Una nueva Vida

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Desde que Candy habia llegado al Colegio, ella lo unico que habia hecho era pasar de las clases impartidas en los muchos salones del lugar, hasta su cuarto, y de allí a la catedral donde realizaban sus oraciones, simplemente  de alla para acá.

Era como una monotonía formada por esa costumbre que tenian todos en ese lugar, su vida en cierto punto se sintio vacia por momentos, pero siempre trataba de mentenerse con positivismo, y agradecía por ello, a esos bellos recuerdos que tenía de la que ahora, era su familia, y tambien de los que habian sido una parte muy importante de ella, durante toda su corta vida.

Pero no todo le era aburrido, pues siempre recibia cartas, ya sean del hogar de Ponny, Anthony, Stear y Archie.

Incluso en cierta ocasión, recibió una del "Patriarca de la familia", y otra de la Tía Abuela, donde le decia que esperaba no recibir quejas por parte del colegio debido a su mal comportamiento, porque no debia de avergonzar a la familia Andrew.

Claro que a pesar de sus duras palabras, Candy sabía que era normal, viniendo de la Tía, asi que recibió con grata sorpresa la carta, porque a pesar de todo aquella anciana aun la tenía presente.

Y por eso mismo, Candy trataba de dal lo mejor de si misma para ser una "Gran Dama" como siempre le recalcaba la Tía Abuela.

Además en aquellas cartas llenas de buenos deseos por parte de su familia con la que creció o las anecdotas de Anthony y Stear, que siempre la hacían reir, e incluso aquellas cartas llenas de sentimientos dulces que siempre enviaba Archie, diciendole que ella siempre estaba presente en sus pensamientos, y que estaba contando cada día esperando el momento tan anhelado para volver a verla, todo eso la mantenia firme en la desicion que habia tomado, aunque su misma terquedad nunca la dejaría volverse atras.

No era todo tan aburrido después de todo, añadiendo el hecho de que Candy se escapaba, todas las tardes, para observar  como se escondía el sol desde una colina que le recordaba al lugar que amaba y le traia buenos recuerdos.

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Tres meses fueron en los que Candy tuvo que acostumbrarse a su nuevo estilo de vida, no habia conseguido amigas, ni siquiera tenia una compañera de cuarto, lo que la hacia sentirse excluida y un poco solitaria, ya que por llevar el apellido que sostenia, tenia ciertos "beneficios", como el de tener su propia habitacion, ademas del Respeto de todos los estudiantes, quienes no se le acercaban.

Asi que Candy al darse cuenta, de lo que sucedia y con mucho pesar por no poder conseguir ninguna amiga, acepto su realiad y evito cualquier problema, para no causar problemas ya sea por su comportamiento o sus ideas un tanto extrañas para la época, asi que se limito  a ser ella misma, en donde nadie la viese, algo que no era tipico de ella, porque nunca pensaría que el ser diferente era malo, pero había algo que ella queria lograr, y lo haría, porque no era una cobarde para rendirse.

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Cierto dia, la habitacion junto a la suya, se llenaba de movimiento y ruido, a la hora cuarta de la tarde.

Al tratar de averiguar que causaba aquellos  ruidos, con mucha curiosidad golpeo la puerta vecina.

Sabia que era una chica nueva la que habia llegado, porque los dormitorios de hombres y mujeres estaban separados por un lado este y oeste, ademas de que solo se juntaban ambos durante las oraciones en la catedral.

Abriendose la puerta que habia tocado, espero atenta para saber quien era.

Una chica, con cabello castaño hasta sus hombros y con anteojos, un poco timida se vio tras la puerta que se abría.

Candy le hablo amablemente, ella era una nueva estudiante que compartiria cuarto con otra chica, se llamaba Patricia, después de una pequeña charla tratando de conocerse, Patricia o Patty como la habia empezado a llamar Candy, notó que no habia hostilidad ni ninguna intencion oculta en lo que decia Candy, a pesar de que por un momento no queria acercarse mucho, porque el apellido que Candy tenía era Andrew. Pero su habilidad para leer a las personas no le generaba ninguna alerta.

Ademas que al ver que era una buena persona le hizo sentirse comoda junto a Candy, asi que despues de ese breve encuentro, empezaron a llevarse mejor.

Y esto era realmente grandioso para Candy, quien por fin habia encontrado una amiga, con quien podia conversar, y con quien al final despues de tanto tiempo podia ser ella misma.

A pesar de la sorpresa de Patty por ver como se comportaba Candy, la acepto como era,  incluso penso en que podria llegar a envidiarla, por ver que ella tenia ese sentido de libertad que Patricia no  era capaz de tener, era como ver un brillo extraño que la hacía sobresalir por todo, no por llevar el apellido que llevaba si no por ser quien era, una persona con un corazon lleno de calidez y amabilidad, ademas de ciertas ideas "revolucionarias", que aveces la asustaban.

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En su tiempo libre, y lista para salir a disfrutar del atardecer, Candy le decia a Patty, que la cubriese por cualquier cosa, aunque su amiga siempre se reusaba a que saliera y preocupa siempre veia como se marchaba, a través de los arboles a su querida colina, de la que tanto le habia hablado.

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Mientras disfrutaba de la vista, y pensaba en aquellos que dejo atras, sobre todo, en esa persona, por la que su corazon palpitaba aceleradamente. Un ruido hizo que se sorprendiera y se pusiera alerta.

Por un momento pensó  en Patty que tal vez venía,  para llevarla de regreso, pero una voz masculina desde el arbol junto a ella, hizo que se sobresaltara.

- Parece que el pequeño mono me ha descubierto.

Con una Candy aun sorprendida, por la inesperada compañia, y unos hermanos infames que pisaban las puertas del Colegio San Pablo, "la prisión", una historia llena de ciertas complicaciones dentro de ese lugar esperaba por Candy.

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Gracias por leer, y perdon por la tardanza, aveces ya no se que escribir, tengo tantos borradores sin corregir.

Pero de verdad gracias por el apoyo ♡♡♡♡

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