Cuento nuevamente, uno, dos, tres... cuando no puedo recordar mi última cuenta, prefiero empezar nuevamente en vez de partirme la cabeza.
Cuatro, cinco, creo que seis. Enumero las veces que caigo y trato de levantarme, probando nuevos métodos, dejando antiguos métodos, sin embargo la estúpida cuenta sigue creciendo y creciendo.
Seis, siete ¿Ocho? Mientras más pasan las semanas, le pierdo la gracia a intentarlo, todo lo que sube, baja, es natural y siempre lo fue, al final de todo, el valor de cada intento es nuestro y sólo para nosotros.
Nueve, diez, once. Tocar fondo es muy objetivo, no puedes tocar fondo ni tocar un tope, siempre estás en un medio sin importar que tan jodido estás, con cada cuenta hay más pisos que descubrir ¿Quienes somos para decidir los límites de la vida?
Nuevamente me apoyo en la ventana de mi habitación, un cigarrillo algo aplastado entre los dedos y el encendedor acomado en el bolsillo. Mientras divago en las pocas cosas que hice durante el día, una brisa atrae el humo emergente de la punta del tabaco quemado hacia mis ojos, sacándome de mis pensamientos.
¿En que estaba? Mierda, que más da. Cuento nuevamente, uno, dos, tres... cuando no puedo recordar mi última cuenta, prefiero empezar nuevamente en vez de partirme la cabeza. Al final, si tengo suerte de llegar a la misma noche de mañana, podre retomar mis pensamientos de ayer.
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Narraciones Varias de una Mente Perdida.
Short StoryEsta gama de episodios narran diferentes ideas que a uno le surgen en aquellos momentos donde la mente toma el control en ti. Con sentimientos como el odio, llanto y alegría. Pero al fin y al cabo, la mente es difícil de describir en palabras.