THE BOKEH EFFECT (KTH&JJK)

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Toda la semana había llovido, pero repentinamente, el mal tiempo cesó el sábado por la mañana, dándole al sol el tiempo suficiente para secar la hierba verde, las plantas y las flores, haciéndolas más fuertes, más vívidas, como si la naturaleza afirmara que la primavera había comenzado oficialmente.

[Paisaje: Primavera otra vez]

Se ajustó los puños de su camisa Armani, abotonándolos antes de dar otro paso. Taehyung llevaba sus pantalones blancos de vestir a rayas finas que abrazaban su cintura y le quedaban como un guante junto con un par de mocasines de cuero Gucci con tiras pequeñas. Se apretó la corbata una vez más, antes de volver a mezclarse con la multitud.

Taehyung sabía que todo el asunto de la «fiesta de compromiso» era más una formalidad que cualquier otra cosa, una forma de anunciar al mundo lo que todos ya sabían: que estaban juntos y a punto de casarse. Los padres de Daeho tenían muchos amigos y contactos que esperaban que anunciaran su compromiso públicamente solo para anticipar el evento más grande que vendría después.

La familia de Taehyung también estaba allí, habían venido desde Daegu a la celebración. Le gustaba tener la oportunidad de comprarse ropa bonita y reunirse en el mismo lugar, pues era un hombre de familia y una de las únicas cosas que no le gustaba de vivir en la capital era que estaba separado de su familia.

Jimin probablemente no lo admitiría, pero Mari había hecho algo increíble. Por supuesto, acababa de contratar a una persona que hacía todo lo que decía, pero aún así. El pequeño club de campo había sido decorado con inmaculadas telas blancas y cordones, había lirios blancos esparcidos en jarrones de vidrio por todas partes, su fragancia llenando el ambiente con un dulce toque de ternura. Las mesas y sillas estaban cubiertas con más tela y manteles, había algunas velas de jazmín protegidas de la brisa tranquila en pequeños frascos, lujosos cubiertos de plata y la mejor porcelana preparada para los invitados en cada mesa.

El código de vestimenta también fue el blanco, idea de Mari, ya que coincidía con la estética creada.

Los invitados llegaron a tiempo, las sobrinas y sobrinos de Taehyung no perdieron la oportunidad de comenzar a correr tan pronto como estuvieron en el campo abierto. Había caballos en alguna parte y, por supuesto, el tío TaeTae quería llevarlos a ver a las graciosas criaturas y había prometido –por pinky promise- que iría con ellos en cuanto terminara de saludar a los invitados.

Por la tarde, el clima estaba un poco húmedo y caluroso, pero afortunadamente las sombras de los árboles les proporcionaron un lugar seguro para pasar el tiempo. Vio a la madre de Daeho charlando animadamente con una de sus tías, a su hermana tratando de que su sobrina de cuatro años saliera de debajo de la mesa de los postres mientras su esposo sostenía su copa de vino y también llamaba a la niña, incluso a Jimin, quien había decidido mantenerse a una distancia respetable de la hermana de su prometido, y quien, en una “decisión apresurada de último momento” había decidido llevar a Yoongi como su cita.

“Te he visto mirándolos y riendo internamente durante unos cinco minutos, escupelo" Le murmuró a Seokjin, que estaba de pie a la distancia con una copa de vino blanco en la mano -la reserva familiar de Daeho, por supuesto-.

Seokjin era un viejo amigo de ellos, y a pesar de que era mayor, seguía teniendo ese lado infantil que salía a la superficie cuando estaba con Taehyung y Jimin, e incluso si también era protector con ellos; disfrutaba mucho jugando siempre que tenía la oportunidad. Él era modelo cuando se conocieron, pero después de terminar la universidad se convirtió en un conocido productor de películas y a menudo estaba ocupado y filmando fuera del país, pero siempre que estaba en Seúl, los llamaba para pasar el rato.

Llevaba un conjunto de chaqueta y pantalones de la misma tela y una camisa blanca de lino. La última vez que Taehyung lo había visto, era rubio, pero aparentemente había pasado por un cambio de imagen y decidió quedarse con el cabello negro para siempre. Como de costumbre, su risa distintiva fue lo que el más joven escuchó y reconoció primero.