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-Todo este lugar me pone muy nerviosa.

-Lo llaman el bosque de la muerte, y muy pronto averiguarán porqué es eso -comentó la sensor, Anko, con una sonrisa perversa.

-"Lo llaman el bosque de la muerte, y muy pronto averiguarán porqué es eso -repitió un genin de los novatos, el rubio.

Anko sonrió ante esa burla y le lanzó un kunai, cortándole la mejilla y sorprendiéndolo.

De pronto se movió muy rápido, quedando a espaldas del chico, después de que probara un poco de la sangre que salió de la herida, casi al instante, una mujer rara estaba detrás de la sensor, extendiéndole su kunai con la lengua.

Tuvieron un pequeño intercambio de palabras hasta que la mujer serpiente regresó a hacia donde estaba su equipo.

-Tsk, miren al rubio -se rió el castaño.

El chico sacaba la lengua tratando de hacer lo mismo que la ninja del sonido.

-Puede que alguno de ustedes no regresen de este examen y necesito su consentimiento por este riesgo. De lo contrario sería mi responsabilidad -rió-. Toma gusano, pasa esto -extendió los papeles de consentimiento.

Mientras que todos firmaban, Anko volvió a hablar, mostrando algo entre sus manos.

-Ustedes pelearán por conseguir ambos, el pergamino del cielo y el pergamino de la tierra.

-Esto será pan comido.

-¿En serio dices eso cuando te ahogaste con un pan ayer, Isaac?

-Cállate, Cadenitas -pidió, sonrojado.

-Y una cosa más, el examen tiene un tiempo límite; deben terminarlo en cinco días -informó Anko.

-Tendremos menos tiempo para dormir y menos tiempo para recuperarnos -sonrió el chico vestido casi completamente de verde-. De hecho, es todo un reto.

-Concuerdo con cejas locas -lo señaló Isaac.

Sus compañeros ya se habían acostumbrado a su rara manía de ponerle apodos hasta a las piedras.

-Ah, y quisiera advertirles una cosa más, no se mueran.

-Oh, el único día que quería morir y me lo prohíben.

El equipo sin bandas de regulación se alejó de los demás.

-Bien, al parecer esto será peligroso -dijo el azabache, con su postura de lider-. Quiero que todos estemos atentos y ante cualquier cosa sospechosa que sientan, atacamos. Nuestra misión no es tan importante, por ahora, así que no quiero bajas por ridiculeces.

-Tranquilo, pollito, fuimos entrenados por los mejores. No fallaremos -el azabache estaba por quejarse por el apodo pero cerró la boca. No tenía caso.

-¿Ese no es el chico del que él nos habló? -Isaac señaló hacia otro azabache que se encontraba pensativo, sentado junto a una roca. Su cabello era más oscuro que el del pollito.

-Parece, pero aún tengo dudas -dijo la chica.

-Vi el símbolo de su clan, lo tiene en la espalda -comentó el azabache, serio-, es el.

-Perfecto, no fue tan difícil encontrarlo.

-Ahora la cosa será acercarnos, por lo visto, no confía ni en sus propios compañeros.

-Tienes razón, cadenita. Sobretodo en la pelirosa -se burló el castaño, riendo.

-¿Qué es tan gracioso, hielo?

Monstruos (Gaara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora