- vamos Megumi atácame.
La muchacha que hace unos momentos le dejo ver su faceta más vulnerable había dejado el pesar atrás y ahora estaba entusiasmada, atacándolo con sus manos desnudas, en fuertes y rápidos movimientos que en otra ocasión, si no tuviera el cuerpo tan adolorido y magullado, respondería a la altura. Porque Maki era jodidamente fuerte.
Sus entrenamientos comenzaron cuando un día ella lo atrapo intentando escapar cuando se enteró por una de las sirvientas que su hermana estaba mal, demasiado enferma como para quedarse sola, y él se había asustado, había corrido tan rápido como pudo buscando una forma de escapar de aquella fortaleza, y entonces encontró un agujero bastante grande en el muro que rodeaba la casa escondido con arbustos y matorrales.
Intentó huir pero cuando volteó la cabeza para confirmar que no había nadie la vió allí parada, mirándole sin expresión, en medio de una tensión que nació de la nada. Aunque su rostro se le hizo bastante conocido.- Mai-san... yo.. - tenía miedo porque aquella niña siempre le había tratado con fastidio, mirándolo desde abajo como si el fuera una plaga, recordándole que solo era un recogido, un bastardo sucio que fue vendido por su propio padre. - Puedo explicarlo... Mai
- No soy Mai - interrumpió la niña mirándole con molestia, Megumi bajo la cabeza avergonzado por confundirla - mi nombre es Maki.
- lo lamento, ... es que... de verdad se parecen.
- Es mi gemela menor - la niña se encogió de hombros mirando hacia otro lado, con una expresión triste en su rostro bonito - Esa mocosa odiosa es mi hermana.
Megumi se sintió un poco confundido por eso. Desde que llegó le presentaron a todos los miembros de la familia y la única que figuraba como hija de el hermano del actual líder del clan era Mai. Sin embargo no podía decir que le estaba mintiendo, el increíble parecido era una prueba de la veracidad de sus palabras.
- Fui retirada del registro familiar, ya no soy una Zen'in. Por eso no me habías visto hasta ahora.
- Puedo preguntar... ¿por qué?
La peliverde suspiró, cruzando los brazos sobre su pecho, pateando las piedritas con sus pies envueltos en desgastadas zapatillas.
- No puedo ver maldiciones - confesó, y Megumi no necesitó más que eso. Mai había sido desplazada del cargo de heredera porque no pudo dominar la técnica de las diez sombras pero era una hábil hechicera por lo que mantuvo su estatus a duras penas.
Pero ella, que había nacido sin el talento, sin poder ejecutar lo más básico de la hechicería la habían borrado de todo, la trataron como un error que no debería existir.- ¿Escaparás para siempre? ¿o solo avanzarás unos cuantos pasos y volverás? Dependiendo de lo que digas te dejaré pasar y no diré nada.
El niño volteó a mirar el agujero en la pared, y luego regresó su atención a ella, a sus manos lastimadas llenas de cortes y pequeñas ampollas en las palmas que parecían doler mucho.
- ¿Tú hiciste el agujero?
- responde mi pregunta.
- ¿también quieres huir? - la niña en frente suyo se puso rígida, ocultando sus manos detrás de su espalda cuando sintió la mirada del pelinegro posada en ellas.
- ¿por qué no lo hiciste?- eso no te incumbe, mocoso.
- Tampoco te incumbe si huyo o no.
- ¡yo hice ese agujero, así que yo decido quien lo cruza! - exclamó apuntando a la única salida que no era vigilada por nadie, el único medio de escape para ambos - ya respóndeme para que quieres huir, lo tienes todo ¿no?, sin duda tienes la mejor suerte, imaginate ser nombrado heredero de una familia muy rica, seguro debes estar feliz, tienes la vida hecha.
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Let's run away || Itafushi
FanfictionDesde el inicio fue tomado como una simple pieza en un tablero. Primero en las manos del Clan zen'in, convirtiéndose en el heredero único de esa pedante familia. Y ahora, el amante reclamado por el rey de las maldiciones Ryomen Sukuna. Pasando de d...