Descarrilado, apartado de todo y cualquier ser viviente que ha de habitar en este pacífico lugar.
La luna no brilla está noche, oculta tras espesas nieblas de oscuridad, ocapando cada espacio en esta noche de estrellas invistas.
El calor de la noche invade mis colapsados pulmones, no tengo motivos por que pararme. No tengo motivos de salir de aquí y buscar algún rayo de luna que aclare mi visión tan nítida.
La sangre fluye por mi hombro, abriéndose paso por mi brazo, creando curvas con su pincel que tiñe los pasos que arrastra por el trayecto tan delimitado que tiene. La delicadeza de marcas cubren la polvorienta y blanquecina piel que alguna vez fue acariciado por un ser amado, y ahora es consolado con un pintor interno que se enfría en esta.
Desearía llorar, para aliviar el dolor y sentir que esto es parte de vivir, y es parte de dejar de hacerlo.
Desearía reír, para sacar afuera cada blasfemación que dije en mi oportunista vida y aliviar este momento.
La radio reproduce nuestra canción, la señal estátizada convertida en memorias. ¿Estoy delirando? ¿Perdí mi noción de lo que pasa?. Sólo escucho la armonía de esta melodía que me hace recuerdo a tus caricias. Calmandome de este pensar que me hunde, se siente como el polvo que en paz repisa detrás de un cuadro, no hay viento que la moleste ni la retire de su posición elegida, hasta que alguien llegue y con un pasar acabe con su estancia.
Como el polvo, como esa suciedad gris. Todo se resume a una pasada tan lenta que decide cuando o no moverte de tu existencia en el universo.
Me pierdo de mi realidad, la noche apagada me aturde mis estares. El pintor de mí deja de correr por mi cuerpo, su cautela presente en un arrastrar suave me hace saber que es cada vez más tarde para que se quede sin pintura.
Desearía llorar, por la melodía que me recuerda la felicidad que algún día sentí
Desearía reír, por saber que fui feliz en algún momento de mi pasado convertido en presente.
No hay ruido a mi alrededor, no hay conspiración de una sola entidad en mi sentir.
Sólo quedo yo, con una noche apagada tornada en frialdad por la tinta que dejó de correr.
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Narraciones Varias de una Mente Perdida.
Historia CortaEsta gama de episodios narran diferentes ideas que a uno le surgen en aquellos momentos donde la mente toma el control en ti. Con sentimientos como el odio, llanto y alegría. Pero al fin y al cabo, la mente es difícil de describir en palabras.