Un Cambio

Noticia

Al ver que todo se habia calmado por los pasillos, cierto aristócrata salio de su escondite para volver al lugar del que salió, con una sonrisa divertida en su rostro.

Sus ojos azul profundo destellaron en curiosidad por cierta pecosa de cabello rubio.

Esperaba poder verla pronto.

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Por otro lado Candy estaba nerviosa por abrir la carta en su mano, había decidido abrir primero la carta de la Tía Abuela, pues temía algo.

Cuando al Fin la abrió, aun dentro de la pficina de la directora, quien había llegado hace tiempo y la observaba con seriedad.

Candy comenzo a Leer, y dentro de la carta encontró un saludo cordial y unas palabras de la Anciana que decian "Espero que te estes comportanto", y algunas cosas mas que casi no entendió, pero lo que si comprendió a la perfección fue "viajare para el verano con Archie, Stear y Anthony, esperamos ver que el tiempo allí haya echo algo contigo".

Cuando terminó la lecturo soltó el aire que habia estado conteniendo, y procedio a ver a la directora para decirle.

-La Tía Abuela, viene para el verano.

La mujer de edad, se sorprendió un poco, pues la matriarca de los Andrew, rara vez viajaba a los lugares con los que compartia financieramente algo.

Pero dejo de lado su sorpresa, pues Candy había sido excepcional durante todo ese tiempo allí, así que no habría problema con aquello, ya que eso solo era muestra de su buena enseñanza.

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Candy estaba de camino a su habitación después de un largo día de clases y cuchicheos por parte de los demas estudiantes.

Se despidió de Patty y entro a su habitación, tirandose sobre la cama.

Despues de unos momentos en los que suspiraba pesadamente, se levanto para tomar las tres cartas que aun no había leído, y se dispuso a darles lectura.

Stear y Anthony, no dejaron de escribirle sobre sus travesuras y lo mucho que de burlaban de Archie, quien solobla extrañaba, los inventos de Stear, las rosas de Anthony y lo importante que era ella para todos.

Sonrió con cada parte de esas cartas, y la unica carta cerrada cerrada sobre su mano era la de Archie, su corazón se aceleró al tomarla, pues estaba expectante por su contenido.

La abrio con cuidado y leyo despacio, al inicio había un saludo dulce y amable.
"Mi querida Candy".

Un largo suspiro hizo que descansara su pecho en el escritorio de su habitación, en detalle toda la carta la habia hecho suspirar.

Archie fue delicado y cariñoso, sin ser demasiado pegajoso, diciendo que la extrañana demasiado y que esperaba verla pronto.

Candy disfruto de su lectura con una mirada ensoñadora.

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En medio de la noche una vela alumbraba a una pecosa señorita, quien escribia en un fino papel blanco, lo que su corazón dictaba para la persona a la que quería.

Candy respondió primero a la cart de Archie, seguido de las cartas para Anthony, Stear y La Tía Abuela, respectivamente.

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Otro día se posaba en el colegio San Pablo, donde suscitaba un extraño suceso, Patty corrió alarmada en busca de Candy,  todos y todas salian de sus habitaciones apresuradamente, pero para una rubia con el sueño pesado eso no era motivo para despertarla, Patty la movio fuertemente y medio dormida la saco de su habitación, se habia quedado hasta tarde respondiendo a las cartas que acababa de recibir, asi que el sueño era mas pesado que de costumbre.

- Patty que sucede, porque el alboroto?

- Acaso no escuchaste la alarma?, sonó fuertemente.

-De que hablas no he escuchado nada--

Candy se quedo corta al ver a todos correr, junto a unas maestras afanadas por sacarlos del lugar, todo su sueño desaparecio instantáneamente.

- Que es todo esto.

- De verdad que tienes el sueño pesado Candy.

- Lo sé.

- Tenemos que correr, hubo un incendio en las aulas junto al edificio de la catedral. Hay que ir al edificio principal.

Ambas apresuraron sus pasos, hasta llegar al lugar donde todos estaban reunidos.

Hombres y mujeres estaban juntos, debido a la gravedad del asunto, que se aclaró no fue peovocado, si no mas bien un contenedor de petroleo que se habia derramado.

Habían decidido esperar mientras se controlaba la situación, para que pudieran volver  a las habitaciones correspondientes.

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Mientras esperaban todos de alguna manera se mantuvieron callados, hasta que extrañamente entablaron conversaciones por aquí y por allá, claro que las maestras estaban pendientes de todo, por si "algo" pasaba.

En algun momento alguien se acerco a Candy y Patty.

- Buenos dias señorita pecas.

El mismo chico que habia discutido con ella hace unos días, estaba frente a ella inclinando levemente su cuerpo en una reverencia, pero ya le habia hablado en tono burlón, mientras sonreía.

Todos se sorprendieron y empezaron  susurrar "mira es Terrence Granchestes", "Que hará aquí", "siempre causa desastres".

Candy alcanzo a oir algo de esto, incluso entre ellos que era hijo de un Duque. Esto la sorprendió, porque gracias a la Tía Abuela había conocido muy bien las posiciones en la aristocracia. Mientras su mente analizaba. El habló nuevamente.

- Disculpe mi rudeza señorita Andrew, debí de haberla confundido con alguien más.

Candy solo frunció el ceño levemente mientras lo miraba retadoramente, estaba a punto de contestarle, pero el recuerdo de su promesa la hizo detenerse, ademas de que no podia tratarlo como quería, debido a su posición y a la de él.

- No se preocupe, mas bien espero que usted me pueda disculpar por no haberlo saludado como es debido, un placer conocerlo joven Granchester, mi nombre es Candice Andrew.

Terrence, simplemente frunció su cara en un gesto de disgusto y molestia, y dada la situación simplemente se dio media vuelta y se fue. Sin antes.

- Parece que me equivoqué.

Esto dejo a Candy confundida, mientras a su vista solo quedaba una lejana espalda oscura.

Todos los presentes parecieron indignados al ver su grosería Terrence nunca era educado, pero Candy no le presto atención si no que más bien, queria ir recostarse de nuevo, porque las ganas de golpear a ese loco ya se le habían ido.

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Pasada la situación, Candy escucho de Patty todo lo que queria y no de ese tal Terrence Granchester.

Que aunque no supiera formaria parte en algun momento de su vida y de una forma un tanto extraña.