CAPITULO VII

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Ya estaba dentro de esta batalla llamada vida, llamada realidad, no podía darse por vencida.

¿Qué harían si algún día encuentran una libreta llena de secretos? No solo eso, si esa libreta es de la persona que les gusta, talvez nuestro primer pensamiento seria respetar su privacidad o quizá pensaríamos que no estaría mal echar un vistazo, ese es el problema, el segundo pensamiento puede llegar tarde o temprano y entre mas la tienes contigo la idea más se fortalece, es ahí que puedo señalar mi primer error, no haberme deshecho de esa libreta enseguida, no haberla devuelto en cuanto tuve la oportunidad, ahora no sabía cómo hacerlo, como devolver algo que ya había leído, algo que parecía ser bastante serio, no dejaba de preguntarme ¿Cómo podría verla ahora a los ojos? ¿Cómo podría actuar normal?

Si bien era cierto que era un chico bastante tímido también podemos sumarle que no era bueno mintiendo y temía ponerme nervioso, verla sin pensar lo que había pasado, querer consolarla, ¿a eso era a lo que se refería con el eres fuerte, siempre lo has sido? de ser así ella tenía mucha razón, no podía imaginar siquiera la fuerza que se precisaba para sonreír como ella sonreía después de lo que le había sucedido.

Seguía cuestionándome acerca de seguir leyendo o parar las cosas aquí ¿podría haber pasado ella algo peor que eso? No, no podía creerlo o siquiera imaginarlo. Una parte de mi me decía que debía parar, que debía dejar las cosas así y fingir que eso nunca había pasado, aunque sabía perfectamente que no podía hacer eso, no podía fingir no haber visto nada.

-¡Basta! No puedo seguir con esto, no puedo irrumpir así en la privacidad de alguien solo mírate said, terminaste hablando solo en tu cuarto y metido en este lio moral. Será mejor que tome un baño y me olvide de este tema.

Tomé mis cosas y me metí a bañar intentando no pensar demasiado, tenía que despejar mi mente. Sentir como caía el agua sobre mi cuerpo era muy relajante. Después de eso me tumbé en la cama y cerré los ojos.

Ya no pensare más en eso, debo dejar ese tema de lado.

Alguien toco a mi puerta y después esta se escuchó abrirse, no me moleste en levantar la cabeza, sabía que era mi madre, nadie más tocaba a mi puerta y después abría sin esperar respuesta, a veces me preguntaba si así eran todas las madres o solo la mía, de ser yo quien tocara a la puerta de su cuarto y después entrara sin esperar su aprobación para pasar estaría recibiendo una llamada de atención. Pero bueno esa era mi madre.

- Baja a cenar, hoy tu padre saldrá tarde del trabajo así que solo somos tu y yo en la cena.

- Está bien, a decir verdad no tengo mucho apetito- aunque lo intentara no podía dejar de pensar en ella, en la libreta ¡LA LIBRETAAAAAAAAA! Había olvidado esconderla y estaba expuesta en la mesa de mi computadora. No podía dejar que mi madre la viera, si la veía podría darse cuenta que no era mía, ya bastante era que yo supiera algo que no debía como para que mi madre también se diera cuenta.

- Bajemos entonces ya a cenar, después de haber salido a correr me ha dado mucho apetito- me pare de la cama intentando sacar a mi madre lo más pronto posible de mi cuarto

-Pero si me acabas de decir que no tenías mucho apetito, quien te entiende

-¿Qué? Aaaah bueno lo que pasa es que si he corrido mucho creo que debo reponer toda esa energía

-Pues si tú lo dices, bajemos entonces.

Me apresure a salir de mi cuarto antes de que mi madre se pusiera a analizar las cosas que tenía en mi cuarto. Bajamos y le ayude a servir todo para la cena. Mi padre siempre estaba ausente, siempre teníamos que cambiar de casa y dejar nuestras vidas atrás, talvez por eso me había vuelto poco sociable, tanto mi madre como yo habíamos aprendido una cosa, solo terminas relacionándote con quien necesitas hacerlo, no atraes a nadie a tu vida si no puede aportar nada, habíamos aprendido a relacionarnos solo lo suficiente, creíamos que absolutamente nadie era indispensable en nuestra vida, que las personas eran remplazables, habíamos hecho eso desde que mi padre estaba trabajando en la milicia y había aceptado cambiar de residencia y con ello arrastrarnos a mi madre y a mí a todos estos cambios. Desde entonces yo había dejado de tener amigos y había pasado a tener compañeros, lo mismo pasaba con mi madre, no consideraba a nadie una amiga de verdad.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2021 ⏰

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