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Rosé se encontraba acomodando su ropa, zapatos y demás cosas en su habitación. Había llegado ya a la ciudad de Seúl dispuesta a quedarse ahí. Mientras limpiaba el departamento, sonó el timbre, asi que fue a abrir.

– Hola señora. – Saludó a la mujer que estaba ahí frente a ella. – ¿En qué puedo ayudarla?

– ¿Eres Roseanne Park? – Preguntó

– Sí, soy yo ¿qué necesita?

– Mi nombre es Tzuyu, yo conocí a tus padres. – Le dijo. – Tenía tantas ganas de verte, eres toda una mujer

– Señora pase por favor. – La mujer entró y se sentó sobre uno de los sillones. – Dice que usted conoció a mis padres

– Sí. – Respondió. – Yo los conocí, tu madre fue una gran amiga, era amable, muy linda y hermosa como tu. Jimin, tu padre un hombre caballeroso, trabajador, te juro que yo jamás había visto a dos personas amarse de la manera en la que lo hacían tus padres

– ¿De verdad? – Dijo casi llorando al escuchar lo que decía aquella mujer

– Sí, ellos se amaban demasiado. – Confirmó. – Yo fui empleada de Kim Seokjin, ese hombre que arruinó todo, ese hombre que asesinó a tu padre. Aquel hombre que cuando naciste quería que te abandonara, pero no pude hacerlo

– Le agradezco que no lo haya hecho, me salvó la vida

Tzuyu siguió contándole a Rosé sobre sus padres. Pudo conocer la forma de ser de su madre, justo como su padre le había hablado de ella hace años. No saben las ganas que tenía la rubia de que su madre siguiera con ella, le había hecho mucha falta durante toda su vida.

– Que vueltas da la vida. – Dijo Rosé

– Sí, nunca sabemos lo que nos tiene preparado el destino. Mírate ahora, con dos hijas de Kim Jisoo, la hija del asesino de tu padre. – Comentó. – No te sientas culpable, solo te enamoraste y ya, las dos tienen que olvidar el pasado, ustedes dos no tienen porque pagar los errores del pasado, tienen que vivir su presente, y si se aman no repriman ese sentimiento, hazlo en memoria de tus padres, para ellos tu serías lo más preciado, lo único que hubiesen querido es verte feliz Rosé

– Muchas gracias por sus palabras. – Agradeció. – Significan mucho para mi. – Llamaban a la puerta. – Iré a abrir. – Se levantó y fue a abrir la puerta

– Hola Rosé. – Saludó Jisoo. – Ya estamos aquí. – Rosé sonrió al ver a sus hijas. – Están dormidas, son unas niñas muy tranquilas

– Vamos a llevarlas a su habitación. – Entró al departamento. Jisoo observó a la mujer que estaba ahí sentafabsobre uno de los sillones

– Tu debes ser Kim Jisoo ¿verdad? – Dijo Tzuyu en cuanto miró a la peli negra. – Claro que sí, eres idéntica a tu padre

– ¿Quien es usted? ¿Conoció a mi padre? – Preguntó confusa

– Sí, créeme que lo conocía, muy bien. – Confirmó. – Yo trabaje con el, en su casa, durante mucho tiempo, lo conocí a él y también a los padres de Rosé

– Jisoo ella puede confirmar todo lo que te dije hace meses. – Habló Rosé

– Es verdad todo lo que Rosé te ha dicho, tienes que creerle. – Dijo Tzuyu. – Me ha contado todo lo que ha pasado entre ustedes dos. Te diré lo mismo que le dije a ella. Ustedes no tienen porque pagar los errores del pasado, los errores cometidos por sus padres. Si ustedes se aman, si se enamoraron, no repriman ese sentimiento tan bello como lo es el amor. Amense, háganlo, porque después puede ser muy tarde. – Jisoo no decía nada, solo se mantenía en silencio. – Me tengo que ir, espero que mis palabras hayan servido de algo. Nos vemos después. – Rosé acompañó a aquella mujer a la salida. Después regresó y observó que Jisoo estaba en la habitación de las niñas.

