"Fruta Amorfa"

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"Te deseamos, nonna."

"Te deseamos tanto con nosotros."

Las palabras de Nam seguían y seguían vagando por tu mente.

Estabas confundida, bastante. Un poco emocionada, sí, pues los hombres de los que siempre habías estado enamorada resultaron sentirse de la misma manera que tú... Al menos eso entendiste. Pero todo estaba siendo demasiado fácil, demasiado sencillo. Tanto que hasta te asustaba el hecho de que todo fuera un sueño.

En cuanto a Nam, él estaba siendo tremendamente cariñoso. Cada vez que iban juntos a la universidad te recibía con un beso en los labios, tomaba tu mano y no se despegaba de ti hasta llegar a tu salón. Jin, en cambio, era un poco más reservado; sabía que todo esto era nuevo para ti (y para ellos también), que aun te costaba aceptar su unión. Por ello, sus caricias eran más cautelosas: el pulgar rozando tu mano al hablar, acomodando los rebeldes mechones detrás de tu oreja, o dejando un furtivo beso en el cuello cada que se despedía. Resumiendo, se comportaban como si fueran tu pareja y ambos se miraban más que satisfechos al respecto.

La situación parecía tan irreal. Definitivamente tenía que ser una fantasía, pero de aquellas que sólo se cumplen en sueños. Bebiste de nueva cuenta de la taza de café, haciendo una mueca después. Recordaste lo poco que te gustaba el café y lo que darías por una copa de vino o un vaso de tequila para calmar los nervios. Habían quedado de verse, los tres, aquella noche. Ya habías vagado de aquí para allá como perro enjaulado; te bañaste, te perfumaste, te vestiste lo más linda que podías e incluso habías comprado un bonito conjunto de lencería de encaje. Ese simple pensamiento logró que un calor se adueñara de ti y tus mejillas se tiñeran de rojo. Ni siquiera sabías si la noche los iba a llevar por ese rumbo; ¡no sabías qué hacer! Excelente, ellos aun no llegaban y ya estabas teniendo un ataque de pánico.

El celular vibrando fue lo que te hizo dejar de divagar.

Hola :)

En diez estoy en tu casa :*

Suspiraste otra vez. En definitiva, estabas muy nerviosa.

Pasaron bastantes días para que aquella visita se realizará. Insistías en hablar con ellos en cualquier lugar público, ya que aun estabas un tanto cohibida con la situación, y cientos de ideas volaban en tu cabeza con el hecho de estar los tres solos. Fueron ellos los que se cansaron de tus evasivas y no te dieron opción más que aceptarlos aquella noche en la soledad y tranquilidad de tu departamento.

El timbre de la puerta sonó. Seokjin había llegado. Tardaste un poco más de lo esperado en abrirla, ya que te quedaste como dos minutos parada frente a ella, estática.

"Vaya, pensé que no abrirías y tendría que irme." Habló Seokjin, después de entrar a la estancia.

"Lo siento, estoy un poco nerviosa, es todo", cerraste a sus espaldas, tragando fuerte.

"Sí te creo." Mencionó, girándose hacia ti para quedar frente a frente. "¿No vas a saludarme?"

Cautelosa, te acercaste a él para rodear su cintura con tus brazos, acomodándote en su pecho. Sentiste la vibración de su risa en tu mejilla, así como también cómo acariciaba tu cabello con su rostro cual perrito. Aquello te hizo sonreír. Era tan extraño.

"Así está mejor." Dijo separándose, para robarte un beso inesperado. "¿Y Nam?"

"Ah... Dijo que llegaría más tarde, tiene turno de noche hoy."

Asintió convencido y observaste cómo se recostaba en el sofá como si fuera su casa. No habías reparado en las bolsas que traía en las manos hasta que las colocó en la mesilla de café. De una de ellas sacó una botella de vino y se dirigió a la cocina, buscando un sacacorchos y unas copas.

NOSOTROS TRES [NAMJIN][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora