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— ¿Vamos a dar una vuelta por ahí? -preguntó Isaac, entrando a la mini sala del alojamiento.

— De acuerdo. Veamos qué hay de diferente aquí.

Los tres muchachos salieron del hostal y comenzaron a caminar sin rumbo. Kouru arrugó la nariz mirándo hacia los lados, un poco fastidiado ante el caos del lugar.

— ¿No sienten que hay mucha gente? -Isaac rió.

— Es igual que en la ciudad. El problema es que tu no sales nunca del... Auch. ¿Por qué me golpeas?

— No hables de más.

— ¡Oigan, ustedes!

— ¡Miren, una tienda de máscaras! -exclamó Isaac, emocionado-. ¿No te interesa una, Leta?

Se acercaron al vitral para observarlas mejor.

— Sólo ésta -con un dedo señaló la que traía puesta-, pero si quieres te puedo comprar una.

— ¡Oigan, los tres raros!

— ¿Es a nosotros? -los tres voltearon encontrándose con una mancha naranja acercarse a toda velocidad.

— ¡Hola!

— Naruto, hola. ¿Necesitas algo de nosotros?

— No. Me preguntaba si querían un guía o algo así. Yo podría enseñarles la aldea si quieren.

Lo analizaron por unos segundos.

— ¿A cambio de qué?

— ¿Eh?

— Tus intenciones parecen ser buenas, pero tus ojos dicen que quieres algo más -comentó Kouro.

— Bueno... Etto -se rascó la nuca-... También quería aprovechar y pedirles, sé que somos rivales, pero tal vez quisieran que entrenemos juntos.

Los tres sin dudarlo asintieron.

— Claro. Nos gustaría.

-¡Sí! No se arrepentirán, verán que soy muy fuerte, dattebayo. Entonces, ¿quieren comer ramen primero? -los tres se miraron, dos de ellos mostrando expresiones confundidas.

¿Ramen...?

— ¿Qué es eso?

Naruto mostró una expresión de sorpresa... Bastante dramática.

—¡Vamos a Ichiraku, 'ttebayo!

Naruto prácticamente los arrastró. Al llegar al lugar nombrado, los cuatro se sentaron, llamando la atención de las dos personas que atendían.

— ¡Naruto, qué bueno verte por aquí! Oí que te fue muy bien en tu enfrentamiento.

— Sí. ¡Me convertiré en chunnin para ser Hokage más rápido!

— Qué bien, Naruto. Sabemos que lo harás -el rubio se rió.

— Ah, cierto. Ellos son, eh... Esperen...

— No te preocupes, Naruto. Yo me encargo. Buen día, señor y señorita. Mi nombre es Kaoru, ellos son mis compañeros de equipo, Kouru y Leta -tocó sus hombros respectivamente, presentándolos.

— Sean bienvenidos, yo soy Ayame y el es mi padre, Teuchi.

— Bienvenidos, chicos. Esperamos que les guste el lugar. Gracias a que Naruto los trajo, hoy invita la casa.

—¡Muchas gracias, Teuchi-san!

— Entonces, ¿qué desean probar?

— Siendo sinceros, Ayame-san, no conocemos el menú, así que pediremos lo mismo que Naruto pida -Isaac asintió a lo dicho por Kaoru.

— ¡Entonces tres miso ramen de cerdo!

— Perfecto. ¿Usted, señorita? -preguntó de nuevo Ayame.

— Yo quisiera lo mismo, para llevar, por favor.

— ¿No comerás, Leta-chan?

— Oh, no Naruto. No tengo hambre por ahora, pero lo comeré en donde nos hospedamos.

— ¿Y no quieres algo para beber? -Kouro, entendiendo lo que Naruto trataba de hacer, decidió intervenir.

— Sobre el entrenamiento, ¿te parece iniciar mañana?

~~~

El joven visitante daba una vuelta por la aldea tratando de aguantar las ganas de matar a todos, aún era muy temprano para eso. De pronto se encontró con alguien. Una chica.

Ella estaba entrenando, golpeaba un tronco con una soga de manera fuerte. Sin entender muy bien por qué, decidió acercarse lentamente hacia un árbol cercano y observarla, apoyándose en el.

— ¿Por cuánto tiempo te quedarás ahí? -preguntó la chica, golpeando de nuevo el tronco.

Volteó y el pelirrojo, cruzado de brazos, la miró serio.

— Creo que este es un lugar público, ¿no?

— Es un lugar de entrenamiento para personas de esta aldea.

— ¿Y tú qué haces aquí?

— Entreno.

— Tampoco eres de aquí.

— Pedí permiso.

El pelirojo entrecerró los ojos en dirección a la enmascarada. ¿Por qué le interesaba de una extraña manera?

~~~

-¡Soy la honorable bestia azul de Konoha! -se presentó el hombre del peinado de tazón.

-¿Por qué azul? ¿No sería verde?

-¿Cómo estás, bonita?

-¡Ya deja de decirle así a Hinata-chan!

-¿Por qué? ¿Acaso no lo es?

-¡Claro que sí, es hermosa. Pero la incomodas, 'ttebayo!

Isaac vio como la ojiperla se sonrojó y sonrió de lado. Vaya, al parecer su corazón era un territorio en el cual el no podría ingresar.

Lo entendía. No interferiría.

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Dos años sin actualizar estar historia, había perdido la contraseña y la encontré, jaja. ¿Alguien todavía se acuerda?

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2022 ⏰

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Monstruos (Gaara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora