prólogo

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Y entonces la vi, escondida de la multitud. Lloraba desconsoladamente, nadie confiaba en ella, me pregunté ¿ A donde ha quedado aquella chica llena de vida, de luz, resplandeciente?¿A dónde fue la chica que siempre sonríe? Quise acercarme a ella e intentar preguntar que le pasaba, si podía ayudarla, consolarla. Y entonces la vi hacer algo sorprendente, de la nada se levantó, limpio sus lágrimas y sonrió, empezó a hablar y me esforcé para escucharla sin que notara mi presencia.
- Tranquila, todo estará bien, eres fuerte, siempre lo has sido, pequeña si nadie confía en ti yo si lo hago, saldremos adelante.
Volvió a limpiar sus hermosos ojos que amenazaban con seguir derramando lágrimas, practicó un poco su voz y su sonrisa y salió al público, tan resplandeciente como siempre, como si hace apenas unos segundos no hubiese llorado.
Entonces entendí que incluso la sonrisa más hermosa puede ocultar demasiadas cosas, demasiadas lágrimas y que nada es lo que parece.

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