─¿Joel? ─nombra en una pregunta viendo a su novio.
Joel quiere terminar lo que comenzó e intenta acercarse a Johann que está tumbado en el suelo pero Erick se lo impide para que no se meta en problemas.
─Joel, basta ─pide tomándolo de los brazos y lo saca del salón─Joel, tendrás problemas basta.
─No es ni la mitad de lo que tendrá ese sujeto ─advierte enfurecido.
Erick quiere ayudarlo pero oye unos tacones caminar lejos de ahí.
─Creo que alguien escuchó el pleito, le dirán al director ─dice Erick preocupado.
─No es eso, es la esposa de tu amante ─regaña el rizado apartando las manos de Erick.
─Joel, no es lo que crees, yo nunca...
El mayor no lo deja terminar y camina en sentido contrario al que llegó, no quiere hablar con él y mucho menos ahora.
Se siente usado y decepcionado, no esperaba que el chico que tanto lo ayudó fuera capaz de algo tan bajo.
Erick está entre la espada y la pared, quiere explicarle a Joel todo lo sucedido.
Pero hay alguien más a quién hirió que necesita ayuda.
Corre a donde escuchó las pisadas para alcanzarla, baja las escaleras y llega a la salida donde la mujer camina aprisa con el rostro abajo.
─Disculpe ─llama Erick siendo ignorado— disculpe.
─¿Qué? ─pregunta deteniéndose y se da la vuelta─ ¿No se han burlado de mí lo suficiente?
─Yo nunca haría algo así.
─Lo escuché, eres su amante.
─De acuerdo sí, lo fui, pero yo no sabía que él está casado.
Erick mira lo que ha provocado, esa mujer no tiene culpa de nada.
Y también tiene en mente a Joel que ahora piensa lo peor de él.
─Señora, yo no sabía que él estaba casado, de haberlo sabido nunca habría estado con él ─insiste empezando a sentir las lágrimas queriendo escapar.
─¿Sabes? Sé de las premiaciones por los periódicos, nunca me ha invitado a nada ─informa sentándose en un escalón─ decía que quería mantener el trabajo...
─Fuera de lo personal ─completa agachando la mirada─ he oído eso.
─¿En qué estoy mal? ¿Por qué no fui suficiente? ─pregunta derrotada— ¿Qué es lo que le gusta?
─No sabré nada de ustedes pero sé que una infidelidad nunca es la opción ─asegura sentándose a su lado─ no debe culparse por algo que él hizo, bueno, por algo que hicimos.
─¿De verdad no sabías que estaba casado?
─Nunca había visto su sortija hasta ayer en el restaurante, fui a su salón para reclamarle porque me sentí usado pero sé que lo que siento no es ni la mitad de lo que usted ha hecho.
─Es horrible ─menciona limpiando una lágrima que cayó por su mejilla─ no sentirte suficiente, volverlo mi prioridad y que no le importe en lo más mínimo.
Erick escucha atentamente todo lo que la mujer tiene que decirle porque es justo como Johann lo hacía sentir, un hueco tan grande que le es imposible llenar.
Una relación solo basada en el sexo siempre está destinada al fracaso y no lo pensó hasta que fue muy tarde.
─Sé que dio lo mejor de sí, él es el problema ─asegura poniéndose de pie─ no llore por él, no lo merece.
─Es extraño platicar de esta manera con el amante de mi esposo.
─Le repito que no sabía que está casado, de haberlo hecho no me habría metido con él porque creo que en el matrimonio y en la lealtad, si quiere un consejo, déjelo, con el tiempo sabrá la falta que le hace y se arrepentirá con creces de lo que se perdió.
─No funciono sola.
─Es mejor sola que mal acompañada pero le digo por experiencia que el tiempo lo cura todo y podría encontrar a otra persona con el tiempo pero no lo vuelva su prioridad, no sé cómo funcionen los divorcios pero si necesita algún testigo de la falta de su esposo cuente conmigo.
La fémina asiente y se levanta también, no logra asimilar la información pero por alguna razón cree en Erick, no parece divertido con la situación y se nota bastante apenado.
─Gracias, creo, me hacía falta quitarme la venda de los ojos ─dice caminando a la salida─ por favor dele las gracias al otro maestro, el de baile, es un buen hombre.
─Lo sé.
(...)
Joel ha estado perdido la mitad de su clase y sus alumnos se dan cuenta, repite mucho las cosas y si bien siempre es distraído ahora lo es al triple.
Pero ahora no tiene esa sonrisa que siempre lo acompaña.
Algunos le han preguntado qué le pasa pero responde que nada y continua la clase intentando ser lo más profesional posible.
Pero no puede.
Su mente se quedó en el suceso de hace rato, creía haber encontrado a una persona intachable, con defectos como todos pero a fin de cuentas una buena persona.
Y estaba equivocado.
─Lo siento chicos, sé que hoy no di el cien pero mañana estaré mejor ─asegura forzando una sonrisa─ vayan a descansar los veo mañana.
El alumnado hace caso pero están preocupados por él, quisieran ayudar.
Por lo general Joel se quedaría a ensayar un poco más pero no está de humor, toma su mochila y se dispone a salir cuando ve a alguien entrar.
─Hola ─saluda Erick pasando por la puerta─ ¿Nos vamos?
─No estoy de humor ─niega rodando los ojos─ ¿Qué quieres?
─Explicarte lo que sucedió, por favor.
Joel asiente resignado, deja su mochila de nuevo en el suelo y le pide a Erick que continué con la mirada.
─Sé que debí decirte que tenía algo con Joel pero no me pareció necesario, no es que fuéramos novios y el día que te invite a la fiesta de hecho ya había terminado con él, no quiero que pienses que te usé para olvidarlo, yo solo quería tu amistad pero con tus gestos me fuiste ganando y bueno, me enamoré de ti.
─Eras su amante Erick...
─Pero yo no sabía ─informa interrumpiéndolo─ no lo sabía, no usaba su sortija de casado y nunca había visto a su mujer por aquí, fui tonto por no sospecharlo pero así sucedieron las cosas, no soy una mala persona Joel, de saber que tenía una relación nunca me habría metido con él.
Joel asiente y suspira hondo. Toda esta situación lo tiene muy estresado.
─¿Terminaste? ─pregunta cortante.
─Yo... Si, terminé ─responde resignado─ entiendo que no me creas pero te juro que no miento y tampoco mentí cuando dije que te amo, te doy las gracias por amarme también y por enseñarme que puedo amarme yo mismo, para Johann nunca fui una prioridad y aunque ahora entiendo porque no deja de doler, eres maravilloso, espero que lo sepas.
Menciona y se da la vuelta devastado, al fin había encontrado a alguien que vale la pena, alguien que lo quiere por algo más que un pasatiempo carnal y todo se vino abajo por un estúpido error del que no sabía que era parte.
─Erick ─nombra Joel antes de que cruce la puerta.
─¿Sí? ─pregunta sin voltear.
─¿Me aceptarías un café?
Fin