Disfrutar

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PoV José Luis.

-¡NO MAMES, NO MAMES! Lo siento amor.

-Mi amor, no puedes salir así- se coloco la suave tela de seda sobre el torso y me miró- deja, voy yo.

-Ya ves como me dejas ¿Verdad?- reímos- voy a ducharme.

-Altagracia, hijo ¿Están aquí?- dice mi madre.

-El deber llama cielo, ve que yo me encargo de esto- se levanta rápido de la cama y toma su vestido- Anda, no pierdas más tiempo.

El agua chocaba en mi rostro constantemente y los recuerdos de la mañana se hacían presente. Me entregó por completo su ser, me permitió amarla como tanto deseaba, dejó al descubierto su alma y eso significaba demasiado para mi. Nunca me había sentido merecedor de un amor como el de ella, tan puro y real. Altagracia se encargaba de sacar a la luz cosas que ni yo mismo conocía de mi. El destino era cómplice de esta relación tan hermosa que comenzábamos a construir. No hay duda alguna de que sería capaz de dar mi vida por la de ella si fuese necesario (lo es) porque es lo más lindo que tengo, lo más hermoso que me trajo la vida.

Voy a protegerla con uñas y dientes...

Terminé de colocarme los pantalones, y salí descalzo para la cocina. Mientras me acercaba a la sala, se oían las risas de las tres mujeres, pero había una que me enloquecía. Sí, la de mi pequeña. Tan dulce, armoniosa y a la vez contagiosa:

-Es que a mi hijo, no lo puedes dejar sin las galletas de su nana- me paro a un costado sin que puedan verme- muere por ellas.

-Es que señito, las galletas de Malva son súper deli- dice Regina- ¿Cuando podré quedarme con ustedes?

-Herma, Do... Guadalupe y Malva de seguro tienen cosas que hacer, y tú debes retomar tus clases.

-Hija, no tenemos nada que hacer- dice mi madre- mi trabajo es desde casa y generalmente José Manuel vuelve en la noche.

-No quiero que mi hermana sea una molest...

-Que eres terca señorita, ustedes no son molestia para nosotros, al contrario- mamá sonríe ampliamente- son familia.

-Pero a su esposo le va a incomodar, no quiero que sigan discutiendo con él por mi culpa. No concibo ver a mi José Luis mal.

-Pequeña, mi padre la hizo fea y no voy a permitir que se pasen contigo. Él tendrá que entender que eres mi novia y debe respetar esa decisión- me acerqué a ella y la abrace por detrás.

-Amor- gira levemente la cabeza y me regala una sonrisa- pensé que estabas en la ducha.

-Mi Luis ¿No saludas a tu madre?- frunce el ceño y ríe- extraño a mi niño en casa.

-Vente mujer- se pone de pie y estiro los brazos para recibirla- Yo también te extrañe ¿Trajiste mis galletas?

-José Luis, tienes un centenar de galletas en la alacena y le pides a Malva que cocine para ti- enarca una ceja mientras mi madre se separa de mi- eres tremendo amor.

-Mi nana es feliz al cocinarme, siempre me lo dijo. Regina también va a estar aquí y ya verás que los paquetes se terminan antes de la semana que viene ¿Verdad cuñadita?

-Alta, de verdad que Malva hace las mejores galletas del mundo entero- me mira y sus ojos brillan- José Luis dice la verdad.

-Tendrás que lidiar con dos niños, hija- mi madre ríe y mi chica también. Sus miradas se cruzaron en señal de complicidad- Bueno, es hora de que me vaya. Tengo unos pendientes que resolver.

-Pense que almorzaría con nosotros, antes de que llegaran estábamos hablando del almuerzo con Luis- Altagracia dirige mi vista hacia mi y se sonroja.

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