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Con una gran sonrisa en el rostro y un rico café en la mano Erick pasea por el edificio, desde que lo conoció se dio una idea de la torpeza de Joel pero no esperaba que llegara a estos extremos.

Aunque le parece tierno.

Baja el último escalón y sale del edificio, seguro su novio o algo así ya lo espera en el estacionamiento.

Y no se equivoca.

Lo espera fuera de su vehículo, está recargado sobre la puerta sosteniendo su teléfono, estando así perfectamente arreglado con su traje impecable le es imposible resistirse.

Es tan sexy.

Camina hasta llegar a su lado, este le hace una señal para que suba del otro lado y obedece.

Ya con ambos dentro arranca el auto y comienzan a andar, siempre es la misma rutina así que es de esperarse que conozca lo que debe hacer.

─¿Sabes? Mi amigo Christopher hará una fiesta en su casa, tal vez lo conozcas ─avisa nervioso tomando un sorbo del café.

─El gruñón de canto ─afirma dando vuelta.

─Sí, él, bueno, le pedí permiso para llevar a alguien y no tiene problemas entonces esperaba que pudieras acompañarme.

─¿No pensaste en preguntarme que pensaba primero? ─cuestiona seriamente parando en un alto.

─Bueno, lo hago ahora, ¿Qué dices?

─Lo siento no puedo.

─Pero ni siquiera te he dicho cuando es.

─Er, cuando empezamos esto creí ser claro contigo, me gustas pero no quiero mezclar lo profesional con lo nuestro.

─Le dije que llevaría un amigo, no tiene que saber que salimos.

─No Erick, lo siento, no puedo.

El nombrado niega con la cabeza y gira para ver por la ventana, ve a los transeúntes cruzar la calle y una que otra persona pasear con sus mascotas.

Sabía que esta sería una opción pero tenía la esperanza de que fuera diferente, las veces que han salido solo son para encontrarse en la alcoba de su novio o en la del ojiverde, nunca se han dado la oportunidad de interactuar fuera de lo físico.

Y empieza a cansarse.

Antes de que la luz cambie a rojo abre la puerta y sale del auto.

─¿Qué demonios haces? Vuelve al auto ─ordena enojado.

Erick no hace caso y camina de regreso a la escuela, se siente estúpido cuando pasan estas cosas.

(...)

Joel se pasea por el estacionamiento intentando recordar donde dejó su auto esta mañana, con las prisas todo se le complica

Hoy dormirá en la escuela, decidido.

Al dar con él después de diez minutos entra, toma una mochila que suele llevar a todas partes y sale de ahí.

Camina por el lugar mientras busca unos papeles en su mochila, piensa las muchas situaciones que ha pasado en tan poco tiempo y no le va tan mal, los alumnos que le tocaron de hecho son buenos, comprenden la dirección que les quiere dar y aceptan su liderazgo, además tiene la meta que con el paso del tiempo logre adaptarse de mejor manera hasta por fin dejar de cometer tonterías.

Bueno, la intención es lo que cuenta.

─Ouch ─se queja alguien con quien choca.

El rizado alza la vista listo para bombardear de disculpas a quien sea que haya dañado esta vez pero al ver de quien se trata una gran sonrisa llega a sus labios.

─Erick, hola ─saluda alegre.

─Hola Joel ─responde sonriendo─ ¿No te han dicho que eres algo torpe?

─Más de una vez pero es porque me tienen envidia ─asegura asintiendo seriamente.

Erick suelta unas breves carcajadas y golpea amistosamente el hombro del contrario, Joel es una persona algo inocente y eso le gusta.

─¿Fuiste a almorzar? ─pregunta Er empezando a caminar rumbo a su edificio.

─No tuve tiempo, estuve buscando mi auto ─contesta siguiéndolo─ todavía no me acostumbro al lugar.

─Ya lo harás.

Joel asiente sin saber cono mantener la plática, quiere seguir hablando pero no tiene muchas ideas y más con alguien como Erick.

Es decir, alguien atractivo e inteligente que hace todo bien y ya lo ha salvado dos veces mientras que él suele perderse la mitad del tiempo mientras que la otra la utiliza para volver al camino correcto.

Escucha un suspiro a su lado y ladea la cabeza para ver qué ocurre, ve al menor pero no es la cara alegre que suele tener, está más bien decaído.

─¿Pasa algo? ─pregunta deteniéndose antes de llegar a su destino.

─¿Eh? Sí, solo pensaba ─afirma parando también─ no es gran cosa.

─Para el tamaño de ese suspiro no creo que no sea gran cosa.

─Bueno, son preocupaciones pasajeras pero no importa estaré bien.

El rizado asiente pero no está del todo convencido, podrá no ser muy listo pero esta clase de cosas suelen dársele bastante bien.

Baja un poco la mirada y nota el vaso vacío que sostiene en su mano izquierda.

─¡Lo encontraste! ─exclama señalando el envase.

─Sí, lo dejaste justo fuera de mi salón ─informa extendiéndolo─ ¿Por qué no preguntaste?

─Me dio pena, aún no conozco a nadie.

Erick niega con la cabeza mientras ríe, no tiene ni dos días de conocerlo y ya se dio cuenta lo genuina que es la personalidad del nuevo.

─Bueno hay que cambiar eso, préstame tu teléfono.

Joel asiente y se lo entrega, ve teclear al contrario algunas cosas y se lo devuelve rápidamente.

─Es mi número ─avisa porque notó su cara confundida─ mándame un mensaje o algo para registrar el tuyo.

─Cielos, ¡Sí! Genial ─celebra escribiendo y envía el mensaje casi al instante.

"¿Me aceptarías otro café?"

Una sonrisa enorme y un par de risas salen de la boca de Erick, ¿Cómo un casi desconocido lo ha hecho reír tanto en tan poco tiempo?

"Mejor acompáñame a una fiesta el sábado"

Responde pensando que el hecho de ser rechazado por quien se supone es su pareja no es tan malo, prefiere pasar el tiempo con alguien que también disfrute de su compañía y que mejor que con un amigo que comienza a conocer.

─Sí, me encantaría ─menciona  alegre al terminar de leer el mensaje─ ¿A qué hora?

─¿Te parece si nos vemos a las cinco?

─Perfecto, mándame tu dirección y pasaré por ti.

Joerick: Obra Maestra (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora