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Dejó su copa de vino en la pequeña mesa y también le arrebató la suya a la empresaria en un rápido movimiento. Se sentó a horcajadas sobre ella y la tomó por el cuello.

- No sabes cuánto me gustas. - Comenzó a moverse provocando aún más a la menor. - Te necesito

- Haz algo ya, me muero. - Le dijo Jisoo a lo que Rosé respondió de inmediato besandola desesperadamente. La rubia bajó sus manos y desabrochó el pantalón de Jisoo, lo bajó un poco. - Termina lo que empezaste hoy por la mañana. - Habló Jisoo completamente excitada

- Lo que tu me pidas. - Bajó sus boxers y se maravilló ante lo que vieron sus ojos, aquella imagen de Rosé tomando su miembro entre sus manos, chupando, lamiendo toda su longitud solo la hacía excitarse aún más

- Detente. - Le dijo. - No puedo

- No me puedes dejar así, ahora me tienes que follar tan duro como yo te pida. - La tomó del brazo y fueron juntas a su habitación. La tumbó sobre su cama, la ropa comenzó a estorbar, se desnudaron por completo, de uno de los cajones sacó un condón y se lo colocó a la peli negra. La besó con fuerza, al principio Jisoo no quería corresponder, pero después notó en sus ojos el deseo, esa pasión, así que se olvidó de todo, adiós a su cordura, a sus principios. Ahora Jisoo tomaba el control de la situación, se colocó encima de Rosé, tenía tantas ganas de estar dentro suyo que no lo pensó dos veces y la penetró fuertemente

- Mmm sí...ah. - Gemía la rubia. - Me encanta. - No podía negarlo, la verdad es que Jisoo le estaba dando mucho placer y no podía ocultarlo

- ¿Esto era lo que querías? - Rosé solo asintió mientras tenía los ojos cerrados por el placer. - Tu también me encantas, te sientes tan bien. - Seguía con sus embestidas, cada vez más rápido y fuerte

- Dame más por favor. - Se aferro más a su espalda y comenzó a arañar mientras besaba sus labios y su cuello aún más, tenía que dejar por lo menos una marca para que estuviera en problemas con su esposa. - No pares, estoy por llegar

- Yo también. - Un par de embestidas más y llegaron al orgasmo juntas. Era algo inexplicable, nunca había sentido eso, ni siquiera con Seulgi, no estaba diciendo que el sexo con su esposa fuera malo, solo que esta chica era extraordinaria en la cama.

Salió de ella lentamente y se acostó a su lado. Rosé la abrazó y repartió besos por todo su rostro.
Minutos después llegó el sentimiento de culpa, se separó de la rubia y se sentó sobre la cama.

- ¿Que pasa? - Preguntó Rosé detrás de ella mientras besaba su espalda. - ¿Ya te vas?

- Sí, me tengo que ir. - Comenzó a buscar su ropa por la habitación

- Noto por tu cara que no estás muy bien. - Comentó

- Me siento mal por haber hecho esto, nunca le había sido infiel a mi esposa. - Decía mientras terminaba de vestirse

- Ay por favor, todos los y las empresarias así como tú tienen amantes en cada ciudad, no deberías sentir culpa. - Intentó consolar

- Esto no puede volver a repetirse

- No, no me hagas eso. - Respondió de inmediato levantándose de ma cama yendo hacia ella. - Eres una diosa en la cama, quiero volver a hacerlo contigo, te necesito

- Esta fue la primera y la última vez que estamos juntas, entiende que no puedo hacerle esto a mi familia. - Rosé la tomó por el cuello y la besó desesperadamente

- Vas a volver a mi Jisoo, yo lo sé. - La empresaria tomo sus cosas y salió del departamento

Al entrar a su auto tomo su celular y observó las notificaciones. Llamadas perdidas de Seulgi y un mensaje de hace horas que decía:

Venganza - Chaesoo g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora