Capitulo V

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Tenía una manera de mirarte que te hacía sentir como si todo estaría bien, como si no importara lo que pasara. Extrañamente te regalaba una seguridad y a decir verdad esa seguridad no la había conocido antes.

No había podido aguantar la curiosidad y había abierto su libreta, el problema es que eso no era solo una libreta de apuntes, la cerré al instante y dude para volver a abrirla, no debía leer lo que había adentro, debería respetar su privacidad. Cerré la libreta y la deje en la mesa de mi computadora. No tenía por qué leer algo que no me correspondía, lo mejor sería esperar al lunes para entregársela, sí, eso sería lo correcto.
Pasaban las horas y aun que intentaba distraerme no podía quitar ese pensamiento de mi cabeza, en mi cabeza rondaban las pocas palabras que había leído, en la primera página “para mi sheccid” ¿Quién era sheccid? ¿Por qué ella le escribía en una libreta? Avance a la segunda página “sheccid, espero poder confiar en ti y que me conozcas plenamente, esta es mi propia historia, mis momentos más difíciles, si esta en tus manos es porque yo misma te la he dado por que… confió en ti”. Bien quedaba más que claro que yo no era sheccid, por tanto, no era para quien iba dedicada esa libreta, no era en mí en quien confiaba, no decía “para mi said” Ja, brincos diera.
Para sacar todos esos pensamientos de mi cabeza salí a dar una vuelta, correr o caminar, eso siempre me había ayudado a pensar un poco mejor, a despejar mi mente. Comencé caminando, pero al cabo de un rato comencé a correr ¿Cómo se supone que dejaría de lado esa libreta? ¿nunca has tenido esa curiosidad que si quisieras podrías saciar por que las respuestas las tienes justo entre tus manos? Pero mi lado racional me decía que estaba mal que lo hiciera, ¿Cómo se supone que podría verla a los ojos después? Sus ojos aaah eso me hizo recordar sus ojos, su mirada siempre llena de brillo, de alegría, la perfecta combinación con esa hermosa sonrisa, el dúo perfecto para cautivar los corazones. En serio no podía imaginarla triste, la libreta decía “mis momentos más difíciles” me preguntaba ¿Qué clase de momentos habrían sido? Su sonrisa no delataba ni un poco de tristeza ¿Qué tan difíciles habrán sido esos momentos por los que paso? Tan absorto me encontraba en mis pensamientos que cuando me percate ya me había alejado más de la planeado de mi casa, era nuevo en este lugar así que aún no conocía por completo los alrededores.
Decidí regresar e intentar poner un poco más de atención para no perderme, al cabo de una cuadra me encontré con un parque bastante bonito y decidí echar un vistazo al lugar, se encontraba una familia ahí, parecían estar conviviendo, todos estaban sonriendo, parecían felices, siempre he creído que uno de los mayores placeres de la vida es el sonreír, así que siempre me ha gustado observar desde lejos a las personas reír, ver a las personas incluso si son desconocidas y pensar que ellas tienen una vida completamente diferente a la mía, nunca he podido evitar pensar que yo me iré y llegare a mi casa y veré a las personas que conozco y seguiré con mi rutina pero esas personas regresaran a su propia casa, seguirán su propia rutina, que somos mundos muy diferente que tal vez nunca se encontraran. Seguí caminando a las afueras del parque, y vi a alguien correr y esconderse unos arbustos, pero... esa figura a mí se me hacía muy conocida, ¿Quién era? La seguí de manera muy cautelosa e intentando pasar desapercibido, me escondí cerca y entonces la vi, era ella, era Nahiara, ¿Por qué se había escondido ahí? No podía verla bien así que me acerque otro poco, parecía temblar, espera… ¿estaba llorando? ¿Esa chica estaba llorando? Quería acercarme a ella, preguntarle si podía ayudarla, poder consolarla, pero me preguntaba si a ella le gustaría que la vieran así, aun no podía decidirme, pero entonces ella hizo algo sorprendente, de la nada ella se levantó y seco sus lágrimas, comenzó z mover los labios y yo me esforcé por escuchar lo que decía “tranquila, todo estará bien, eres fuerte, siempre lo has sido, pequeña si nadie confía en ti yo si lo hago, saldremos adelante, siempre lo hemos hecho” limpio una vez más sus ojos y regreso a donde estaba aquella familia que reía, yo aún seguía ahí sorprendido por lo que había pasado, la había visto llorar y consolarse sola ¿Cuántas personas son capaces de hacer eso?  Esa chica resplandeciente y llena de alegría acababa de llorar y de levantarse sola, estaba completamente atónito, había regresado con su familia (he de suponer) y seguía sonriente, había vuelto a ser la chica que conozco, no había dejado ni rastro de las lágrimas derramadas hace un rato ¿Cómo era eso posible? Esto termino de desertar mi curiosidad, tenía que leer esa libreta.

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