Capítulo 21

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Sara


Estaba en el suelo de mi habitación con varios libros estudiando, apenas habíamos empezados las clases y ya tenemos un montón de trabajos que entregar, nunca lo había dicho, pero odio en ciertos puntos el francés, en la universidad nos obligan a aprenderlo como si de nuestra lengua materna se tratara gracias a que las leyes universales son originalmente en ese idioma y para los abogados es algo esencial aprenderlo y presumirlo.

Llevaba casi dos horas en lo mismo, odio centrarme tanto en una sola cosa que en este caso son las tareas, Nadia me había llamado temprano para salir a comprar un vestido para una cena que tiene mañana en la noche y tuve que rechazar la invitación por la jodida tarea.

Dejé a un lado mi cuaderno de lo frustrada que me encuentro, tengo que copiar una gran parte de historia universal en francés, ¿por qué no uso traductor y listo?, porque no soy de hacer trampa, para mi bien y aprendizaje era mejor que yo misma lo haga. La puerta de mi habitación se abrió dándole paso a mi hermano y a Athan, "lo que me faltaba", ambos miraron todo lo que tenía tirado en el suelo, Giles está serio a diferencia de Athan que está sonriendo.

—¿Desean algo?, porque hoy no tengo tiempo disponible para ustedes, mejor dicho, nunca la tendré –le digo de mala gana, Giles estos últimos días se ha portado horrible conmigo, y con Athan es una situación de orgullos chocando.

—Quiero que salgamos –dice Giles.

—¿No escuchaste?, deja te lo repito, no –digo tomando mi cuaderno otra vez –estoy –ahora tomo mi bolígrafo –disponible –me encojo de hombros.

—Te haré la tarea si nos acompañas –mire a Athan.

—Escucha Athan, hacer mi tarea no me pesa, aunque se me dificulte el francés pues la única persona que me ayudaba en él era Allegra y ¡oh, vaya, está muerta! –le digo con notable irritación –en conclusión, no me interesa que me hagas la puta tarea, me interesa aprender.

—Pues te ayudo a aprender, yo hablo francés fluido –dice con calma –venga, será divertido lo que haremos hoy –lo pienso un momento.

—Bien, espero que tengas el día libre porque cuando lleguemos tendrás mucho que enseñarme –le digo mientras recojo mis cosas.

—Iré a cambiarme, ya regreso –Giles salió de la habitación, Athan se agachó a ayudarme a recoger más rápido.

Athan se quedó en silencio, yo tenía que cambiarme también, pero no le iba a pedir que se largara, busqué unos jeans y una camiseta blanca holgada, me quite el pijama que traía puesta delante de él, me percaté que observa cada uno de mis movimientos como también cada espacio de mi cuerpo, me cambie rápido pues sabía que pronto llegaría Giles.

Busqué zapatos para ponerme, peine mi cabello con las manos ya que estaba lacio y no tenía que esforzarme, creía que estaba lista, hasta que caí en cuenta de que no han dicho a donde iremos, necesito hacer un bolso con lo que necesitaría para pasar el día.

—¿A dónde iremos? –le pregunto al cavernícola.

—Hay una feria cerca, y tu hermano dijo que iríamos ahí –al escuchar eso me dieron ganas de desvestirme, odio las ferias.

Ya no hay marcha atrás, tomó un bolso entro en él mi teléfono, tarjetas, dinero, llaves de la casa, un bálsamo, una liga para el cabello y un paquete de chicles. Puede que odie las ferias, pero tengo palabra y ya les dije que iría con ellos, mi hermano apareció en la habitación ya cambiando, Athan vino en su auto así que se fue en él y yo me fui con mi hermano en el suyo.

Pasamos por una chica que se fue con Athan, ¿celos?, nulos, no es algo que me interesé, llegamos finalmente al lugar de la dichosa feria, los primeros en bajarse fueron ellos, yo me quedé dentro del auto meditando si realmente quiero desperdiciar mi día en ese lugar (bueno lo que queda del día), cuando ya iba a bajar me llegó un mensaje.

Un Crimen Perfecto (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora