensa.

–¡Joel! –grité– ¡Joel! ¡Llama una ambulancia!

Intenté no desesperarme y concentrarme en el ejercicio pero no pude. Al ver que mi hija no reaccionaba comencé a llorar, la angustia me invadió por completo.

Joel se asomó.

–¿Qué...

–¡Llama una ambulancia, Joel! ¡Se está muriendo! –le grité con desesperación, él corrió al teléfono y llamó a emergencias.

Se acercó rápido, tomó a la bebé e intentó él.

–Salvala, porfavor –dije entre lágrimas.

–¿Estaba comiendo algo? –me miró él y negué.

Ella estaba con sus manitas frías.

Joel la recostó en el sillón, sintió su pulso y siguió intentando.

–Tiene pulso aún –dijo él– Ve por ayuda, Luna.

Corrí a la puerta, la abrí y bajé hasta recepción. Le pedí ayuda al guardia, él fue por un botiquín y subió rápido conmigo.

Cuando volví la niña estaba llorando en brazos de Joel y Joel con sus ojos llorosos.

–Dios mío –dije, me acerqué y miré al guardia.

Él escucho su corazón.

–Hay que llevarla al hospital –dijo.

–Sí, llamamos una ambulancia –dije.

Vivíamos muy cerca del hospital, se escuchaba la alarma de la ambulancia llegando.

El guardia bajó y subieron los médicos.

La checaron y dijeron que de inmediato tenía que estar en el hospital. Que su corazón estaba bombeando muy lento.

Fuimos al hospital en pijama. Nos atendieron y dijeron que debían operar a la niña. La cirugía costaba 462.70 USD, dinero que no teníamos con Joel.

Dijimos que sí, que le hagan la cirugía. Firmamos papeles y programaron para mañana la cirugía.

Estaba muy nerviosa, nos tuvimos que quedar en el hospital todo el día y toda la noche.
Joel consiguió todo el dinero, obviamente sacó de lo que estábamos ahorrando.

Revisé mi celular, mis amigas estaban mandándome lindos mensajes y lindos deseos para mí y mi niña.

–Mierda –suspiró Joel.

–¿Qué pasa? –lo miré.

–Nada, que justamente estaba pagando el auto y ahora vamos a tener una deuda con ellos –dijo él.

–Es lo de menos, luego vemos de donde conseguimos ése dinero –dije– Le voy a pedir a mi padre, prestado obviamente.

–Ya mi amor, luego vemos –dijo él, miró a la niña y besó su frente– Te amo mi vida.

[…]

Ya metieron a Melody al quirófano, sentía unos nervios gigantescos y mucha ansiedad.

Joel estaba dormido, en la noche no había dormido nada de nada.
Estaba en la sala de espera, cerré los ojos un momento y me dormí.

[…]

Desperté por la madre de Joel.

–Está llamando el doctor –dijo ella.

Me sonreí y ví al doctor acercándose.

–Algo salió mal, Melody no resistió a la cirugía –dijo él– Tienen que ser fuertes, es una noticia muy mala y lo siento muchísimo.

Quedé en shock, volteé a ver a Joel y él se quedó mirandolo muy serio. La señora Patricia negó con la cabeza y se puso de pie.

–No puede ser –susurré.

Me senté en la silla, tapé mi cara y comencé a llorar.

–Hicimos lo mejor que pudimos pero ella no aguantó –dijo el doctor.

Samantha|

Llegué al hospital donde estaba Luna y Joel. La señora Patricia me escribió que falleció la bebé.

Subí donde estaban, después de un rato salían de una habitación. Los tres lloraban.

Luna me miró y su llanto aumentó.

–Lo siento mucho amiga –le dije, me acerqué y la abracé– Lo siento muchísimo.

Lloró un rato en mi hombro y me hizo llorar.

–La ví, estaba ahí en ésa cuna y parecía dormida –dijo Luna entre lágrimas.

No sabía que decirle.
Tomé mi celular y le avisé a las chicas en el grupo, de inmediato vinieron al hospital.

Luna|

Sentía un gran vacío en mí. La señora Patricia se encargó lo del funeral, la niña murió por causas naturales y bueno, no había que hacerle autopsia.

Más tarde la velamos, fueron familiares cercanos y amigos, los de siempre.

–Ay mi Lunita, lo siento muchísimo –dijo Lidian, pasó mi mano por mi mejilla y limpió mis lágrimas.

Le sonreí y ella me abrazó. Escuché unos murmuros, miré a la izquierda, donde estaba la puerta para entrar, allí ví a una mujer... Emilia.

Me separé del abrazo y fuí para afuera, antes de salir Dana me tomó del brazo.

–No vayas, deja que vaya Karla.

–Sí, no vayas –dijo Karla, salió y Joel entró a los cinco segundos.

No sabía que él estaba afuera.

Me dieron ganas de salir pero Dana insistió en que no salga.

••••••••••••••••••

Holis

Fool |Joel Pimentel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora