Capítulo 96: Los juegos comienzan

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Monte Paoz, la casa de Goku y Milk ...

La puerta de la casa de Goku se abrió y, uno por uno, salieron en fila. Vestidos con sus mejores galas de combate y listos para la guerra, los guerreros Z estaban listos para el día que tenían por delante. El sol brillaba sobre las colinas orientales del Monte Paoz como, posiblemente por última vez, los guerreros conferenciaron con sus familias.

Milk sostenía a los dormidos Goten y Chika apretados contra su pecho, sus colas entrelazadas entre sí. Mientras Ox-Satán masajeaba sus hombros para tratar de mantenerla calma, Milk miró a Goku con tristeza y preocupación en sus ojos. "¡Será mejor que regreses de una pieza, Goku! Nosotros ... te necesitamos, ya sabes ..."

Goku asintió, colocando sus manos sobre las cabezas de Goten y Chika. "Lo sé, Milk. Lo sé."

Milk se puso de puntillas, dándole a Goku un breve pero contundente beso en los labios. Estaba claro que estaba destrozada por los nervios. Goku se rió entre dientes. "Bueno, quiero decir ... mira el lado positivo, Milk ~ Una vez que esto termine, ya no tendrás que lidiar con que mi cabello sea rubio."

Milk no se rió, en cambio, enterró su rostro en el pecho de su esposo. "No me importa si te quedas rubio por el resto de nuestras vidas, solo vuelve a casa. ¿De acuerdo?"

Goku asintió gentilmente, envolviendo sus brazos alrededor de Milk. "Está bien, cariño. Lo prometo."

Gohan se acercó a su madre y su padre. "¡No tienes que preocuparte, mamá! ¡Estamos todos listos! ¡Cell puede ser fuerte, pero no puede ganar contra todos nosotros ~!"

Milk y Goku miraron a Gohan, un fuego ardía en los ojos del chico. Goku no pudo evitar sonreír al ver a su chico tan determinado. Milk extendió la mano y lo agarró, arrastrándolo hacia su grupo familiar. "¡Será mejor que te mantengas a salvo también! Goku nació como un guerrero, no puedo evitarlo. Pero tú ..."

La voz de Milk se quebró, pero mantuvo la compostura. "Cuando naciste, nunca imaginé que serias uno de los que saldrían a luchar contra las amenazas como lo hacen los demás. Yo ... estoy orgullosa de ti ... pero por favor no permitas que te lastimen. Si las cosas se ponen demasiado agitadas, ¡Solo corre! Por favor ..."

Gohan apretó su puño. "¡No puedo hacer eso, mamá! Al igual que todos los demás ... ¡Tengo cosas que quiero proteger! ¡Tú, Goten, Chika, el abuelo Ox! ¡Y todos los demás! ¡Si se trata de que yo luche contra Cell para mantenerlos a todos seguro, pelearé con él con todo lo que tengo!"

La idea de que Gohan tuviera que luchar contra ese odioso monstruo hizo que Milk se estremeciera. Goku, aunque aparentemente positivo, sintió un dolor profundo e incómodo en el interior. Gohan sonrió. "¡¿Verdad, papá?!"

Goku respiró hondo y suspiró, dándole a su hijo una sonrisa. "Muy bien, Gohan. Hagamos esto ..."

Mientras la familia de Goku hablaba entre ellos, Bardock y Gine se apartaron a un lado. Bardock negó con la cabeza. "¡No, Gine! ¡Tienes que quedarte aquí!"

De pie allí, vistiendo una variante verde azulado oscuro de la armadura que Bulma hizo con un traje rosa, guantes negros y botas negras estaba Gine. Ella apretó los puños con fuerza. "¡Bardock! Esto ... esto no es como los Androides de antes. ¡Esto es diferente! C-Cell es exactamente como Freezer era así ... incluso si no me gusta ... ¡Tengo que ayudar a luchar! ¡Por favor!"

Bardock se cruzó de brazos, con el ceño fruncido. Cerró los ojos y se llevó los dedos a la frente, recordando la visión del futuro desde la Habitación del Tiempo. Una silueta dorada y furiosa se enfrentó a Cell, pero a los pies de esa figura estaba ...

El Saiyajin mayor negó con la cabeza. "No. Debes quedarte aquí en caso de que la mierda se arruine. Si todos morimos, ¡Tú y Bulma deben llevarse a todos y largarse de este planeta! Ustedes podrían ser nuestra última esperanza, si todo lo demás falla, Gine. Necesito que estés aquí para mí, en caso de que las cosas se vuelvan irreparablemente sombrías. Quizás seas la única esperanza que tenemos, al final del día ..."

Dragón Ball Z DynastyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora