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- No sabes cuánto me encanta verte así. - Dijo Jisoo mientras Rosé se movía sobre ella

- Me encanta tenerte así y dominarte. - Seguía moviéndose. Jisoo acariciaba sus pechos, sus manos bajaban a su abdomen, después a sus caderas guiando el movimiento, eso le excitaba aún más, la manera en que la peli negra la tocaba era magnifica. – Mmm...Jisoo ah...estoy por llegar. – Se acostó por completo sobre ella, pegando sus cuerpos calientes y sudorosos. Comenzó a moverse aún más rápido sobre ella

– Ya casi, sigue así. – Dijo Jisoo tomando su rostro, besando sus labios, su cuello, sus pechos. Todo de esta mujer le encantaba. Embistió un par de veces más y llegaron juntas. – Eres extraordinaria, me encantas. – La rubia mantenía sus ojos cerrados y trataba de regular su respiración

– Eres la mejor. – Susurró en su oído, besó su cuello y después sus labios. – Tu también me encantas, me gustas mucho. – Permanecieron así por unos minutos, repartiendo besos y caricias. Pero era momento de irse

– Disfruto mucho estar contigo. – Dijo Jisoo. – Pero me tengo que ir, ya es un poco tarde, no quiero problemas con mi esposa

- No te vayas aún. - Rosé tomó del brazo a la empresaria. - Quédate un rato más

- No, me tengo que ir. - Se levantó de la cama y buscó su ropa

- Nunca tengo suficiente de ti. - Fue hacia ella y la abrazó por detrás

- Te tengo una propuesta. - Le dijo mirándola. - Tendré un viaje de negocios a Japón, quiero que vengas conmigo

- ¿Qué? ¿De verdad? - Preguntó

- Sí, quiero tu compañía durante esa semana ¿qué dices?

- ¿No habrá problemas con tu esposa?

- No, ella no irá, tiene que quedarse aquí

- Entonces claro que te acompaño. - Dijo sonriendo

- Mañana paso por ti. - Le dio un último beso, tomó sus cosas y salió de ahí



Días después

Osaka, Japón

Rosé despertó, estaba abrazada de la empresaria, descansado en su pecho. Se quedó por un momento observando su rostro, sus facciones. ¿Qué era aquello que sentía al tenerla así de cerca? Esfumó rápidamente esos pensamientos, seguía mirando a Jisoo, ella era idéntica a su padre y eso le daba rabia. No podía flaquear en este momento que ya la tenía entre sus garras. Ahora debía planear algo para hacerla sufrir, tal vez enamorarla y dejarla, o tal vez ya era el momento de mandarle a su querida esposa el video íntimo que había grabado y así destruir su matrimonio. Pero algo la detenía, quería divertirse un poco más con ella, por lo menos un par de meses más.

- Buenos días. - Dijo Jisoo

- Hola buenos días. - Le dio un beso. - ¿Cómo estás?

- Bien, estar contigo es lo mejor, ha sido una gran semana

- Hay que prepararnos, este será nuestro último día aquí, quiero divertirme a tu lado




Más tarde

- Déjame tomarte una foto ahí. - Le dijo Jisoo a la rubia. - Eso es, te ves muy sexy

- Tu no te quedas atrás. - Seguía posando para ella. - Ahora una foto juntas. - Se colocó al lado suyo y tomó varias fotos, unas abrazandola y otras dándose de besos

- ¿Quieres un helado? - Preguntó la empresaria

- Sí por favor. - Subió a la espalda de la menor. - Vamos

Venganza - Chaesoo g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora