El sol entraba por las rendijas de las persianas. Insistente, cegador y terriblemente irritante.
El pitido de la alarma no paraba, o al menos aún no la habías apagado. Buscaste a tientas el aparato para que acabará aquel sonido, hasta dar con el para tumbarlo de la mesilla de noche. Con pereza, te sentaste en la cama y sentiste el frío de la habitación debido a tu desnudez.
Te erguiste en toda tu altura, paseándote por la habitación en media penumbra, buscando algo cómodo para cubrirte. Era temprano, así que aún tenias tiempo de alistarte para la universidad.
Con lentitud, cansada y agotada, un poco harta de la aburrida rutina, arrastraste tus pies en dirección a la cocina. Alcanzaste un plato de la alacena, vaciaste cereal en el y vertiste la leche que habías sacado del refrigerador, dispuesta a comer. Tu celular comenzó a sonar en la encimera, interrumpiendo tu desayuno.
"¿Diga?" Respondiste, medio adormilada todavía.
"¿Aún sigues dormida, perezosa?"
Una sonrisa se dibujó en tu rostro, alegrando tu lúgubre mañana. Y apareció en tu mente una imagen de él en uno de sus suéteres extra-grandes, su gorra y sus tenis blancos. Te invadió una muy conocida calidez.
"Mi cama esta esperando por ti, Nam." Dijiste con humor, escuchándolo soltar una carcajada.
"Noona..." Soltó con un deje de advertencia en la voz.
Reíste bajito.
Kim Namjoon.
Lo conociste al año de haber iniciado la universidad, en los jardines mientras leía bajo los árboles. Como todo cliché de película. Pero la realidad lamentablemente no fue así.
Namjoon se hizo tu amigo al poco tiempo. Ambos estudiaban la carrera de Letras Clásicas. Cuando se conocieron, él cursaba primer año y tu segundo. Compartían gustos similares, el mismo humor tonto, las clases y hasta algunas veces habitación cuando se les pasaban las copas en sus salidas nocturnas. Con el tiempo, su conexión fue volviéndose más fuerte; tanto así que se convirtió en tu fortaleza, tu sostén, tu hombro en el cual llorar, tu más íntimo y profundo amor.
Nam era aquella alma que llegó a sacarte de tu propia miseria. Tan pura, tan justiciera, tan políticamente correcta y educada, tan sabia e inteligente; tan limpia, blanca, transparente como un cristal, reflejando todo en su entorno. Tan efímera que, cada vez que se quedaba contigo en las noches, abrazado a tu lado, llorando por estupideces, te daba miedo soltarlo. Sentías que en cualquier momento extendería sus alas cual pajarito y se echaría a volar en busca de aventura. Era entonces cuando tus lágrimas tenían otro propósito y sus grandes manos acariciaban tu espalda, susurrando tiernamente con su profunda voz:
Todo está bien.
No iré a ningún lado.
Te quiero.
Te amo.
Namjoon era humilde, conocedor. Inalcanzable para muchas; pero para ti siempre estaba ahí, dispuesto, más que nunca, más que siempre...
"¿Noona? "
Su voz te sacó de tus cavilaciones. Las mañanas y la soledad de tu departamento te ponían más nostálgica y triste de lo normal.
"Estoy bien, es solo que me siento un poco cansada todavía." Tallaste tus ojos, que empezaron a arder de la nada. "Despertar temprano no es lo mío."
Suspiró, pesado.
"¿Quieres que te espere donde siempre?" Preguntó, cambiando de tema. "Podemos ir a desayunar antes de ir a la universidad."
Sonreíste con ternura. Ese hombre te derretía como mantequilla en sartén a fuego lento.
ESTÁS LEYENDO
NOSOTROS TRES [NAMJIN][+18]
Fanfic💜 HISTORIA GANADORA DE LOS "PIED PIPER AWARDS"💜 Parecía una tortura verlos todos los días, amándose con todas sus ganas. ¿Y tú? Bueno, tú vivías bajo su sombra, añorándolos de lejos. El amor no siempre es para dos, siempre hay un tercero en disc...