Falling - YiZhan

Capítulo 5 - Parte I

El viernes, como de costumbre, se requiere autoaprendizaje por la tarde, eran más de las nueve en punto después de que la escuela terminara oficialmente, Wang Yibo no se ha terminado la Coca-Cola que compró en el comedor cuando la escuela terminó por la tarde. Está sin aliento, todavía bebe, muerde la pajita y mira su teléfono mientras sale por la puerta de la escuela. Afortunadamente, el viernes, todos los maestros y estudiantes de la escuela están ocupados yendo a casa, nadie tiene tiempo para vigilar la disciplina en la puerta de la escuela; su escuela no permite que los estudiantes traigan teléfonos móviles.

Caminó de regreso a Lihong Hair Salon y recibió una llamada de su madre. No era más que preocuparse por su vida de estudio como de costumbre, y luego preguntarle si quiere ver a su tía los fines de semana. Que coma saludable y no se desvele. 

Wang Yibo sabía que su madre todavía estaba preocupada por la naturaleza profesional de la hermana Ali, por lo que nunca le dijo que ya no vivía en la escuela, por temor a que ella lo pensara demasiado. Afortunadamente, sus padres están ocupados con los negocios y no tienen mucho tiempo para preocuparse por él.

Su madre le dijo repetidamente que prestara atención a su salud, que estudiara mucho y finalmente, que sus gastos de manutención para este mes ya habían llegado a su tarjeta, que ahorre un poco. Wang Yibo respondió, pateando su lata vacía de coca

Colgó el teléfono y se dirigió a un puesto de frutas. El jefe había planeado cerrar el puesto, pero cuando se detuvo frente a él, rápidamente se secó las manos en el delantal, haciendo su trabajo con diligencia. Wang Yibo vio las fresas, empaquetadas en pequeñas cestas de plástico rojo, debajo del papel con las palabras "Más dulce que el primer amor". El dueño lo recogió y le mostró: "Todas son tan grandes y hermosas. Vamos compra una canasta. Te daré un precio más económico. Terminaré de trabajar pronto".

Wang Yibo pensó en Zhan Zhan, que le encantan los caramelos con sabor a fresa, e incluso tuvo que elegir lubricantes con sabor a fresa. No sabía cómo escoger frutas, solo viendo al gran hombre de rojo recoger dos canastas. El jefe dijo que costaría menos de dos yuanes por kilo. El viernes por la noche, Lihong Hair Salon siempre ha tenido buena acogida. A los hombres que han estado cansados ​​durante una semana les gusta divertirse en este momento. Pero la emoción no se ve en la superficie, está escondida en las habitaciones a ambos lados del pasillo del primer piso y hay que atravesar la puerta para escucharla. Solo estaba Ah Fei sentada afuera en la tienda, comiendo semillas de girasol sola, escuchando el sonido de fondo de la televisión distorsionada.

Wang Yibo entró con una bolsa de plástico llena de fresas y cuando Ah Fei lo vio, lo saludó: "Didi ha vuelto".

"SÍ, ¿dónde está la hermana Ali?"

La lámpara atrapa insectos púrpura sucia que colgaba de la pared mató a una polilla e hizo un sonido de "crujido". Ah Fei extendió la mano, la sacudió en el aire, y dijo con tristeza: "Los mosquitos son tan poderosos este verano, es inútil encender la lampara de mosquitos ... ¿ Preguntas por la hermana Ali? Ella salió esta tarde y no ha vuelto".

Wang Yibo dejó una de las cestas de fresas y le dijo a Ah Fei: "Compré fresas, puedes comer, yo subiré primero".

Hace dos días, Zhan Zhan rompió un plato cuando ayudó a la tía Wen a lavar la vajilla. Fue a recoger los escombros y se cortó el dedo. La herida era un poco grande. Se puso una tirita y no pudo empezar a trabajar. Todos los días, se acostaba aburrida en la cama y jugaba al Tetris en su teléfono. Cuando Wang Yibo regresó, le dio su teléfono móvil y la dejó jugar los juegos que tenía.

Cogió el cuenco de acero inoxidable que tenían con Zhan Zhan y lavó las fresas en el baño. Después de un rato, Zhan Zhan apareció por la puerta, sin zapatos, con el pie izquierdo pisando el derecho. El grifo estaba abierto, Wang Yibo agarró una fresa por el tallo verde de la cabeza y la puso debajo del agua.