Las flores de cerezo caían gracilmente de las ramas, bailando y danzando hasta llegar al suelo.Una mano se estiró para atraparlos, un pequeño pétalo aterrizó en su palma.
Cabello negro flotaba en el aire, una risa cantarina opacaba el silencio, orbes de esmeralda resplandecían con el sol.
Un muchacho que corría en el jardín de un hermoso palacio tradicional, vestido en exquisitos kimonos, adornado con las mejores telas y joyas, volteó su rostro con una sonrisa. Esos ojos de jade brillaron en cuanto enfocaron una figura inhumana.
La imagen de aquel ser era espeluznante e imponente. Las piernas de cualquier persona temblarían ante la presencia de semejante individuo pero el chico solo pudo sonreír con genuina alegría. Sus pasos se dirigieron; sin ningún tipo de titubeo, al encuentro con aquella bestia.
La pequeña silueta del joven se plantó frente a ese monstruo. Los rubíes se sincronizaron con el brillo de las esmeraldas, sonrisas alegres aparecieron en medio de ese campo bañado en pétalos de cerezo cuando la mano de esa maldición acarició el rostro del chico con suavidad.
El muchacho acepto el toque colocando su pequena mano sobre la de aquella entidad. Y entrecerrando sus ojos, con la felicidad adornando cada rasgo, sus labios pronunciaron:
- Bienvenido a casa, Sukuna- Sama.
Y todo desapareció. El mundo se fundió en un desagradable color negro.
Huye
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Resonó una voz en el espacio vacío
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Huye
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¡HUYE!Los ojos se abrieron al instante. Aun en medio de la oscuridad de la madrugada su cuerpo cubierto de sudor frío se incorporo, sentado en su futón su respiración era irregular, los latidos de su corazón eran desesperados, su piel era recorrida por numeros escalofríos que le sacudían el cuerpo con fuerza.
- ¿q-que...Demonios f-fue eso? - las pupilas tilitiban con miedo, pavor y horror ante ese sueño tan real que tuvo. - E-ese chico... ¿era yo?
La única vez que vió a Sukuna su apariencia era como la de un humano. Lo que vió ahora era la apariencia de una verdadera maldición a tal punto que sintió escalofríos de solo verlo.
Aquellos dos rostros, esas marcas negras, los dos brazos y esa boca en su estómago nunca los había visto en su vida. ¿Por qué soñaba con aquella apariencia si jamás la vio?
¿Por qué le estaba dando la bienvenida?
¿por qué se veía tan feliz de verlo?
¿por qué sentía que era él, pero a la vez no?
¿que significaban esos gritos?
¿Esto siquiera era un sueño?
Megumi estaba seguro sobre su odio a Sukuna. Soñar con una vida tranquila y hogareña con ese maldito estaba fuera de los límites. Era imposible.
Pero se sintió muy real, demasiado familiar... como si...- Ya lo hubiera vivido...
- ¿Megumi?... ¿que haces despierto?
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Let's run away || Itafushi
FanfictionDesde el inicio fue tomado como una simple pieza en un tablero. Primero en las manos del Clan zen'in, convirtiéndose en el heredero único de esa pedante familia. Y ahora, el amante reclamado por el rey de las maldiciones Ryomen Sukuna. Pasando de d...