No podía soportar ni un día mas estando sin hablar con él.
Así que lo abrí.
Pero sus mensajes cortantes me echaron para atrás.
Me arrepentía de haber insistido.
Me dijo que necesitaba tiempo.
Mientras no sabía nada de él, lloraba por las noches.
Todo me recordaba a él.
Nuestras bromas se venían a la cabeza.
Y me hundía.
Mi madre me preguntaba por él.
Yo decía que no pasaba nada que simplemente nos habíamos distanciado, pero que no llevábamos bien.
(Mentira)
Cada cierto tiempo mi conciencia me decía que tenía que intentar hablar con él.
Pero su actitud me tiraba para atrás.
Estuve todo el verano sin saber nada sobre como le iban las cosas.
Decidí olvidarme de él.
En el verano me cruce con varios chicos que entraron en mi vida. (Líos de verano)
Pero nadie era como él.
Cuando ya se acabaron las vacaciones y volví al insti no tenía esperanzas en nada de lo nuestro.(No he mencionado el nombre del chico de esta historia en ningún momento pero me he cansado de decir "él" así que le vamos a poner un nombre, que obviamente no será el suyo. Lo vamos a llamar Marcos.)