Pff! Hasta qué término la tercera hora de clases.
La hora paso volando, felizmente. Ya no aguantaba a la profesora de francés.
¡Si! La cuarta es la última y a mi casita.
-Estoy más cansada... Llegando a mi casa. Perdón, a la del señorito Collins, me tirare en mi cama y dormiré como una roca y me quedare seca.- Pensé.
De repente, alguien choca conmigo haciendo que caiga al suelo.
-Pero que tiene hijo de...
-Lo siento. No fue mi intención.- Dijo una voz que pude reconocer.
Así es, con ustedes... El señorito James Collins.
-Aja. Tenía que ser Collins.- Dije.
-El mismísimo.- Dijo.
Esperen... ¿Qué tanto me mira?
-Ey! ¿Qué tanto me miras?.-Dije con una sonrisa picara.
-Eh... nada.- Dijo.
No me lo puedo creer... James Collins, ¿sonrojado? Ja.
-Parece que no soy la única que se sonroja, ¿eh?.- Dije.
Note que al decir eso, James se quedo en shock.
-No, nada que ver. Tenías una pelusita en tu cabello, era eso.- Dijo tratando de salvarse de mi insinuación.
-Como tu digas, Collins.- Respondí.
-Saliendo de este tema...- Dijo.- Te busco para llevarte a casa.
¿Llevarme a casa? Ay por favor.
-Oh, no te preocupes, no quiero parecer una cosa que no soy.- Dije.
¿Qué insinuó? Ay ¡Por Dios!
-Eso no pasara, porque no somos nada, además, ni loco dejare que camines, te llevo y punto.
Apena dijo eso, se fue y lo ví desaparecer pasando esa puerta.
Si, la cuarta hora de clases estaba por empezar...
*Campana*
Error. La cuarta y última clase del día acaba de empezar.
ESTÁS LEYENDO
Don't Mix.
Novela JuvenilTodos saben que una chica común y corriente no se tiene que mezclar con chicos populares. Pues, lamento decirles que esta vez no será así porque eso no me ocurrió a mi. James, un chico simpático, el popular de la escuela, mujeriego y el multimillona...