– ¿Qué piensas de lo que dijo la señora Tzuyu? – Preguntó entrando a la habitación

– Que es una mentirosa igual que tu. – Respondió

– Lo que pasa es que tu no aceptas que tu padre fue un asesino

– No quiero seguir escuchando. – Dejó un beso a cada una de sus hijas despidiéndose, dispuesta a irse

– No miento Jisoo. – Seguía en la puerta para que no saliera. – Te amo, no miento cuando te digo eso, me enamoré de ti profundamente y se que tu también lo haces

– Sí, yo también te amo. – Dijo acercándose a ella. – Pero no puedo olvidar el propósito con el que te acercaste a mi. – La tomó de la cintura. – Me destruiste, me alejaste de mis hijos, lo lograste

– Sí Jisoo pero no sabes cuánto me arrepiento. – Dijo acariciando su rostro. – Se que te hice daño, se que ese era mi propósito, pero me enamoré de ti. – Decía muy cerca de su rostro. – Tienes que creerme, te amo Jisoo, perdóname por lo que te hice

– En nombre de mi padre, perdón por lo que te hizo. – Rosé estaba a punto de llorar. – Ahora comprendo lo que sufriste, perdiste a tu madre, a tu padre, estuviste sola durante toda tu vida, no me imagino lo duro que fue para ti a tan corta edad sufrir todo eso. – Jisoo la abrazó fuertemente y Rosé correspondió al abrazo. – También te amo, demasiado

– ¿De verdad? – Dijo mirándola fijamente. – ¿Me amas Kim Jisoo?

– Te amo Roseanne Park. – Confirmó esto uniendo sus labios, en un beso suave y lento. – Es cierto lo que dijo esa mujer, nosotras no tenemos porque pagar los errores del pasado

– Tienes razón. – Siguió dejando besos por su rostro. – Te extrañé mucho, todo de ti me hacia falta

– También tu me hacías falta. – Siguió besando. – Perdón por todo, por lo de nuestras hijas, por no haber estado contigo, lo siento tanto

– No te preocupes. – Quería que sucediera, necesitaba estar con ella nuevamente. – Te amo. – Sin dejar aquel beso, Rosé guió el camino hacia su habitación

– Quiero hacerte el amor. – Susurró la peli negra

– Soy toda tuya. – Rosé se sentó sobre la cama mientras Jisoo estaba frente a ella y quitaba su blusa, la rubia la miraba y aprovechó para acariciar su abdomen, bajó sus manos desabrochó su pantalón, bajandolo por completo, acarició su miembro por encima del bóxer, haciendo excitar aún más a la empresaria

Jisoo quitó lentamente las prendas de la rubia dejándola completamente desnuda. Unieron sus cuerpos calientes y comenzó a besarla haciendo un recorrido desde su rostro, pasando por su cuello, sus pechos, su abdomen, hasta llegar a su zona íntima, la cual no dudó en besar y acariciar con sus dedos. Se notaba que lo disfrutaba, porque gemía de una manera extraordinaria.

– Te necesito ya, no juegues Kim. – Informó la rubia, quien estiró un poco su mano para sacar del cajón un preservativo que entregó a Jisoo. – Ponte eso, no queremos más bebés

– Por mi no hay problema, nos salen muy bonitos. – Dijo colocándose el condón

– Deja de hablar y hazme tuya. – Se colocó nuevamente sobre ella, dejaba leves besos sobre sus labios, su cuello. Fue guiando su miembro hacia su entrada lentamente. Rosé se aferró a su espalda mientras Jisoo comenzaba a moverse lentamente. Continuaron así, dándose besos, repartiendo caricias por todo su cuerpo, disfrutando al máximo del placer que las dos se daban.

– Te amo. – Dijo Jisoo mientras la tomaba de la cintura pegando su cuerpo al de la rubia. – Extrañaba estar contigo, disfrutar de estos momentos

– También yo. – Besó sus labios. – Extrañaba tus besos. – Decía acariciando su rostro. – Te amo Jisoo

– No quiero estar lejos de ti, quiero estar contigo y con nuestras hijas siempre. Me haces feliz

– Yo también soy feliz a tu lado, te amo











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Venganza - Chaesoo g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora