Capítulo III

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Su sonrisa era demasiado encantadora… quien se imaginaría lo que ella sufría.

Los días pasaron en aquel mi nuevo colegio y solo podía verla a ella, era una chica muy simpática y parecía agradarles a las personas, era alguien muy inteligente y carismática que parecía ver el mundo con gran optimismo, confieso que había llegado a envidiarla un poco por eso, ella solo lograba llamar cada vez más mi atención aun que creía ser invisible para ella o tal vez solo era demasiado tímido. Los días pasaban y buscaba manera de acercarme a ella, pese a que me sentaba atrás de ella aun no lograba encontrar una buena manera de acercarme a ella, me hablaba en ciertas ocasiones y yo respondía muy torpemente y me odiaba por eso, siempre fui un chico que intentaba pasar desapercibido, quizá el mudarme tantas veces y cambiar constantemente de escuela había influido en ello. 
Como todo buen acosador había investigado ya el significado de su nombre, Nahiara, me seguía pareciendo hermoso y según los resultados de búsqueda significaba la más bella de la tribu, la más amada y a decir verdad su nombre le hacía justicia pues ella era hermosa y muy querida también tenía algo que me llamaba la atención, más allá de su belleza, era algo más pero ni yo sabía describir que era así que solo podía seguir ahí observándola como la más bella de las creaciones que pudiera haber existido.
Esa mañana se me hizo muy tarde y salí apresurado a la escuela, era un tonto ¿Cómo había podido desvelarme tan tontamente? Si bien es cierto que no era el chico más inteligente tampoco era un chico irresponsable y odiaba llegar tarde a los lugares, no tanto por el hecho de la puntualidad sino por el hecho de que odiaba sentir las miradas sobre mi cuando llegaba tarde. Con el pelo alborotado y la cara aun con sueño, unos calcetines  sin par y unos ojos lagañosos aun fueron mi manera de llegar al salón, para mi m¡ buena suerte el profesor aun no entraba así que estaba a tiempo aun que si había atraído algunas miradas hacia mí pero la más importante era la de ella que me miraba y me daba la impresión que intentaba contener la risa pero era más que obvio que eso era imposible debido a mi horrible y catastrófico look mañanero así que no la culpaba así que solo me dirigí a mi lugar y al llegar frente de ella sonreí y le dije:
-adelante puedes reírte. Esto pareció hacerla sentir mal y quiso disculparse.
-ay no, no era mi intención burlarme, por favor discúlpame. Verla de esta manera me hacía sentir tan mal, quería que siempre sonriera y no quería ser yo el motivo de verla así, solo se me pudo ocurrir hacer un chiste sobre mi e intentarla hacerla reí. – ¿te gusta mi look? Le dije y alce mis pantalones a modo que se vieran mis tobillos y con ellos los absurdos calcetines que llevaba, únicos que había encontrado en la mañana a las carreras, esto hizo que fuera inevitable contener su risa, estallo en una carcajada que resonó en todo el salón y yo comencé a reír con ella, era ella la que provocaba mis risas, me sentía tan orgullosa de haberla hecho reír de esa manera, tome asiento atrás de ella y enseguida volteo a verme para platicar conmigo, he de admitir que esto me emociono
- ¿sabías que el profesor acaba de notificar que llegara tarde a la clase?
Tenía que ser una broma, había corrido toda la mañana pasando por bochornosos momentos al ir vestido de manera tan rara pero algo bueno había venido de eso y era verla reír así y si era el precio para hacerla reír podría llegar sin zapatos e incluir una camisa al revés y mal abotonada que ahora que lo pienso no era tan mala idea.
- ¿debes estar bromeando?
-pues no, creo que de haberlo notificado antes hubieras podido dormir más o arreglarte adecuadamente.
- ¿tan mal me veo?
-pues no es eso exactamente mientras nadie vea tus calcetines- me dijo riendo y no quería otra cosa en esta vida que no fuera verla sonreír así.
-solo deberías ir al baño a lavarte la cara y ordenar un poco tu cabello y ya está.
-pues supongo que eso tendré que hacer, ahora vuelvo.
Salí del salón hacia el baño y me di cuenta que Zaee el chico de la ocasión pasada venía detrás de mí y me alcanzo.
- ¿se te pegaron las sabanas?
- pues sí, me quede dormido
- ¿ya te llevas mejor con Nahiara?
-pues no creo que sea exactamente eso
-es solo que vi que estaban muy a gusto hace un momento
-sí, ella solo reía por mi absurda manera de llegar, aunque quien no lo haría
-si ya veo.
Aunque Zaee se había vuelto lo más cercano a mí en los últimos días aun no lo conocía lo suficiente, pero puedo asegurar que algo cambio en su rostro cuando menciono a Nahiara.

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